Crítica- Q, la serpiente voladora (1982)

“Buena monster movie ochentera con un monstruo realizado con la tècnica de Stop- Motion”

Escrita y dirigida por Larry Cohen, un veterano del cine de gènero donde a guionizado, dirigido y producido diversas pelìculas proporcionàndonos asì innumerables horas de entretenimiento. Cintas como la saga de Estoy vivo, In natural, Demon, la saga Maniac cop, etc.. Protagonizada por Michael Moriarty, que trabajò en diversos proyectos de Cohen aparte de Troll o Regreso a Salem`s lot. Junto a David Carradine, mìtico y habitual del gènero y del cine de Roger Corman o sempiterno “Pequeño saltamontes” aunque ahora se le conozca por la saga Kill Bill, que pena. Ademàs està Richard Roundtree, ¡El mìtico Shaft¡

En Nueva York comienzan a sucederse brutales muertes, por una parte han aparecido cadáveres decapitados y otros degollados, con el corazòn arrancado. Las investigaciones del Detective Shepard le haràn pensar en que ambos tipo de asesinatos estàn relacionados mediante el culto al Dios Quetzalcoatl pero su compañero de investigaciòn, el Sargento Powell, no cree esta versiòn. A todo esto Jimmy Quinn, un ladròn de poca monta, da con la serpiente responsable de las muertes e intentarà “ayudar” a la policía y a si mismo. Ahora tendràn que capturar o asesinar a la serpiente voladora.

Monster movier con tufillo a cintas de los 50-60, bastante bien elaborada por Larry Cohen que se nota que al escribir el mismo el guiòn tenia bastante claro que historia queria contar, algo muy habitual en su cine, y como la historia es interesante el resultado de la cinta es igual.

La cinta se titula Q por el Dios azteca Quetzalcoatl, que es el culto que aparece en esta cinta, con cuyo nombre David Carradine hace algunos chistes durante la película. La estètica de la cinta es igual que su genial Demon, con un colorido y fotografìa bastante peculiar y una atmòsfera, aunque menos conseguida que la anterior, muy buena.

Aunque siempre me pareció que Cohen intentaba llevar una historia real, algo que pudiese ocurrir, màs o menos, pero donde encontramos algunas licencias. Ademàs un pequeño punto negro de esta cinta es el montaje y un final algo comercial y tìpico de telefilm con claros errores de continuidad.

Los actores estàn a buen nivel, Carradine en su estilo, frío aunque en alguna ocasiòn sonría o hasta muestre algún registro màs. Moriarty està algo sobreactuado, pero quizà debido a la direcciòn de actores ya que su personaje tiene cambios excesivamente bruscos, tambièn es gracioso ver como Cohen emplea la tècnica del poli bueno poli malo con Carradine como bueno y ¡¡Roundtree como malo¡¡.

Asombrosamente tenemos buen nivel de gore y unas decapitaciones màs que interesantes, con un monstruo bièn elaborado con el que usan la tècnica del Stop- motion, así que eso gana nuestros coraconcitos. Lo ùnico malo que no se nos muestra a Q, asì se llama el monstruo, demasiado y Cohen abusa de planos de la mirada de Q o enseñàndonos sus garras. Por cierto la secuencia donde el monstruo lleva a una vìctima por N.Y y va goteando sangre a la gente de la calle es sensacional, deberìa haber forzado màs esa secuencia ya que el resto de insertos còmicos son algo desangelados, y eso que trata de meter bastantes elementos de este tipo.

Lamentablemente el final es algo pobre con respecto al resto de la cinta, con algún fallo imperdonable de continuidad y el enfrentamiento entre Q y la policía es algo flojo o quizà es que esperase algo màs.

Y la parte final, estrictamente hablando, es de telefilm y me parece que sobra, aunque para gustos los colores.

En difinitiva, buena monster movie ochentera con un monstruo realizado con la tècnica de Stop- Motion, bastante logrado que decapita a sus vìctimas con suma facilidad y es que se nos muestra buen gore, con cuerpos decapitados, otros sin piel y diversos cadaveres.

Làstima que el final sea algo confuso y flojo porque la cinta es muy interesante y entretenida ya que es bastante dinàmica, otro grana cierto de Cohen. Quièn quiera ver un monstruo de los 50 rodado en los ochenta que no se pierda esta, seguro que le entretendrà.

Óscar Arias