Crítica- Muerte a 33 r.p.m. (1986)

“Otra joyita ochentera con mùsica heavy y demonios”

Debut como director del bonachòn actor Charles Martin Smith, que no rodarìa mas cintas de gènero aunque le hemos visto en varias, como Starman, La bestia o Los intocables de Elliot Ness. Cuenta con un elenco que adquirirìa fama en las series de televisión, ademàs de contar con apariciones estelares de iconos del heavy como Gene Simons u Ozzy Osbourne. Podemos destacar a Marc Price visto en Little devil; the birth, o Doug Savant visto en Godzilla o Teen wolf.

Eddie, apodado Ragman (como un Master del Universo), es un seguidor de la mùsica heavy, en especial del cantante Sammi Curr que ademàs estudiò en su instituto, pero el grupo de pijos la toman con el constantemente. Curr muere y Eddie consigue su ùltimo disco que serà una especie de puerta entre el mundo de las tinieblas y el nuestro. Sammi usarà a Eddie para acabar con todos cuantos le molestaron y todos los que odian la mùsica metal, Eddi junto a Leslie trataràn de acabar con Sammi, pero este usa la electricidad como vehìculo, serà extremadamente dificil acabar con èl.

Otra joyita ochentera que toma como referencias la mùsica heavy y donde ademàs hacen apariciones grandes estrellas de dicha mùsica, Genne Simons, como locutor de radio, y Ozzy Osbourne, como pastor que lucha contra el heavy, geniales momentos nos ofrece el bueno de Ozzy. La cinta tiene el estilo teen ochentero, con sus demonios, que salen menos de lo que deberìan, un killer que ya hubiese querido Craven para su cutre Shocker, mucho colorido, posturitas, pantalones ajustados y mucho heavy, de la banda Fastway por cierto.

La cinta es una delicia para los seguidores de la mùsica heavy y las cintas ochenteras de gènero, tiene todos los elementos clàsicos. Los abusones y la presumible venganza del protagonista hasta que se da cuenta que el demonio que ha llamado es realmente malvado por lo que tendrà que luchar contra el, un clàsico.

Pero aquì està contado con ritmo, hay bastante dinamismo y aunque la direcciòn no es que sea nada del otro mundo cumple a la perfecciòn para el tipo de producto que quiere vender, que es muy importante y gran defecto de muchas cintas de la misma època.

Lo que echè de menos fue mas apariciones del pequeño demonio y ver algunas escenas que parecen estar cortadas, especialmente cuando Sammi acaba con Tim, aunque creo que es asì.

La parte final es bastante movida, se nota que ha inspirado a cientos de cintas posteriores, aunque esta tampoco es que sea original en este aspecto. Lo del mìtico baile de instituto donde se sucede una gran masacre, creo que hay ejemplos a patadas, Carrie a la cabeza, y luego la lucha entre Eddie y Sammi, a la que le falta algo, no sabrìa decir el que, aunque se hace del todo disfrutable. Como la propia pelìcula que con sus carencias es muy entretenida, y no solo para los seguidores del heavy, a los que esta les encantarà.

Otra cinta ochentera a reivindicar, con heavy metal, demonios, algún destape, como no podía ser de otra forma, y un final bastante interesante. Es para ver junto a otras del estilo, como puedan ser Black roses, Hard rock zombies o Shock`em dead (hasta la muerte), entre otras.

Todas comparten el mismo espìritu, aunque haya diferencias entre ellas, claro està, se podrìa decir que esta que nos ocupa es de las mas interesantes, a por ella. Por cierto, algo que no entiendo es los comentarios en contra a esta cinta, ya que suelen parecer en contra del heavy, y esto es una pelìcula de terror muy muy ochentera.

Óscar Arias