Crítica- Machine head (2000)

“Mezcla de Frankenstein, zombie, y que se yo…jajaja Recomendable”

Michael Patrick y Leonard Murphy son los responsables de esta interesante película underground estadounidense que mezcla la historia de Frankenstein, con el género zombie y la comedia. Una unión que ya nos ha deparado varias sorpresas dentro del mercado Underground mundial. Obviamente estamos ante un bajo presupuesto donde Murphy dirige, escribe y edita mientras que cuenta con amigos y familiares para la realización de este su único proyecto que conozco. Buscar información sobre esta cinta es casi misión imposible, de hecho la conocí a través de un fanzine y gracias a la gente de Brain Damage pude adquirirla, estos son distribuidores de infinidad de productos de este tipo, algo fenomenal para aficionados como el que aquí escribe.

Max Kelp es el típico nerd empollón maltratado por su padre, que es forense y predicador, y compañeros del instituto, especialmente los del equipo de fútbol. Ahora está investigando con distintas fuerzas magnéticas y decide probar en el cerebro de un gato con un motor, así al conseguir regresarlo a la vida decidirá usar el cuerpo de un chico recientemente muerto que estaba por el anatómico. Logrará devolverlo a la vida pero siempre enchufado al motor, además no podrá controlar su fuerza y las muertes se comenzarán, aunque el propio Max se aprovechará y se cobrará justa venganza. Así hasta que “Machine head” escapa, el no quiere hacer daño, pero su aspecto atemoriza a la sociedad.

Interesante producto el que nos muestra Michael Murphy, acortemos su nombre, que decide mezclar diversos subgéneros para la creación de esta película. Comenzamos de una forma deudora a Re- animator, 1985, y su Mad Doctor al que nadie hace caso, aunque en esta ocasión era un puro Nerd, poco después pasaremos al cine mas puramente de Mad Doctor cercano al mito de Frankenstein, que se mezcla de forma muy curiosa, por no decir rara, con el cine zombie. No debemos dejar de catalogar a este “Machine head” como un zombie de pro, aunque no se alimente de carne humana.

Encima todo está mostrado bajo unos rubros técnicos correctos, sobretodo teniendo en cuanta que estamos viendo una cinta underground. La banda sonora destaca por méritos propios así como el guión, que está bastante bien elaborado y planificado. El mayor acierto de Michael Murphy es querer contar algo de forma clara, no cometiendo así el clásico fallo Underground que es querer hacer mas de lo que se puede.

Así Michael Murphy perfila justamente sus personajes y consigue que el elenco cumpla, algo de agradecer y alabar, de hecho hay que destacar a ambos caracteres protagonistas, tanto Josh Walitt como Rich Cowden realizan unas interpretaciones geniales. Uno deudor de Jeoffrey Combs y el otro cercano a Bruce Campbell, no exagero no. El uno es un Mad Doctor nerd que va alucinando paulatinamente con todo lo que ocurre y el otro es un monstruo con movimientos espasmódicos que recuerda bastante a la locura de Campbell en Terroríficamente muertos, 1987. Aunque también su personaje debe, y mucho, al mito de Frankenstein, aunque parezca que este elemento se quiera esconder.

Además este genuino monstruo nos deparará alguna que otra secuencia genial, como en el parque de atracciones, en el bar o en la gasolinera, ¡que tiene que llenar el motor!, jajaja. Al igual que la comedia, que simplemente aparece, de hecho hay muchos momentos y elementos cómicos que parecen estar escondidos, como si Murphy no quisiese que catalogasen a su producto como una comedieta mas, aunque cerca podría estar, y sin tener casi ni un solo chiste.

La caracterización de nuestro monstruo es muy interesante, una pequeña mezcla de Frankenstein y el humano de dos cabezas visto en El increíble transplante bicéfalo, 1971, creando así una cierta originalidad en su monstruo. Algo que debió dar algo mas de fama a este proyecto, aparte el tramo final nos depara varias sorpresas, y aunque haya varios fallos tanto de continuidad, o de simple lógica, la cinta va cumpliendo en sus escasos 80 minutos dejándonos satisfechos con lo visto.

Película underground que mezcla distintos elementos y que perfectamente podría haber sido distribuida por el mercado internacional, luego nos sacan bodrios de Uwe Boll. Sin ser ninguna maravilla si cumple con los cánones del cine de Mad Doctors mas tradicional pero incluyendo algunos matices que al aficionado siempre gustan, nada originales, ¿Hace falta?, pero si muy efectistas.

Óscar Arias