Entrevista realizada por Jose Luis Salvador Estebénez
El pasado viernes 20 de septiembre se estrenaba en toda España Omnívoros, la segunda película como director de Óscar Rojo. Ambientada en la alta sociedad, su trama nos pone tras los pasos de un crítico gastronómico que investiga la existencia de restaurantes clandestinos en nuestro país. Sobre esta premisa, Rojo construye un thriller en el que las apariencias engañan y la única ley que impera es la del más fuerte. Coincidiendo con su estreno, recuperamos esta entrevista a Óscar Rojo, y su productora, Cristina Gallo, realizada en el marco de la primera edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid, en el que Omnívoros disfruto su premiere mundial.
La Mansion del Terror- El argumento de Omnívoros se desarrolla en torno a restaurantes clandestinos en los que se consume carne humana. ¿De dónde te viene la idea de abordar un tema tan poco visto, Óscar?
Óscar: Se me ocurre viendo un programa en un canal de cocina, en el que estaban emitiendo un reportaje sobre los restaurantes clandestinos. Habían surgido en Cuba, luego se habían hecho populares en Nueva York, y la verdad es que a mi me pareció curioso porque era un tema que no conocía. De hecho, no existen en muchos lugares del mundo salvo en China y en algún otro lugar especial. Entonces me dije, “aquí tengo una idea”, y me pregunté, “¿por qué no me imagino una leyenda urbana en el que se trata este tema?” Así surge la base de la idea. Luego el esquema está más matizado por el estilo que a mí me gusta, que es el del personaje casual, que de manera casual, y mientras realiza algo aparentemente sin problemas, acaba metiéndose en un infierno, en una boca del lobo de la cual no puede salir. Me apetecía contar una historia de horror distinta, pero a modo de thriller.
LMT- Cristina, ¿y cómo llega el proyecto hasta ti?
Cristina: Llega el guion y a partir de ahí veo que es una historia única. Los restaurantes clandestinos es un tema nuevo que nunca ha sido llevado al cine. En este caso en concreto, en la ficción, desemboca en que en uno de ellos se puede estar practicando canibalismo de lujo. Encuentro que es una propuesta arriesgada, pero también nueva y diferente para el espectador. Y sobre todo es una idea que esconde muchísimas segundas lecturas, que tiene una parte de crítica social brutal. Pienso que merece la pena y, a partir de ahí, me pongo en marcha para ver cómo somos capaces de llevarla hacia delante, con todas las dificultades que conlleva ser un productor independiente, como es mi caso, donde todo cuesta la vida misma y mucho más. Aunque, bueno, cuando al final hay un proyecto en el que crees firmemente, esa fe se transmite a la gente con la que quieres trabajar para convencerles de que merece la pena intentar luchar por esa idea. Y así ha sido como hemos logrado sacar adelante Omnívoros, aunque muy lentamente, porque en esta industria, de momento, hay que caminar muy despacio.
LMT- Como indica Cristina, además de un film de horror, entre líneas anida un subtexto de crítica social muy importante…
Óscar: Escribí el guion hace dos años, cuando estábamos ya de lleno en plena crisis, y comenzaban a verse cosas como que existan quinientas mil personas que viven gracias a los comedores sociales o niños que tienen un par de comidas porque se las dan en el colegio. Vivimos en un mundo de dualidades: quien ha leído El señor de los anillos y quien no, quien ha visto El padrino y quien no, los que quieren ir a la playa y los que prefieran la montaña. Es mucho el yin y el yan, y lo mismo sucede con la ley de la naturaleza. Y yo quería indagar en la ley de la naturaleza, quería meter una cierta cosa primitiva en la película. Explorar la ley de la naturaleza: devorar o ser devorado. Y por esa dualidad, vivimos especialmente un momento en el que cada vez hay más personas devoradas, mientras que los devoradores se mantienen porque cada vez tienen más devorados a su disposición. Hay muchas cosas detrás y mi pretensión es contar una historia distinta, pero dentro de las formas del thriller. Hay personas que esperan ver un “Hostel español” o un torture porn, y esto no es torture porn, ni lo he pretendido. Es más, puede que incluso el tráiler lleve a engaño y piensen que van a ver una cosa mucho más agresiva de lo que finalmente es, por lo que pido que al final se juzgue la película por lo que es y no por la cantidad de sangre que esperarías ver.
