Killing Rasputin (2003) “La muerte de Rasputín en ruso, pero contada de forma demasiado lenta”

Killing Rasputin es el primer corto de la productora independiente  Producers of Mercy , la cual está formada por el trío de guionistas y directores Alfonso García, Fernando J. Martínez, y Alberto Murcia. En este su debut decidieron tomar la historia de la muerte del conocido personaje ruso Rasputín como eje. Y como curiosidad decidieron rodarlo en ruso, con el afán de darle cierto empaque a su historia.

Y la historia es simple pero está bien tratada. Lástima de lo malo del audio, está vacío, sin fuerza. Así en todo el inicio el narrador suena mal, hasta irritante, demasiados agudos. Y si bien este inicio, como si fuese un documental televisivo, es correcto y está bien montado, este fallo del audio lo afea.

Por otra parte hay demasiada lentitud en este trabajo, todos los planos están demasiado estirados, y la sensación de agobio que se quiere crear no se consigue del todo, más bien el espectador está esperando a que Rasputín se levante y acabe con todos. Y es que quizá el contar con tres guionistas que a su vez son los directores, provocara estos desbarajustes y momentos, cinematográficamente hablando, demasiado lentos.

Por otra parte los diálogos son demasiado simples, y aunque los actores tratan de realizar buenos trabajos, no  nos da la sensación de profesionalidad que parece querer tener este trabajo.

Curiosamente está mejor fotografiado, y casi rodado, toda la parte de exteriores. La nieve da fuerza a esta producción, que si bien es de bajo presupuesto tiene demasiadas miras para lo que finalmente acaba siendo.

Y es que lo más destacado es el montaje, que guarda un cierto ritmo narrativo y ayuda a no llegar al tedio. Porque un gran fallo de este cortometraje es su excesiva duración. Un cortometraje de 26 minutos debe ser algo mas, ya sea atrevido, dinámico o lo que sea. Pero, si bien no llega a aburrir, si se hace algo pesado su excesivo metraje.
Afortunadamente en el tramo final es más animado, y si bien el cortometraje queda cerrado como si una cinta de cine negro de los 50 se tratase, es un trabajo que pudo dar más de sí, sobre todo si hubiese contado con menos metraje. Y es que este es un error habitual de los cortometrajistas, querer hacer mucho, y eso suele dar siempre problemas. De todos modos un trabajo interesante.