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Crítica- The amazing transplant (1970)

“Trasplante de pene y maníaco sexual. ¿Interesante? Pues es una cutrada sin ritmo de 66 minutos”

En plena época del cine nudie, donde Doris Wishman era la directora a seguir por parte de la industria, y los aficionados, esta escribe un guión donde un hombre, tras haberse realizado un trasplante de pene, comienza una espiral de violaciones y asesinatos. Con esta premisa uno puede esperar un gran título, o al menos una gran rareza, más aún en plenos setenta, donde el cine de rape & revenge, el gore, y el nudie se pondrían tan en boga. Pero no, realmente estamos ante otro trabajo menor de la reina del nudie.

Para protagonizar este guión, propio, contó con el brasileño João Fernandes, siendo este su segundo trabajo como actor ya que siempre trabajó como director de fotografía. Como detalle del todo friki decir que algunos de sus trabajos son “Viernes 13. Último capítulo” o “Los chicos del maíz” de 1984 entre otras muchísimas más, sorpresas cinéfilas que se lleva uno de vez en cuando.

Del resto del elenco, el cual está plagado de actrices que intentaron hacerse una carrera a base de mostrar carne, solo podemos destacar a Larry Hunter, que había trabajado en “Olga’s Dance Hall Girls” en 1969.

Lo más interesante de esta, cutre, película es el psicotrónico guión, ¿Quién se puede resistir a un título con semejante idea original? Un servidor no. Y mira que el cine underground e indi yankee está plagado de cutradas como esta que cuentan con ideas originales del todo llamativas y psicotrónicas.

Pero aquí las violaciones son calamitosas. De hecho, las tenemos medianamente violentas, y hasta aceptadas por la víctima, sí como leéis. El caso es que una de las chicas acabará disfrutando y retozando con el “maníaco sexual”, que al final ni es tan maníaco ni nada. Es que debido al trasplante de pene, vaya tela, al ver una mujer con pendientes de oro siente la necesidad absoluta de violarla, o, al menos, tener relaciones sexuales con ella. Porque este maníaco, que es así como nos lo venden, solo asesina a una mujer, encima con la que se iba a casar antes del trasplante.

Y es que la gran idea original, o más bien psicotrónica idea original, va haciendo aguas a medida que pasan los minutos, al menos estos son unos escasos 66. En cuanto a las calidades técnicas poco se puede decir, más aún si se conoce el estilo, del todo remarcado, de la directora. Tenemos innumerables planos de pies caminando, parece que a Wishman le parecía un gran recurso, alguien le debería haber dicho que una cosa es usar y otra abusar. O de planos de cualquier cosa menos enfocar a quien está hablando, o en medio de un soliloquio o conversación mostrar más las reacciones de los que no hablan al propio interlocutor. Cosas del nudie, digo yo.

Porque del montaje mejor ni hablar, calamitoso es decir poco. Y la banda sonora, peor de lo que cabría esperar, no sé ni cómo catalogarla, parece sacada de una discoteca de la época, o del cine porno más cutre de los mismos años, además de estar metida con calzador.

Por otra parte todo lo referente al doctor, al cual podríamos catalogarlo de Mad Doctor, es igualmente ridículo. Cierto es que en esos años vieron la luz otros títulos psicotrónicos sobre trasplantes, tales como “Trasplante a la italiana”, coetánea y que tiene un argumento muy similar, ya que comparten trasplante de pene, aunque se trate de una comedia italiana, o unir dos cabezas como las superiores “Experimento diabólico” de 1972, o “El increíble trasplante bicéfalo” de 1971. Y es que la psicotronía en los setenta no tuvo fin.

Pero este título carece de ritmo, así la investigación del detective está tan apagada que se hace hasta pesada en los escasos 66 minutos, y esto sí es un error. Además que Wishman carece de fuerza tanto para mostrar violencia, o tan siquiera destapes, así su público habitual no vio con buenos ojos este título menor, a todas luces, dentro de su filmografía. Y sí, se ven desnudos de varias mujeres, y del susodicho violador, pero no llegan a los mínimos del cine nudie.

Por otra parte el final es de lo más cutre que uno se puede imaginar. Si bien se nos acaba por contar, en una confesión plana del “Mad Doctor”, lo relativo al trasplante. Y es que el mozo era virgen y el ayudante del médico es todo un play boy, y claro, como iba a morir este le pide al doctor que le trasplante el órgano viril. Pero lo que no sabe es que heredará, y de forma más violenta, una característica del semental. Las mujeres que llevan pendientes de oro le ponen como una moto… Y la secuencia final, donde vemos al “pobre” Arthur, confesándose al detective no tiene precio. Hasta el detective le dice que tratará de ayudarle, porque le entiende… jajajajaja.

Vamos, otro título menor de Doris Wishman, que solo consiguió tener un gran nombre gracias a sus títulos nudie, porque sus escasos acercamientos al género son calamitosos. Ella lo intentó, pero los resultados son nefastos, este título, de hecho, es para verlo, o mejor no, y olvidarlo rápidamente. Pero como nos gusta ver de todo, de vez en cuando nos topamos con cutradas como esta, que no vale ni para ver entre amigos de desfase total… jajaja.

Óscar Arias

La Mansion del Terror - 4

4

Género; Violación - Asesino en serie - Mad Doctor

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