LMT- Desde luego, para el tema que tocas la narración es muy contenida…
Óscar: Claro, ¿qué sentido tiene que haga un torture porn cuando hay cientos de torture porn? ¿Qué sentido tiene que yo haga una película de canibalismo puro, cuando hay un montón de películas de canibalismo puro mucho mejores que la mía? Yo sólo quería contar una historia y era que ninguna persona, nadie, es puramente bueno o puramente malo. Detrás de cada Dr. Jekyl hay un Mr. Hyde. Cualquier persona cuando es llevada al límite puede ser un puto demonio. Y eso es algo que tenemos todos dentro y que no sabemos lo que va a pasar cuando se nos somete “al mayor horror inimaginable”. ¿Cuál es ese horror? ¿Verte obligado a comerte a alguien a quien amas? ¿Que todos lo que te rodean te hayan traicionado? Todo eso es el mayor horror imaginable, en este caso para el protagonista de mi película. Eso es lo que a mí me interesaba contar, no tanto un torture porn… A mí todo eso me cuesta concebirlo. Aunque entiendo que haya amantes del género que esperen otra cosa, por eso pido que juzguen lo que ven.
LMT- Según habéis comentado, el film ha sido rodado sin contar con ningún tipo de ayuda oficial, siendo completamente autofinanciado. ¿Fue una decisión vuestra o derivada de las circunstancias?
Cristina: Lo que dicen los libros son varias cosas. Primero es que si puedes conseguir una ayuda financiera y una subvención, optes a ella. Intentamos hacernos con una subvención en la última convocatoria del Ministerio de Cultura y desafortunadamente para nosotros no nos dieron absolutamente nada. El siguiente planteamiento que dicen los libros es que, antes de empezar a rodar un guion, te asegures de tener una distribuidora que se comprometa a estrenar la película. Intenté empezar a rodar el guion con una distribuidora debajo del brazo, algo que tampoco conseguimos. Entonces, una vez intentado todo lo que académicamente se aconseja, nos quedaban dos opciones: guardar el guion en un cajón o seguir peleando por él y pensar en cómo se podía sacar este proyecto adelante con unos recursos muy limitados. Y ahí es donde entra toda la creatividad y el buen hacer de transmitir la ilusión de este proyecto a un montón de gente que comparte contigo el que merece la pena el poder desarrollar un largometraje como este.
LMT- ¿Cuál ha sido el presupuesto aproximado con el que ha contado la película?
Cristina: De un millón y medio de euros aproximadamente.
LMT- Y al ser una producción de bajo presupuesto, ¿hasta qué punto os ha limitado a la hora de llevar a cabo el rodaje? ¿Habéis tenido que renunciar a elementos que requerían de más medios?
Óscar: Si hubiera tenido un cheque en blanco y me hubieran dado tres millones de euros, que es lo que hubiera costado la película si el equipo no se hubiera ajustado al máximo, a lo mejor no hubiera tenido que ir con el guion debajo del brazo a enseñárselo a algunos actores determinados preguntándoles si quieren participar en la película, aclarándoles de antemano que no les puedo pagar lo que debería. Simplemente hubiera cogido y hubiera dicho, para este papel, José Coronado, para este otro Hugo Silva… Entre otras cosas porque si tengo el apoyo institucional me hubieran obligado a tener un par de rostros famosos. En cualquier caso, al final creo que he conseguido una película que es como quería hacerla. Es decir, una película basada en los personajes. Se cuentan cosas terribles, hay momentos no sé si gore pero muy extremos, pero yo quería contar una película a través de los personajes. No he querido quedarme en la típica película clásica de horror donde lo importante es el efectismo, y que al final en muchos casos se caen por las interpretaciones. Tenía clara una cosa y los actores lo han entendido: lo que ves en la pantalla es el momento que viven los personajes, pero detrás de ellos hay mucho más. En la relación entre el matarife y Dimas se trasluce que hay mucho más; como también ocurre entre la periodista de sociedad y el crítico gastronómico; o la propia historia de Dimas, entre lo que le sucedió en la niñez hasta la actualidad. Hay un montón de cosas en las que el espectador puede ahondar.
Cristina: En mi opinión la película tiene una factura técnica impecable. Es cierto que es una historia que se desarrolla principalmente en restaurantes clandestinos, es decir, en domicilios particulares. Por tanto hay mucha parte de rodaje en interiores, y en eso hay que hacer un trabajo muy fino de localizar el sitio que quieres y al coste que puedes ofrecer. Ha sido un trabajo muy laborioso, de patear muchas localizaciones, de buscar aquello que tú necesitas y que se adapte a lo que se puede pagar en ese momento. Luego a nivel de exteriores hemos rodado lo que hemos necesitado y no hemos tenido ninguna limitación. Creo que en ningún momento se ve en el resultado de la película que teníamos poco presupuesto. Y luego está el tema de los efectos especiales de maquillaje, algo que es fundamental para este tipo de películas, lo que nos obligaba a escoger a gente muy buena y especializada, que nos diera la garantía de que el resultado fuera creíble. Que la sangre fuera sangre y que la piel fuera piel. En este aspecto hemos trabajado con un equipo genial encabezado por Gorka Aguirre y Cristina Iglesias, que hicieron un trabajo estupendo. Sí que lo que te implica abordar este tipo de producción es tenerlo todo bien planificado, porque con una buena planificación puedes ahorrarte mucho dinero y, por lo tanto, no puedes dejar nada para la improvisación. Hay que tenerlo todo previsto y cada día enfrentarte a los imprevistos que pudieran surgir como en cualquier otro rodaje.
