“Una maravilla absoluta. De visión obligada”
Codirigida entre Henri Xhonneux, colaborador de Topor en la serie Tèlèchat tambièn protagonizada con humanos disfrazados de animales con diàlogos algo subidos de tono realizada para el pùblico adulto aùn con su apariencia infantil, y Roland Topor, miembro del grupo “Pànico” junto a Alejandro Jodorowsky o Fernando Arrabal entre otros y creador de una escuela propia de formas cinematogràficas y de animaciòn. Todo un genio de su època e ilustrador y creador a reivindicar.
El Marquès de Sade està encerrado en la bastilla debido a unos delitos sexules, allì solo contarà con la compañía de Collin su pene con el que mantiene largas conversaciones y con el que aflora su vertiente màs sexualmente activa a travès de sus escritos. Al mismo tiempo vemos como Ambert, el carcelero, intenta recibir favores sexuales del Marquès, Juliette queda embarazada del rey y es encerrada en la Bastilla donde Dom Pompero intentara hacerla pasar por estar en cinta del Marquès y Lupino, responsable del encarcelamiento del Marquès està intentando escapar para liderar la revoluciòn francesa. Todo seràn aventuras y desventuras para nuestro héroe que solo se verà arropado por Collin.
Simplemente magistral obra de arte y ensayo, siendo un de las piezas cinematogràficas màs grandes jamàs realizadas, con una puesta en escena sorprendente a la par que espectacular y digna de ensalzar. Si bièn Topor ya había realizado una serie en plan “Grand guinoll” con las mismas técnicas aquì se supera enormemente y encima usando al Divino Marquès como idea y guiòn, un acierto total.
La caracterizaciòn de los personajes, siendo cada animal un tipo de miembro de la sociedad, es simplemente magistral y todo el guiòn brilla por si solo. Es cierto que es una versiòn libre de la vida del Marquès y mezcla elementos de su obra pero no importa porque tiene su propia impronta. La sucesiòn de planos es perfecta con un montaje màs que destacable.
Las actuaciones son perfectas, màs aùn sin ver a ningùn actor ya que todos van disfrazados. La atmòsfera es sensacional, con una exposiciòn de la Francia de finales del siglo XVIII muy acertada que al estar mezclada con esos personajes “animalizados” no hace sino que ensalzar toda la historia que de por si es portentosa.
Aùn me cuesta creer que a alguien se le ocurriese semejante idea para plasmar una cinta, ademàs hacerla del Divino Marquès y con tan espectaculares resultados.Y es que encima la mezcla de realidad y ficciòn, aderezada con las geniales conversaciones entre Collin, el pene del Marquès, y el mismo son muy buenas aunque quizà podrian haber sido mas exageradas, pero al representar al Marquès como un perro de rostro alicaído queda fenomenal. Encima es un buen guiño la apariciòn de Collin ya que es el ùnico que escucha sus relatos y le sigue, cosa que practicamente le pasò en su vida real, el que nadie le escuchase salvo el mismo.
Tenemos parte de la historia real, como la colaboraciòn del Marquès en la revoluciòn sin apenas quererlo, o como un “cura libertino” le “robò” los escritos para hacerse rico, o las obras teatrales representadas, aquì con solo un actor, Collin, secuencia fabulosa, al igual que tantas y tantas.
La visiòn que se nos ofrece de los escritos con unos monjes siendo masturbados mientras ven a una mujer embarazada encima de un tronco cuya base son espinos, o el encuentro sexual con Amber, o la forma de resucitar a Juliette que ha sufrido un shock despuès de la muerte de Lupino, usando a Collin… Y tantas y tantas secuencias que es imposible enumerar todas ya que seria describir la pelìcula en su totalidad.
Hasta se atreven a realizar una “homenaje” al rey de Francia que fue enmascarado por ser hijo bastardo. Con un par. Una de las obras màs peculiares del cine inspirados en uno de los personajes màs menospreciados, inaceptados, incomprendidos, queridos y a reivindicar de la historia real, que con un lenguaje aùn criticado hizo tanto por la libertad de expresiòn y sexual.
Porque esta cinta es una oda a esta libertad, plasmada magistralmente y que es de visiòn totalmente obligada, y a nadie dejarà indiferente, os lo aseguro. Una autèntica joya de arte y ensayo.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 9.6
9.6
Género; Animación - Marqués de Sade