Crítica- Sorority babes in the slimeball bowl-o-rama (1988)

“Película de culto para todos los seguidores de las Screem Queens ochenteras”

Uno de los títulos más míticos del prolífico director David DeCoteau debido a la aparición de tres de las más conocidas Screem Queens ochenteras, Linnea Quigley, Michelle Bauer y Brinke Stevens, las cuales solo participaron juntas en esta y en la anterior Nightmare sisters. Para más datos, es una producción de la Titan bajo el amparo de la Full Moon, por lo que se puede saber de sobra lo que tenemos entre manos, monstruito, destape y comedia, y no nos equivocamos en absoluto.

Otros actores que participan y podemos destacar son al debutante Andras Jones, [Pesadilla en Elm Street 4, 1988], Roban Sitie, [Slumber party massacre, 1982], Hal Havins, [Night of the demons, 1988], Carla Baron, [Halloween night, 1988], y el mítico George ‘Buck’ Flower, visto en Animadoras asesinas, 1987, o la saga de Warlock.

Calvin y unos amigos espían los ritos de iniciación de una hermandad cuando son pillados, como castigo deben ir con las chicas a una bolera y conseguir el trofeo mayor. Una vez allí se toparán con Spider, una ladrona. Pero el trofeo que cogen se rompe y surge de el un diablillo que les concede un deseo a cada uno, pronto este se torna en diabólico y los problemas comienzan, además, otras de las chicas de la hermandad han ido a vigilar y ahora están convertidas en demonios.

Entretenida y habitual cinta con el estilo típico de la Full Moon y uno de los mejores trabajos de DeCoteau. Aunque esto no sea decir demasiado ya que realmente todos sus trabajos son de similar factura y en caso de preferir alguno es debido a su elenco, guión o monstruo de turno ya que siempre tenemos las mismas calidades técnicas. Quizá en esta ocasión la oscuridad predomine, eso sí, en los planos o secuencias de destape hay una aluvión de luz, faltaría mas. Que el espectador debe poder disfrutar en su máximo esplendor de las Screem Queens contratadas para este film, salvo en el final de la Bauer, lástima…jajaja

He de destacar a una genial Linnea Quigley, siempre me encantó en esta cinta, es a la par que dura, simpática y el díptico que forma con el nerd Calvin es muy interesante. Siempre bajo la batuta de producto de la Full Moon, no olvidarse. Porque las actuaciones son normalitas, nada reseñables pero no son malas, algo que agradecer.

El monstruito de turno es muy típico de la Full Moon, aunque si, la productora es la Titan, y la anterior Empire. Se nota que Charles Band estaba de por medio, así tenemos a un pequeño monstruito gris con la boca grande y muchos colmillos, que al parecer fue metido en el trofeo por el Portero, que se comporta como el clásico La pata de Mono. Concede deseos que se tornan malvados, no hay que buscar grandes guiones, ni mucho menos, en este tipo de películas.

Me resultó muy graciosos el perfil de las dos chicas poseídas, una se convertirá en la Novia de Frankenstein, con pelo y mechas incluidas, y la otra será en plan Demons, pero sin babas y además la veremos maquillarse para conservar la belleza, ¡geniales detalles!

También tenemos algún que otro ataque y pequeños elementos gore, hasta una cabeza servirá como bola de los bolos. No olvidemos que estamos en una bolera, aunque se echa algo de menos más líquido rojo, pero como está paliado por los continuos destapes lo aceptamos. Aparte el final es muy clásico del bajo presupuesto yanke de finales de los ochenta, no puedo decir mucho mas, aunque os podéis hacer una idea.

En definitiva, película de culto para todos los seguidores de las Screem Queens ochenteras, como es un servidor, porque la cinta, siendo entretenida, no es ninguna joya, aunque sirve como entretenimiento a la perfección, además de tener unos primeros quince minutos de comedia para el fan. Por cierto, he de apuntar que Brinkie Stevens mejoró después de operarse, he de reconocerlo, aquí no estaba operada y la diferencia es bastante grande, y queriendo ser una Screem Queen el cambio que dió fue perfecto. Ah, tres años después se rodó una especie de remake bastante menor que está producido por el propio DeCoteau, Sorority babes in the dance-a-thon of death.

Óscar Arias