“Revisión del mito de Fausto en un producto que mezcla demasiados subgéneros perdiéndose entre ellos”
La dupla de directores y guionistas Kevin Kolsch y Dennis Widmyer graban su segundo largometraje, prácticamente siempre trabajan juntos, y primero dentro del cine de género. Para ello cogen elementos nada originales, lo cual tampoco es necesario, y los entremezclan para mostrarnos una especie de nueva fábula sobre el mito de Fausto, pero con crítica al mundo cinematográfico y con elementos de la Nueva carne de Cronenberg, vamos del estilo de las recientes “Thanatomorphose”, “Contracted” o “Pretty dead”.
La cinta versa sobre una actriz en Los Ángeles que va casting tras casting tratando de conseguir algún tipo de papelito, mientras que trabaja en una cadena de comida rápida. Algo habitual, según se cuenta, en la meca del cine. Y mira tú por dónde la protagonista, Alex Essoe, encajaría en esta descripción, aunque ha participado en varias series de televisión y como secundaria en algún que otro largo. Alex está acompañada de un reparto donde encontramos rostros conocidos de la última hornada de cine independiente de género. Así podemos destacar la presencia de Noah Segan, visto en “Looper” en 2012, Fabianne Therese, de la divertida “John muere al final” de 2012, la veterana Maria Olsen, que ha participado en cintas como “Paranormal activity 3” de 2011, o“Shellter” de 2009, o Pat Healy y Amanda Fuller vistos en “Juegos sucios” de 2013.
Con un estilo, dramático, poco acorde a lo que la película nos ofrece en sí, pseudo terror, apareció esta “Starry eyes”, la cual tiene críticas enfrentadas, y aunque sin ser una gran película sí es del todo disfrutable. Porque lo que falla, principalmente, es un guion algo tramposo que está rodado de forma más bien confusa. Ya que si bien vemos la evolución del personaje de Sarah, de una forma muy cercana a la de los vistos en las películas citadas anteriormente aunque, otro error, con menos mala leche y con más carga dramática, esta se va haciendo más pesada con el devenir de los minutos.
Así la parte inicial tiene la apariencia de mostrarnos un gran título de terror con gran carga dramática, pero no, la historia se queda a mitad de camino. Y esta mitad de camino se produce, justamente, en los momentos donde la cinta debió dar el giro brusco a algo más terrorífico o más dramático, pero hacia algún lado debió girar.
Ya que si bien el perfil de Sarah es compacto y está bien perfilado, contiene alguna que otra licencia demasiado pesada. El cómo se explica el porqué del asunto y cómo son sus ataques de, digamos, ansiedad, quedan del todo desdibujados y mal utilizados, daban, desde luego, para bastante más. Más aún con el final que se nos muestra más adelante.
Eso que la interpretación de Alex Essoe es muy buena, de hecho es el pilar donde se asienta la cinta y junto a la perfecta banda sonora son los elementos más potentes de todo este trabajo. Y, otro punto en contra, son el resto de personajes que son demasiado desiguales, hay demasiados altibajos tanto en sus perfiles como en sus interpretaciones.
Porque el momento “amigas puñeteras” es bastante bochornoso, la dupla de directores debió ser más valiente en este asunto, y o bien introducir temas de bulling o no, pero no quedar en un muestro y no muestro.
Y algo similar nos pasa con lo referente al casting. Elementos tramposos a más no poder. Ya que estamos ante una secta, o no, donde si bien no se “vende” el alma se juega con un “cambio” para pertenecer a la “familia”. Vamos, la enésima revisión, y versión libre, del mito de Fausto, el cual queda desdibujado por las licencias tramposas de los directores.
Estas licencias las tenemos en la propia presentación del “demonio” jefe, un sobreactuado Louis Dezseran, el propio, y forzadísimo casting, con una genial Maria Olsen, y la segunda visita al productor, donde droga y miedo a perder un tren no se entremezclan en absoluto y queda algo confuso.
Y aquí la cinta se asemeja más a “Thanatomorphose”, debido al estar, claramente, dividida en “capítulos” bien remarcados. Con escenita uña en el baño, un clásico de este nuevo cine de descomposiciones, que ya se explotó en el cine de terror asiático moderno.
Por cierto, ¿qué me decís de los encapuchados? Y la ceremonia tiene traca también, no entendí la bolsa de plástico donde está Sarah, ¿un renacer?, seguramente, ni las velas, ni nada. Luego hay quien puso a parir a “Faust: La venganza está en la sangre” y sus ceremonias son mucho más potentes que esta, así lo creo. Y que sí, que esta juega con el ambiente y el tempo, pero de no ser por la banda sonora este wannabe de “La semilla del diablo” hubiese sido caótico.
Otra de las mezcolanzas de Kevin Kolsch y Dennis Widmyer es la incursión de elementos, digamos, de la Nueva carne. Así veremos la descomposición paulatina de Sarah, que si bien argumentalmente está cogido por pinzas, visualmente es del todo destacable. La labor de Alex Essoe y la dirección son formidables, solo eché en falta algo más de valentía y mala leche, pero los resultados, a groso modo, son del todo satisfactorios. Eso que el comienzo con el moqueo en la tienda es, otra vez, bochornoso.
Así pasamos al final donde, otra vez, cambiamos de registro y vemos una especie de slasher- home invasion indi menor. Con una especie de killer, medio zombie medio mutante, que empieza a asesinar a todo el que pilla por la casa. Y este nuevo estilo da un pequeño paso atrás con respecto a lo que se nos venía proponiendo. Porque el batiburrillo de ideas y estilos no quedan para nada bien mezclados, y si bien tenemos buenas ideas y momentos, estos quedan disipados por incongruencias y saltos y faltas de estilo demasiado remarcadas.
Y sí, ¿qué esperabais?, hay mensajito final con “homenaje” a grandes actrices, más nuestra nueva, y regenerada actriz que, seguro, se convertirá en una diosa del celuloide. Vamos, una revisión del mito de Fausto algo simplona y con crítica al star system.
Aún con todo es un título disfrutable, el cual sin ser una gran obra si es del todo recomendable ya que mimbres tiene, lo malo es el abuso en la mezcla y la poca originalidad en la misma. Pero vamos, cumplir cumple, que es de lo que se trata. Más aún con su escaso presupuesto.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 6.8
6.8
Género; Terror- Fantástico