LMT- Para levantar un proyecto en estas circunstancias, la unión entre el equipo se antoja un ingrediente fundamental…
Cristina: La verdad es que sí. Ese es el gran acierto de la película. Hemos sido honestos con todo el equipo para que trabajara con un mismo objetivo, por lo que les expusimos desde un principio cuál era la situación y cuáles eran nuestras limitaciones. Todo el equipo se comprometió desde el principio hasta el final y aportó lo mejor de sí mismo, ayudando en todo lo que fuera posible. Y todo esto ha redundado en el resultado final del proyecto.
LMT- Habladme un poco del reparto, ya que, si bien carece de nombres populares, está formado por un ramillete de actores cuyos rostros son familiares para el gran público…
Óscar: Cuando pensé en el personaje principal, Marcos Vela, quería un actor que no fuera muy conocido. Quería un buen actor que tuviera la capacidad de que durante la mitad de la película fuera un hombre dulce, manejable, al servicio de las mujeres, alguien social… para que después pasase a ser un hombre aterrado que en el último tramo de la película se transforma en un absoluto hijo de puta. Y entonces ese actor que tuviera esas características, tenía que tener la fisonomía que en este caso tiene Mario de la Rosa, que trabajó conmigo en mi ópera prima, Brutal Box. Por lo demás buscaba actores que, aunque no fueran muy conocidos, sí fueran muy experimentados o en teatro, o en series, o en televisión. Quería que arroparan a este personaje para darle la consistencia y la solidez que yo buscaba en la película. De ese modo se subió al carro Paco Manzanedo, un extraordinario actor que ha sido nominado al mejor secundario en los premios de la Unión de Actores. Fernando Albizu tiene una nominación al Goya, Elisa Matella tiene todas las tablas que quieras, al igual que el resto de las chicas. Y luego es una película para actores valientes que por ejemplo no tengan pudor en mostrar un desnudo frontal masculino. Aquí en España hay muchos problemas con todas esas cosas. Y yo era lo que quería: gente que estuviera muy metida en la historia. Y si hay una actriz, como Esther Lara, que se orina encima y que su personaje se basa en el grito, grita porque el público tiene que creer que está aterrada. Para mí esa selección de actores ha sido fundamental.
LMT- ¿Qué referencias has manejado a la hora de dar forma a la película?
Óscar: Hace muchísimos años descubrí una cosa que apenas nadie conocía y que era el atrocity japonés. Nadie había escuchado hablar de este estilo hasta que Takashi Miike consiguió estrenar en nuestro país Audition. Yo me volvía loco con películas como las tres primeras entregas de All Night Long. Podrán ser mejores o peores, pero son películas muy valientes, que experimentan realmente con el horror humano desde la cotidianidad. Después un tío muy avispado llamado Eli Roth se dijo “¿y por qué no cojo este tipo de cine, lo copio y lo traslado?”, e hizo Hostel, que fue una especie de revolución dentro del género de terror, pero que no es otra cosa que un atrocity japonés hecho en los Estados Unidos. De hecho, Takashi Miike hace un cameo en la película a modo de homenaje. Así que mi referente es el atrocity japonés. La película es un thriller, pero yo soy un gran amante del género. También puedo tener mis iconos como La noche de Walpurgis o Suspiria, y mis referentes a la hora de hacer cine diría que son Ridley Scott o Stanley Kubrick. Cada vez que quiero aprender algo de cine me miro una película de Kubrick. Pero luego está el esquema que había comentado antes, el de alguien que casualmente se mete en una pesadilla. A mí hay películas que siguen este esquema y que me parecen una maravilla. Como, por ejemplo, la propia Hostel, que pese a ser muy tramposa, en ese sentido me parece una maravilla. O Martyrs, con todo el tema de las logias de gente rica que cuando se acercan a la vejez invierten en el dolor humano para saber si existe algo más allá de la muerte. En el caso de Hostel invierten en la tortura, en el de Omnívoros en el canibalismo de lujo, y en el de Eyes Wide Shut en un sexo ritual. Eso me gusta, pero lo que más me interesa es el personaje de Tom Cruise, la chica de Martyrs o el mochilero de Hostel. Es decir, ellos son los que realmente me hacen pensar: ¿qué les pasa por dentro? Otra cosa es que te quedes con el efectismo fácil de Hostel o profundices más en el caso de Martyrs, Eyes Wide Shut, o 13 Tzameti, donde hacían una especie de competición jugando a la ruleta rusa.
