Crítica- Rabia salvaje (1988)

“Mas que digna cinta con Mad Doctor y plaga sangrienta”

Dirigida por Vittorio Rambaldi, que escribió Pesadilla en la playa de Umberto Lenzi, y con guión del propio Lenzi. Y protagonizada por actores poco conocidos en los papeles protagonistas, y que, encima, realizarìan pocas cintas más.

El Dr. Ethridge está experimentando con un mandril las células cerebrales, buscando la gran fórmula. A todo esto Sam, que forma parte del periódico de la universidad convence a un amigo para investigar el laboratorio, pero todo se complicará cuando este sea mordido por el mandril, que escapa y muere atropellado. A partir de hay una rabia salvaje invadirá su cuerpo y todo aquel al que muerda se verá infectado, llegando a un baile de la universidad donde tendrá lugar una persecución por parte de unos matones infectados a la pareja protagonista. A todo esto el Dr. Ethridge seguirá experimentando con las víctimas de la rabia, pero todo se complicará.

Correcta película con un espíritu ochentero total, parece por momentos una explotación de las cintas slasher de Usa, pero esto no tiene nada de slasher. Lo que tenemos es un mad doctor en toda regla en busca de la solución definitiva para los problemas mentales, pero ya sabéis como acabará.

Por cierto, el momento de la infección os puede recordar a las formas usadas años después en 28 dias despues, pero esta es de unos añitos antes. La caracterización de los infectados recuerda a Demons de Bava, pero algo más humanizados. Lo malo es que habiendo gore se usa poco y la cinta hubiese ganado enteros con más dosis de sangre. Y que los infectados hubiesen sido más brutales, ya que solo los matones se enseñan en el baile pero de una manera algo light, que recuerda una vez más a los slasher Usa de los 80. Vamos que esto es una explotación en toda regla, y entretenida, que no es poco.

Las actuaciones son pasables, nada del otro mundo, al igual que la dirección, que si hubiese sido algo más arriesgada seguramente nos hubiese brindado un producto mejor. Encima estaba en la sombra Lenzi que de esto sabe un poco. Y tenemos la típica sorpresa final, otro guiño más, que encima termina con un toque de humor negro muy bueno, en serio, aunque algunos dirán que es una tontería, a mi me hizo gracia.

Una cinta entretenida, sin aspiraciones de nada que al menos no duerme. Realizada a finales de la mejor época para este tipo de productos, y que, claro, comparándola con otras cintas similares queda en un puesto muy bajo, pero como cinta hace su cometido que es entretener. Con guiños a otras grandes películas. Es mejor que la veáis y lo comprobéis por vosotros mismos, ya que son muchas las que vienen a la mente. Por cierto, en España también se la conoce como Furia salvaje.

Óscar Arias