“Homenaje al cine ochentero, principalmente, plagado de gore y divertimento. Un Must”
El director australiano Kiah Roache-Turner vuelve a la carga con una nueva película repleta de homenajes y detalles de decenas de títulos de culto. Si ya nos sorprendió en 2015 con “Wyrmwood: La carretera de los muertos” (2014) y su híbrido de cine zombie y postapocalíptico a lo Mad Max, en esta “Nekrotronic” decide introducirse en el mundo de los demonios y los cazadores de los mismos. Enumerar cintas con esta idea sería algo demasiado largo, seguro que todos tendréis ya unas pocas en mente, ¿no? Pues sí, es justo así… jajaja.
Pero con una salvedad, y qué salvedad. El bueno de Kiah introduce elementos y detalles de infinidad de películas, como para que el aficionado juegue a descubrir todos los homenajes al cine que, anda que no se nota, tanto ama. Y aquí quiero ir un paso más allá de diversas críticas que leí de este título. Porque no, esto no es un híbrido de “Tron” y “Cazafantasmas”, en absoluto. Leer para creer.
Dicho lo cual, os enumero un buen número de estos, llamémosles, homenajes. Tenemos unos cazadores vestidos tipo “Tron”, para cazar a los demonios usan unas armas tipo las de “Cazafantasmas”, tendremos una cabeza parlanchina al más puro estilo “Posesión infernal”, tanto cazadores como demonios se conectan a la red con un cable enchufado a su cuello tipo “Matrix”, la Reina demonio devora la energía vital tipo ”Lifeforce”, hay un “fantasma” que sigue al protagonista tipo “Un hombre lobo americano en Londres”, algunos demonios parecen sacados de la citada “Cazafantasmas” o de “Agárrame esos fantasmas”, y los demonios de las calles parecen sacados del cine de Sam Raimi. ¿Suficiente? Pues es que aún hay más, en serio…jajaja. Pero casi prefiero dejaros a vosotros solos descubrirlo, porque no tiene desperdicio. Kiah eres uno de los nuestros.
Así que si bien la cinta no aporta nada novedoso, y durante la presentación de la trama uno se deja llevar sin más, una vez comienzan a aparecer todos estos “homenajes” uno se viene arriba. Y lo hace con una sonrisa en la boca, una sonrisa que me llevó a mi adolescencia. ¿Quizá seré muy simple? jajaja Porque esta cinta me sacó unas pocas carcajadas, y no por la comedia de la cinta, que la tiene y es simplona, sino por el recuerdo. Por el “Si señor Kiah, con un par”.
Ya que los rubros técnicos no destacan en absoluto, pero tampoco estorban, y, de nuevo en su cine, destacan los efectos especiales. Con un CGI que no molesta, sin ser en absoluto destacable. Quizá sí eché en falta unos decorados más interesantes, que la sala de Finnegan, la “Reina demonio”, es para comer aparte. Unos neones por aquí, unos monitores por allá, y listo. Muy, excesivamente, cutre. Una cosa es homenajear a los ochenta y otra es pasarse.
Aquí Kiah pecó al pensar, bueno si tengo a Monica Belluci como Finnegan, el resto no se notará. Y es que hemos visto en mejores momentos a esta estupenda actriz. Pero es una auténtica delicia verla en títulos de este tipo, no sé porqué aceptaría este papel, pero solo le puedo dar las gracias. Es una actriz que llena la pantalla, y aunque su personaje sea flojo y manido ella aporta su pose y realmente queda muy bien.
Del resto del elenco destaca la presencia de David Wenham, “300” (2006), que es el cazador jefe y dura dos telediarios. Como buen cine de bajo presupuesto que se precie, te pongo un rostro reconocible pero dura poco, que no hay mucho presupuesto. Ya que el protagonismo recae en Ben O’Toole, el cual está bastante sobreactuado y juega el rol de heredero de los poderes para derrocar a la “Reina”, que está algo trillado como argumento. Está secundado por Caroline Ford, “Mandíbulas 4 El capítulo final” (2012) y Tess Haubrich, “Alien: Covenant” (2017), que son las hermanas que ayudarán al “héroe” a terminar con los demonios. Con actuaciones bastante de estar por casa que cumplen sin más.
Mención aparte para Epine Bob Savea, el amigo de Howard que morirá a las primeras de cambio y pasará a ser el fantasma “protector” y acompañante de su amigo, ¿Os suena, no? Y hay que decir que el tono cómico que pone este personaje queda fantásticamente. Ayuda a mantener el tono de la cinta en sus pequeños bajones, que no son muchos. Ya que es un título de muy fácil visionado. Y cuando uno cree que no habrá más sorpresas las hay. Ahí os dejo lo referente a la red y al enchufarse a la misma.
Afortunadamente Kiah no rehúye, en absoluto, del gore, algunas veces realmente explícito, los demonios y todo lo que un aficionado puede esperar. De hecho tenemos momentos descaradamente splastick que harán las delicias de los aficionados a este género, especialmente de los ochenta. Ya os digo que sin ser ninguna maravilla me ha encantado. Sigo disfrutando de este tipo de cine tan habitual y tan poco original, donde su propia originalidad es entremezclar detalles de títulos de culto de la forma más coherente para con su trama y hacer que el aficionado disfrute. Y vaya que sí lo han conseguido con esta. Igual que en el tramo final, nada original pero del todo acertado. Gore, demonios, héroes, fantasmas, humor… de todo un poco.
Porque, de verdad, de la historia en sí, y los acontecimientos es mejor no hablar. Cumplen totalmente, que es lo que importa. Y cumplen gracias a un claro amor por el género por parte de sus responsables. Lo cual no siempre funciona, pero desde luego que Kiah Roache-Turner con un par de largos a sus espaldas ha demostrado que es un director al que seguir la pista. Desde luego mi atención ya la tiene.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 8
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Género; Demonios – Gore – Splastick – Comedia – Fantasmas - Héroes – Ciencia Ficción