Crítica- Samurai reincarnation (1983)

“Joyita de Samurias y demonios cristianos vengadores”

El gran Kinji Fukasaku rodò esta extraña mezcla de cine de samurais con cine setentero pulp, algo que no muchos comprendieron resultando esta cinta una de las grandes incomprendidas de su filmografia, donde podemos destacar Battle royale, Batalla mas allà de las estrellas, la saga The Yakuza papers o Virus. Con un elenco de gran categoría encabezado por el mìtico Sonny Chiba, Los invasores del espacio o Kill Bill, y Tomisaburo Wakayama, de la saga Lone Wolf and Cub, estando acompañados de Kenji Sawada, Hiruko the goblin, Ken Ogata, Exterminio, un joven Hiroyuki Sanada, The Ring o El ùltimo samurai, y un gran elenco de actores habituales del cine de samurais japonès.

Shiro Amakusa vende su alma al diablo al ser destruido su ejercito de cristianos por el Shogun, asì viajarà por el mundo de los muertos para crear un pequeño grupo de demonios malignos que quieren acabar con el Shogun y la familia Yagyu, de la cual su señor, Lord Tajima Yagyu, tambièn se unirà a Amakusa. Solo Jubei Yagyu serà capaz de plantar cara a todos estos demonios, tendrà que conseguir una katana poderosa para poder hacer frente a la magia de los demonios, el shogunato està en sus manos.

Nueva aventura del personaje Jubei Yagyu dirigida por Kinji Fukasaku, ya en el año 1978 rodò The Shogun’s samurai, con la que guarda innumerables diferencias. Esta es una cinta realmente extraña, original y de difícil digestiòn en su tramo inicial, con momentos bizarros, planificados a modo de historia, pero contada de forma peculiar, como a trocitos pequeños que no sabe uno como unir, al menos con el paso de la cinta todo toma sentido. Las características tècnicas brillan a gran nivel y la mezcla de estilos, el mas puro estilo samurai, y el estilo mas setentero y pulp, que tanto y tanto a inspirado a Tarantino, que, por cierto, debe ser un amante de este tìtulo, queda compactada de forma magistral, resultando una cinta bastante interesante.

Con unas actuaciones muy potentes, no obstante tenemos a grandìsimos actores como Sonny Chiba, que lo borda, y Tomisaburo Wakayama, del cual soy fan incondicional y que nuevamente demuestra porquè era considerado el mejor espadachìn de la època siendo, ademàs, un genial actor. Quizà haya algùn personaje que resulte algo menor, como Shiro Amakusa que provoca directamente que la actuaciòn de Kenji Sawada quede algo desdibujada, aparte la incursiòn del Samurai violador y asesino de mujeres me supo a poco, resultando poco trabajado, ya que si consigue mostrarnos a un personaje tan mezquino y sàdico no acaba por mostrarlo en la propia cinta, quedando algo desdibujado.

Un grandìsimo detalle, que mas de uno deberìa asimilar, entender y valorar, es que la secta malvada es la cristiana, si leéis bien, nuestro malvado es cristiano y al perder rechaza a Dios y se une al diablo. Pero tratarà de vengarse del Shogun por aniquilar a los cristianos, me encantò este detalle, que no es novedoso pero siempre me encantò ver a los cristianos como la real secta malvada.

Hay momentos gore increíbles y unos planos que estàn dibujados de forma magistral. Nada mas comenzar la cinta vemos un campo enorme repleto de cabezas cercenadas, las de los 37.000 cristianos, otro gran momento es el plano de la crucifixiòn de otros tantos, ademàs de varios sorpresones de la parte final. Parte final donde ocurrirà lo que todos esperamos, que Jubei comience a pelear contra los demonios, y sobretodo ver la lucha entre Chiba y Wakayama, que no defraudarà en absoluto. Kinji Fukasaku sabe lo que tiene y ademàs les hace luchar en el palacio del Shogun en llamas, simplemente bàrbaro. Lamentablemente la cinta dura 120 minutos y resulta algo pesada en algunos momentos, casi por el estilo extraño de la direcciòn, del todo provocada, que por la propia cinta. De todas formas es del todo recomendable.

Pelìcula de Samurias y demonios cristianos vengadores que resulta algo confusa en sus inicios, con mucho bizarrismo y momentos sublimes. La pelìcula, en lìneas generales, es muy disfrutable pero esos momentos de teatro japonès quedan extraños y no son del agrado de todo el mundo, algo que entiendo. De todas formas a mi con meter en el mismo reparto a Chiba y Wakayama ya me tienen casi conquistado, y algo similar, pero sin Wakayama, le pasarà a Tarantino, ya que se nota muchìsimo que esta cinta la habrà visto varias veces.

Óscar Arias