Crítica- Santa Claus conquista a los marcianos (1964)

“Joyita de la psicotronía, puro culto”

Dirigida por Nicholas Webster, que dirigió otra Sci-fi, Mission Mars y se dedicó mayormente al mundo de la televisión y los documentales nos ofrece esta pieza del más puro psicotronismo y considerada una de las peores cintas de todos los tiempos, cosa que le da varios puntos, ya que aún siendo mala por varias razones tiene algo especial que la convierte en puro culto.

Kilmar, lider de los marcianos de Marte ve como sus hijos están siempre tristes viendo la televisión de la Tierra, en especial en la época navideña y su personaje más característico, Santa Claus, por lo que decide raptarlo para que lleve la navidad a Marte. En la Tierra también raptarà a dos niños, Billy y Betty, para que le ayuden a encontrar a Santa Claus, una vez que lo consiguen lo llevan hacia Marte, pero con el continuo impedimento de Voldar, el rival de Kilmar, que no quiere saber nada de los terrìcolas e intentarà por todos los medios deshacerse de Santa Claus y los niños. Encima Kilmar querrìa que Santa se quedara para siempre en Marte, pero Santa no está de acuerdo con eso.

Caspa, psicotrónia, frikismo y más cosas se pueden decir de esta cinta, que siendo mala tiene algo que la hace muy interesante. Ver una cinta navideña, mezclando extraterrestres y a Santa Claus es impagable. Con un guión, decorados y caracterizaciones de los marcianos bastante malos Webster logra crear una cinta para todos los públicos con una psicotronía incomparable. Encima hay muchos puntos increíblemente sorprendentes, como el robot de los marcianos, que es muy parecido al mítico Robby el robot, o la música. Totalmente sesentera con aire navideño, es sin duda de lo mejor.

La trama es bastante boba, aunque siendo una cinta navideña ya se sabe, y las actuaciones al menos cumplen su misión, que no es poco. Mucha comedia al estilo Abbot & Costello, sobretodo en el personaje de Dropo, que aún siendo muy exagerado hace un buen papel, aunque aquí los grande protagonistas son Santa Claus y Billy y Betty, que cumplen en sus interpretaciones, muy típicas de la època. Y es que poco más se puede decir de esta cinta tan peculiar, salvo que está destinada para todos los públicos, siendo tan mala que entretiene y nos hace reir, y se me hace raro que consiguiesen llegar a esa duraciòn, 1 hora y cuarto, porque con ese guión ya me direis.

Joya de la caspa, solo recomendada a gente sin complejos con ganas de descubrir una de esas cintas de los sesenta tan cutres, con poco presupuesto y tantas carencias, que consiguen quedarse en la retina para siempre. De las cintas, o casi estilo de películas, que habrà que reivindicar siempre por su extrema cutrez. Hay que verla, aunque sea por encima, en serio.

Óscar Arias