Crítica- Rise of the dead (2007)

“Terror independiente con uno de los mejores finales del año”

Debut de William Wedig. quien anteriormente solo había rodado dos cortometrajes alejados del género. En esta ocasión cuenta con un interesante guión y con un presupuesto algo ajustado. Está protagonizada por la debutante Erin Wilk, de hecho casi la totalidad del elenco debuta en este largometraje, del cual solo podemos destacar a Chris Ferry, visto por Salvage, 2006.

Laura tuvo un bebe que tuvo que dar en adopción, pero este pasó por una familia ultra cristina que lo maldijo, así al recaer en otra familia sufrió un accidente y murió, ahora a vuelto para vengarse de toda la gente que le hizo daño, ocupará los cuerpos de distintas personas para poder llevar a cabo su terrible venganza, solo Laura con la ayuda de su actual novio Jack tratarán de pararle.

Interesante película independiente que maneja un guión muy interesante, que si bien no es muy original si está muy bien trabajado. De hecho William Wedig consigue mantener durante todo el metraje el mismo estilo y ritmo. Además la cinta dura unos escasos 70 minutos, gran acierto, donde pasa de todo y aún habiendo algunos momentos más lentos el dinamismo perpetrado por la dirección consigue crear buenas atmósferas que quedan perfectas en este tipo de producto. Lástima de contar con un presupuesto escaso ya que de haber tenido más posibilidades económicas seguramente tendríamos una de las grandes sorpresas de su año.

Cierto es que las actuaciones no son nada del otro mundo, los perfiles son más de lo mismo, aunque, me repito, están bastante bien elaborados, y la continua aparición de personajes y situaciones que el espectador desconoce van generando una película bastante entretenida.

Sorprendentemente tenemos algunos momentos gore, es una alegría que William Wedig no obvie el líquido elemento, que si bien aparece en pocas ocasiones está siempre usado en su justa medida, como condimento perfecto para cada secuencia. Y es que estos pequeños momentos gore cumplen bastante más que la absurda forma de poseer que nos muestra Wedig. Simplemente la persona poseída comienza a babear de forma bastante desagradable, por cierto, quedando este matiz algo cutre y desvirtúa, en cierto modo, al resto de la película. También tendremos nuestra ración de destape, con una muerte muy del estilo Slasher ochentero, por cierto.

Pero llegando al final tendremos el porqué esta cinta merece un reconocimiento, la resolución final es SOBERBIA e IMPACTANTE, totalmente original y por si sola coloca a esta producción de bajo presupuesto en un lugar privilegiado, porque lo que ve el espectador no se lo puede creer, de hecho, ¿Alguien me creería si se lo contase?, ¿A alguien se le ocurriría lo mismo?, y para colmo Wedig nos regala un par de minutos más donde vemos a Jack totalmente flipado, recordándome, no se porqué, a algún momento de la magistral La semilla del diablo.

Grata sorpresa independiente que gracias a su escasa duración y su sorprendente final se coloca, por méritos propios, entre las mejores propuestas de su estilo del 2007, lástima no haberla conocido antes. Lo gracioso es que se la considera una película de zombies, cuando no vemos ni uno solo, es de fantasmas y posesiones al uso, pero, me vuelvo a repetir, con una resolución ACOJONANTE. Hay que verla, aunque solo sea por ese final, en serio.