“Enésimo scare Fest de manos de la Blumhouse. Nada nuevo bajo el sol”
La productora norteamericana Blumhouse se está destapando como la creadora, distribuidora, de cine de terror mainstream, pero con presupuestos ajustados. Haciendo, también, producciones ejecutivas y encargándose de la distribución internacional de algunos títulos. Y eso justo pasa con esta “The vigil”, el debut detrás de las cámaras del director Keith Thomas y que ya tuvo su periplo festivalero el pasado 2019, donde cerró todo un Festival de Sitges, y con buenas críticas.
Pero debido a la pandemia que asola el mundo este 20020 no ha sido hasta este octubre cuando va a tener su estreno en salas españolas, que nunca es tarde. ¿Y qué nos ofrece esta “The vigil”? Pues otra cinta de scare jumps clásicos, usando un tempo lento y tratando de meternos en el drama de un personaje que tiene mucho que mostrar pero que resulta algo pesado en diversos momentos. Y no es que la cinta se mala, en absoluto, simplemente que es más de lo mismo. La “única diferencia” es la ubicación de la trama, un velatorio judío.
Aquí Yakov Ronen, interpretado por Dave Davis [La maldición del pantano (2014)] de forma simple, especialmente para ser su primer protagonista en un título de este tipo ya que es un habitual secundario, acabará haciendo de “shomer”, un guardián de los muertos en la noche de velatorio en la tradición judía. Y claro, resultará que el velado tiene un pasado marcado por la guerra y un fantasma le lleva martirizando toda la vida, el cual habrá escogido a Yakov para atormentarlo y ser el sustituto del finado. Y es que Yakov ya es un tipo atormentado, la muerte de su hermana le marcó, y bueno, su perfil es bastante clásico de este tipo de personajes, nada más que aportar.
Porque el gran problema, en casi todos los aspectos, es la constante sensación de “ya lo he visto” que tiene toda la cinta. Tanto personajes, perfiles, acciones y hasta el monstruo y sus resoluciones y porqués. Da igual el nombre que le pongan, las acciones que provoque, las caras de susto del protagonista, ya lo hemos visto mil veces. Y esto es una pequeña losa, ya que la cinta no despega y, sin ser nada, en absoluto, negativo ser más de lo mismo, esta no aporta nada. Solo la clásica consecución de scare jumps de manual, con ruidos, sombras y demás clásicos del “moderno” cine de terror. Vamos, nada nuevo bajo el sol.
Leí en alguna parte que lo novedoso de este título es ubicar la cinta es un ritual judío, pero si nos ponemos así tendríamos que aceptar cualquier cinta de sustos fáciles que introduzca el enésimo ritual, ya sea real o ficticio. Nunca entenderé los distintos baremos que se usan con unos títulos u otros, y soy el primer defensor de la Blumhouse y su logro de tener la mayoría de sus producciones, o distribuciones como este caso, estrenos en cines, pero hay que exigirles algo más, sino bastante. Y entiendo que teniendo un presupuesto ajustado haya que ser algo más permisivo, pero tener el enésimo mismo demonio, con los enésimos mismos sustos y juegos de montaje clama al cielo. Más aún cuando siempre es un placer ver las nuevas propuestas de la Blumhouse, pero algo de decoro no vendría mal. No vale con que el señor Blum compre los derechos de todas las cintas que están cortadas con el mismo patrón, no acabará siendo bueno para el género.
Y si, tenemos momentos buenos, y hasta potentes, amo el terror, y claro si me das sustos de manual pues me gusta, pero no deja de ser repetitivo y provoca que salga de la sala diciendo, “si, está entretenida, pero ya no me acuerdo de nada”. Y eso es lo peor que le puede pasar a un cinta de este tipo, que provoque indiferencia. Que provoque que el trailer sea, casi, mejor que la cinta al completo, y que si no entramos en el juego que nos propone Keith Thomas no deje de ser un título del montón.
Porque quizá el guión cumpla, pero la forma de contárnoslo, con los distintos personajes, no aporte nada. Ni la mujer, y la “relación” romántica, ni la señora mayor, cogida de pinzas, ni muchas cosas. Y mira que hay momentos que pueden dar para mas, pero se quedan en lo clásico, el scare jump tradicional, y más moderno. Casa, pocos personajes, un ente diabólico, caracterizado de forma habitual, en este caso un difunto al que velar, imaginaos varios de los sustos, y la mayoría de cosas que ya habéis visto en cintas distribuidas, o producidas, por la Blumhouse. Así que sabiendo lo que se nos ofrece, que no es un título, en absoluto, tramposo, podemos disfrutarlo. Lástima que, para variar, nos vendan más de lo que ofrece. Y si bien no es mal debut, si queda algo en tierra de nadie, y el paso del tiempo la colocará en la zona de títulos entretenidos que pasaron sin mayor pena ni gloria.
La Mansion del Terror - 5.3
5.3
Género; Fantasmas