“Splastick menor gore, pero flojísimo guión que no hace gracia”
De la lejana Nueva Zelanda nos llegó en el 2006 una nueva cinta tipo los inicios de su director estrella, Peter Jackson, pero esta vez mostrándonos unas ovejas manipuladas genéticamente que parecen un enjambre de Zombies mas que otra cosa. Todo tratando de ser la enésima comedia gore que destaca sobre todas las demás, cosa que, se ha demostrado en innumerables ocasiones no es tan fácil. Y es que el splastick festivalero es “fácil”, pero dejar huella es otra cosa.
Así el director debutante Jonathan King, bajo guión propio, decidió homenajear a su vecino Jackson mezclando el cine de Zombies, manipulación genética, unos pocos hombres oveja y gore. Todo salpimentado con comedia negra, o al menos a él le haría mucha gracia mientras escribía el guión, y voilá. La gran cinta splastick del año. Pero no. No lo consiguió, ya que si bien sí consiguió ser un título reconocido internacionalmente, no dejó de ser un entretenimiento de usar y tirar, sobretodo tirar.
Porque ya desde el comienzo de la cinta vemos los ramalazos del cine de Peter Jackson en este título, especialmente de su “Mal gusto”. Ya no solo por los paisajes, sino por escenas casi calcadas. Algo que no es, en absoluto, negativo, solo que hay que darle algo de profundidad al asunto. No vale con mostrar a un protagonista medio bobo, Henry Oldfield, y que le falta un hervor, que está acompañado de la chica, Experience, defensora de los animales y de un antiguo amigo, Tucker, y trabajador de su granja. Porque el chaval se fue debido a una broma de su hermanito, Angus Oldfield, la cual le dejó traumatizado con las ovejas. ¿Rizando el rizo? Pues claro, solo faltaría.
Pero el gran problema de esta cinta es que la comedia no funciona del todo. Y si bien en un festival con la sala llena, y yendo a favor o en contra, da igual, sí se hará del todo entretenida. Ya sea por los aciertos de los gags, los menos, o las atrocidades que vemos, las más, y no tantas. Así vista años después no nos supone una alegría, ni divertimento, como si hacen otras del tipo y que sí funcionaron y siguen funcionando.
Porque una duda que me asalta con esta cinta es, ¿El director se la tomó en serio? Es decir, trató de emular a Jackson o le salió así sin más. ¿Esperaba que alguien le diese un buen presupuesto para su siguiente largo? Porque realmente le salió el tiro por la culata. Y sí, es cierto que la cinta tiene cosas interesantes, pero cuando lo más interesante es el cartel y, especialmente, el título, mal vamos.
Es de agradecer la cantidad de gore que tiene este título, aunque es menos del que cabría esperar para un splastick. Eso sí, estamos en la tradición del splastick más genuino. Guión desparramado, comedia gruesa, que puede funcionar mejor o peor, y gore. Y de eso esta “Ovejas asesinas” desde luego que va sobrada. Y ya desde el principio, como manda la tradición. Aunque, hay que tirar de las orejas a Jonathan King, hay un tramo, demasiado largo, en el que no pasa nada. Y eso no puede ser. Es estupendo que la parte final sea un festín gore, con ovejas cual Zombies destripando y devorando a humanos, pero no nos dejes un tiempo muerto tratando de explicar un guión que no existe.
También es de agradecer la aparición de los hombre oveja, con una transformación deudora de la del hombre lobo, y que hasta recuerda a la vista en “Un hombre lobo americano en Londres”, salvando las distancias. Lo que no entiendo es que, si ya que muestras este monstruo, porque se nos enseña en penumbra, vamos con oscuridad y alevosía. Entiendo que haya que esconder algún defecto, pero leche, ya de perdidos al río. Enséñanoslo de cuerpo entero. Es como lo relacionado al “supuesto” encuentro sexual, es un sí pero no.
Lo mismo ocurre con lo relacionado a la experimentación genética, que siendo una idea muy ochentera y muy tromática, queda bastante en segundo plano. Y ahí tenían un auténtico filón. Pero no, mayormente seguimos a Henry y a Experience. Siendo ambos papeles interpretados por actores con muy poco bagaje y que solo han participado en cortometrajes y son habituales secundarios. Pero es que Nathan Meister es un palo y sobreactúa que da gusto, y Danielle Mason no le va a la zaga. Ambos hacen la típica interpretación de telefilm cómico algo inaguantable. De hecho contrasta con la seriedad que trata de imprimir Peter Feeney (Angus), visto en “30 días de oscuridad” (2007), a su personaje. Lo cual contrasta del todo, y no para bien con los otros dos.
Por lo que tenemos gore sin más, y en momentos puntuales, con planos muy interesantes y que hacen poder crear un trailer formidable, que lo tiene, pero como largometraje hace aguas ya que la comedia no funciona. Y si en un splastick la comedia no funciona ya puede ser el gore una auténtica pasada, que tampoco es que lo sea, porque si no mal vamos. Por lo que es un título para ver en compañía, y con cerveza mucho mejor.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 5.6
5.6
Género; Comedia - Mutación/ Mutantes - Mad Doctor – Splastick - Gore