Crítica- Ritos satánicos (1990)

“Cambio en la saga adentrándonos en el universo de Yuzna”

Brian Yuzna toma las riendas de esta saga cambiàndola totalmente, pasando de ser un slasher a una cinta de brujerìa, con su colaborador habitual Screaming Mad George a cargo de los FX y con guiòn de Woody Keith, como el año posterior con la superior Society, de la cual esta mama detalles. Està protagonizada por Neith Hunter, que previamente realizò algùn cameo en Noche de miedo 2 o Los viajeros de la noche y que después participarìa en la continuaciòn de esta, Juguetes asesinos o Carnosauro 2, y el “raro” Clint Howard, El legado del diablo, Carnosaurio o El vendedor de helados.

Estàn acompañados por el mìtico Reggie Bannister, que hace un pequeño papel en esta, o Maud Adams, Rollerball, Tommy Hinkley, Regen, regeneraciòn mortal o Buried alive 2, Allyce Beasly, recordada por su papel en la serie Luz de luna y que ha participado en Los Tommyknockers o Rumpelstiltskin, o el propio hijo de Yuzna, Conan Yuzna.

Una mujer se suicida a lo bonzo, poco después Kim, que trabaja en un periòdico y quiere ser reportera, trata de hacer un artículo pero se lo conceden a su novio Hank. De todas formas ella investiga y poco a poco irá familiarizándose con Fima y su grupo de amigas, todas en contra de los hombres y miembros de una especie de secta. Al poco tiempo Kim comenzarà a tener visiones y serà usada por el grupo de Fima y su secuaz Ricky para una serie de ritos, Kim junto a Hank tendràn que luchar con tan peligroso culto.

Sin nada que ver con la saga original, solamente el nombre de Ricky, el asesino de las dos entregas anteriores que aquì es el chivo de una secta de brujas o satànica, que ademàs serà el encargado de mostrar un homenaje a la saga ya que verà en la televisión parte de Posesiòn alucinante. Ya que Yuzna al final de la pelìcula comenzarà a meter detalles de la saga, con caras de Santa Claus, o San Nicolàs, para parecer que estamos en la nochevieja, aunque lo realiza de forma bastante desangelada.

En cuanto a la pelìcula decir que estamos ante otra paranoia de Yuzna y su universo de bichos, sectas, deformaciones y esa especie de Nueva carne personal, pero con un ritmo algo flojo. Recordemos que el año anterior rodò la superior Society con la que esta comparte el estilo de los efectos, aunque en esta en menor medida, demasiado menos de hecho.

Las calidades tècnias son competentes, no se pueden criticar ni aplaudir, cumplen sin màs. Aunque bienes cierto que en la parte final la creaciòn de la atmòsfera sufre un cambio a mejor, bastante interesante, que consigue levantarnos del tedio general que uno tiene al ver este tìtulo, al que tarda mucho en pasar cosas o mostrarnos algo de interès, para pasar a una parte final muy superior que deja con buenas sensaciones finales, pero no globales.

Las actuaciones son normalitas, da la sensaciòn que la direcciòn de actores fuè mala. Tenemos a Neith Hunter como un personaje sobreactuado y muy forzado, feminista y absurdo por momentos cuando, claramente, pudo dar mucho mas de si. Algo similar pasa con Clint Howard, que si bien parece un papel menor es en realidad el lazo de uniòn con la saga y parte importante de la trama, aunque Yuzna en ningùn momento lo demuestre, bueno es su final. Al igual que las miembros de la secta, mal dibujadas y representadas, salvo, quizà, Maud Adams.

El gore se hace esperar, solo veremos cucarachas y bichos similares, al menos uno es gigante, antes de empezar a ver los trabajos màs gore de Screaming Mad Geroge, que son un poco màs de lo que siempre hacìa y claro, aùn siendo interesante se hace poco sorprendente.

Por lo menos el final es lo mejor de toda la pelìcula, aunque Yuzna lo finiquite con excesiva celeridad. Yuzna demuestra que a veces tiene momentos de lucidez. Muy bueno el rito, pero no consigue llevarlo todo a buen puerto.

Cuarta entrega de la saga Noche de paz, noche de muerte, aunque bajo la batuta de Yuzna cambiò radicalmente el argumento y estilo, tanto de esta como la quinta y ùltima entrega, Juguetes asesinos. Yuzna trata de crear un mundo personal pero no acaba de llegar a los grandes momentos mostrados en otras de sus pelìculas o de sus producciones, el bueno de Yuzna mejora produciendo, aunque tiene màs de cal que de arena. Esta es disfrutable, ni màs ni menos.

Óscar Arias