LMT- Si se analiza, el concepto de Omnívoros resulta muy similar al de Tesis; es decir, una pequeña producción encuadrada dentro de los terrenos del thriller y basada en un tema de leyenda urbana. ¿Tuvisteis presente de algún modo la película de Amenábar? ¿Era un modelo en el que fijaros?
Óscar: Tesis también sigue el mismo esquema, pero basándose en las snuff movies. Yo hago lo mismo creando restaurantes clandestinos donde se consume carne humana. Soy muy tramposo, he elegido el canibalismo, un tema que es difícilmente investigable porque el canibalismo no está penado. Te puedes comer un tío y no te pueden meter en la cárcel. Otra cosa distinta es que lo mates. El caníbal de Rotterdam, por ejemplo, fue condenado porque cometió infinidad de errores, pero no por su último acto de canibalismo. Recordemos que el tío al que se comió le dio su permiso para que le comiera la polla, con perdón. Por eso no le podían juzgar. El canibalismo no es un delito, el asesinato sí. Referente a lo que dices de Tesis, la verdad es que no la tuve presente a la hora de escribir el guion.
Cristina: Yo creo que no. Ahora que lo dices puedo ver alguna similitud, pero la verdad es que no la teníamos en mente.
LMT- Siguiendo con los posibles referentes nacionales, el personaje del matarife me recordó al de los típicos ayudantes de los mad doctor del cine de terror clásico. Más concretamente, me recordó a Morpho, el contrahecho ayudante del Dr. Orloff, el celebre personaje creado por Jesús Franco…
Óscar: He visto muy poco cine de Jesús Franco. Sé que es un crimen, pero no he visto nada de él. Sólo Killer Barbys… Sí que he visto muchas de Paul Naschy…
LMT- Precisamente, Naschy también hizo un film sobre canibalismo, El carnaval de las bestias…
Óscar: Ya, pero insisto, yo no he querido hacer una película de caníbales. En el caso del matarife, es mudo por una obsesión personal: porque odio que en una película, cuando el asesino llega a su víctima, le suelte una parrafada filosófica antes de matarlo. Un depredador cuando mata, mata. Por eso hemos creado un asesino autista muy concentrado en su trabajo. También es muy inteligente y guarda absoluta devoción a un solo concepto y a una sola persona. De ahí el autismo.
LMT- ¿Vais a distribuir la película en el extranjero?
Cristina: Ahora mismo tenemos un agente de ventas internacional que está presentando la película en diferentes mercados. Es un agente de ventas que tiene sede en Los Ángeles que conoció la película a raíz del tráiler proyectado en Sitges, confió en ella y la está representando en el extranjero.
LMT- A este respecto, ¿no os planteasteis rodarla en inglés para facilitar su distribución fuera de nuestras fronteras?
Cristina: Probablemente, tal y como está evolucionando el sector del cine en España, si tuviera que rodar una tercera película lo haría en inglés. Sobre todo porque de cara a tener un mercado internacional, el no estar rodada en inglés es un hándicap para estrenar en muchos países. Por ejemplo, en Estados Unidos no se dobla absolutamente nada y cualquier película que no esté rodada en inglés es prácticamente imposible de estrenar en salas. Y esto es algo que muchos productores españoles están viendo. En España no hay suficiente mercado para amortizar una película, así que el siguiente paso es rodar en inglés para poder amortizarla.
LMT- Y a la vista de todos los problemas con los que habéis tenido que enfrentaros, ¿aún os quedan ganas de hacer más películas?
Cristina: A ver, creo que en este mundo, quien está, está más allá del tema económico. Todos los que estamos en el cine somos unos locos apasionados que lo que nos gusta es contar historias. Y cada uno desde su función: el actor desde el punto de vista de sacar adelante su personaje con credibilidad y llegarle al espectador para transmitirle algo; el director para ser capaz de empaquetar un producto que también contribuya a transmitirle algo al espectador; y el productor, al final cumple la labor de sacar adelante un proyecto con muchísimas dificultades, pero en las dificultades y en los retos está la superación y el aprendizaje.
LMT- ¿Qué proyectos tenéis para ello?
Óscar: Aunque tengo proyectos, creo que en este momento ni Almodóvar sabe si va a poder rodar su siguiente película, con que imagínate yo. Así que prefiero ir con pies de plomo con este asunto y a ver si pasa pronto esta mierda de crisis.
Cristina: Ahora mismo estoy intentando levantar financiación para un nuevo proyecto, pero lamentablemente, como sabéis, todo es muy lento. Es una carrera de fondo donde no puedes tirar la toalla en seguida porque eso es lo más fácil. Hay que luchar, ese es el único camino para conseguir resultados. Sobre todo para un productor independiente como yo, si no es imposible.