Crítica- X, lo desconocido (1956)

“Una de las pocas introducciones de la Hammer inglesa en el cine de ciencia ficción”

Segunda película de ciencia ficción producida por la compañía inglesa Hammer, poco después del éxito del Dr. Quatermass se decidió a hacer otro título similar, el cual sería una especie de secuela, pero debido a diferencias entre Nigel Kneale, autor del Dr. Quatermass, y la productora esta quedaría como un título aparte. En un principió se pensó en Joseph Losey para dirigirla, pero debido a su condición de comunista hubo problemas y se cambió de director, recayendo en el irregular Leslie Norman, del cual no podemos destacar otros trabajos. El elenco es de primera línea, así encontramos a Dean Jagger, Revolt of the zombies o Alligator, William Lucas, Radiaciones en la noche, Leo McKern, La profecía, Edward Chapman, The man who haunted himself, John Harvey, El fantasma de la Ópera, o Anthony Newley, el mítico compositor de la canción Goldfinger.

Buena sinopsis que ampliaré. El doctor encargado de la investigación es el Dr. Adam Royston que será la única persona que sea capaz de dar una explicación sobre lo acontecido, aún con las burlas de su superior John Elliott, aún así el Inspector McGil y Peter Elliott ayudarán al profesor el cual demostrará que estaba en lo cierto, ahora solo quedará descubrir la forma de eliminar la amenaza sin causar daño alguno, ya que ya han muerto varias personas.

Nos encontramos ante una de las películas precursoras, y hasta diría que es la primera, que muestra una masa que destruye todo aquello que se encuentra a su paso. Justo un par de años antes de la gran cinta con este argumento The blob, y mezclando elementos de la anterior Dr. Quatermass aunque el doctor que tenemos en esta cinta es menos rudo. El que se nos muestra aquí es mas humano y hasta bonachón, aunque quizá esté algo exagerado el elemento científico ya que toda la trama se basa en temas científicos. Curiosamente solo veremos a una mujer, la enfermera, y para regalarnos un gritito. Al menos los aspectos técnicos son destacables, eso sí, la dirección deja que desear, y si, yo soy de los que también cree que si la hubiese dirigido Joseph Losey tendríamos un producto muchísimo mejor, una pena.

Porque la dirección desangelada de Norman no consigue crear los momentos de tensión que precisa el argumento y hasta los momentos gore, muy sorprendentes para la época, están muy poco trabajados y explotados. Algo que sumado a los fallos de continuidad no consiguen crear la película que debió ser.

Al menos la dirección de actores es competente, y aunque tenemos desubicaciones varias en líneas generales tanto los perfiles como las interpretaciones brillan a gran nivel, con algo de heroísmo típico de la época, que tan raro resulta visto hoy en día, aunque al menos cumple.

La criatura está bien elaborada, lástima que solo se nos muestre en el final del metraje, quizá se pudo explotar mas a la criatura, como harían las posteriores The blob o The H-man, por ejemplo. Los primeros ataques de la criatura resultan brutales, la descomposición del enfermero es genial, aunque no queda del todo conseguida, debido a la dirección nuevamente. Algo similar pasa con el ataque a los niños, y que decir de la escena absurda del cura, la niña y el cementerio, seguramente quisieron decir algo, pero con ese montaje y esa forma de introducir esta trama queda del todo absurdo, y el supuesto mensaje queda del todo perdido.

El final es otro claro ejemplo de las pocas maneras de Norman, debió haber algo mas de dinamismo y, sobretodo, mejor colocación de cámaras y elenco. Aún así resulta una cinta interesante e intensa, que no es poco.

Una de las pocas introducciones de la Hammer inglesa en el cine de ciencia ficción, saliendo a colación de su reciente éxito el Dr. Quatermass y resultando una especie de falsa secuela. Tiene muy buenos elementos, lástima que la dirección sea menor, pero aún siéndolo resulta una película entretenida aún vista 50 años después de ser rodada, lo cual resulta muy positivo. Que lejos queda esa época dorada del cine de Sci-fi donde hasta los productos menores resultaban del todo entretenidos.

Óscar Arias