Crítica- Viscosidad (1977)

“Gore brutal y poco mas”

La película mas recordada del director William Sachs, el cual también rodó, dentro del género, Galaxina y South of hell mountain. Como en casi la totalidad de sus trabajos también se encarga del guión, apuntar que el responsable de los efectos especiales es un joven Rick Baker, gracias al cual esta cinta goza de tanta fama. Encabezando el reparto tenemos a Alex Rebar, el cual codirigió y escribió La pesadilla despierta además de aparecer en Amityville 4, y a Burr DeBenning, Alien zone o Pesadilla en Elm Street 5. Les acompañan Michael Alldredge, La ciudad fantasma, Myron Healey, The unearthly, Lisle Wilson, Hermanas, Cheryl Smith, Lemora, Janus Blythe, Las colinas tienen ojos, y hasta el director Jonathan Demme realiza un breve cameo.

Steve West regresa de un viaje para estudiar los anillos de Saturno pero sufre una grave enfermedad, su cuerpo se descompone y necesita matar para tratar de vivir. Pronto escapará del hospital y el Dr. Ted Nelson, responsable del programa y amigo suyo, tendrá que darle caza, aunque el solo quiere ayudar a su amigo. Pero esto no será una tarea fácil debido a la radiación que emana Steve y sus ansias de matar.

Cinta independiente que es recordada exclusivamente por su cantidad y calidad de gore, obra de todo un Rick Barker, ya que como película hay que reconocer que hace aguas por todas partes. Con una historia deudora del Dr. Quatermass, tenemos a un astronauta que regresa a la tierra y se derrite como un helado, dejando a su paso trozos de su propio cuerpo y restos de los humanos que destroza ya que su ira a crecido hasta cotas inclasificables.

Las calidades técnicas son normalitas, nada reseñables, aunque siendo sinceros el montaje, continuidad y diversos fallos de racord le hacen un flaco favor a esta producción, que aún así, algunos tratan de culto, algo realmente exagerado.

Las actuaciones son realmente patéticas, ya no solo a los perfiles les falta algo mas de trabajo o simplemente metraje donde mostrar los mismos, sino que las actuaciones son malísimas, de lo peor que he visto en mi vida. Sin contar, evidentemente, los trabajos amateur, porque la actuación de Burr DeBenning es catastrófica, no hay por donde cogerla. Encima la dirección no es capaz de rodar con dinamismo un plano contra plano en un diálogo, y el montaje no hace absolutamente nada para ayudar. Vamos un desastre total.

Desastre del que salimos gracias a las constantes escenas gore y la visión constante de este hombre que se derrite, por cierto, Jim Munro vería este film en innumerables ocasiones para rodar su Street trash. Igualmente una de las víctimas de Robocop acaba derritiéndose como nuestro protagonista.

Para colmo los actores “principales” tienen un final algo bochornoso, tanto los del general como el policía claman al cielo. Sin lógica, ni fuerza, ni sentido alguno, además de resultar algo flojos. Ni en la parte final William Sachs consigue crear tensión, eso que el argumento y el monstruo ayudaban, y mucho, dejándo solo unas escenas finales de comedia negra realmente simpáticas. En definitiva, es un quiero y no puedo, aunque recomendable por su monstruo y gore.

Un gore que ofrece una historia interesante pero que hace aguas por doquier, siendo así un título conocido que tiene buena fama pero que en realidad es menor de lo que se dice. Aunque es cierto que su cantidad de gore ayuda a mejorar el producto, ya que sin el mismo esta cinta estaría totalmente olvidada.

Óscar Arias