“Título bizarro y experimental argentino que no dejará a nadie indiferente”
Victor Curay Fernández es un joven realizador argentino que hace unos años comenzó a trabajar en un guión bizarro que pudo llevar a cabo con un bajísimo presupuesto y rodando durante dos años. Como nos podemos imaginar, Victor se rodeó de amigos y familiares, aparte de un equipo de amantes del cine que aportaron todo lo que pudieron para el bien de esta obra, la cual fue grabada en el propio apartamento del director.
El elenco es totalmente desconocido, está formado por amigos del autor y futuros actores, como manda la tradición independiente.
¿Y qué nos propone Victor Curay Fernández? Pues bien, lo que tenemos entre manos es un producto difícilmente catalogable que mama de influencias muy diversas. Así si bien se entrevén elementos del cine del francés Alain Robbe-Grillet en Eden and after, 1970, o Deslizamientos progresivos del placer (1974), pasando por la reciente Amer de Hélène Cattet Bruno Forzani, también hay mucho del cine experimental más moderno. Así el autor juega con colores, sombras, espacios, y encuadres. Los cuales dicen mucho bueno de las ideas del realizador, pero el bajo presupuesto de este trabajo no deja ver todo lo que se podría, o debería, así tenemos escenas algo estiradas innecesariamente, o que se llegan a hacer algo pesadas. Eso que el metraje total ronda los 65 minutos, gran acierto del realizador. Y aunque no se hace tediosa, sí resulta algo pesada en momentos debido a lo experimental del producto. Algo que encantará a muchos, y otros odiarán. Porque este título no es, ni de lejos, para todos los públicos.
Sí me ha resultado curioso el guión, obra del propio Victor Curay, donde la relación de las dos mujeres se asemeja a las vistas en los clásicos tipo ¿Qué fue de Baby Jane?, salvando las distancias, claro está. Y es que tenemos frases de guión muy acertadas y valientes, de hecho, el autor no rehúye de mostrar un lenguaje soez, quizá para escandalizar, pero que encaja a la perfección con la locura general que tiene este título. Así los personajes femeninos y protagonistas son muy distintos, pero con sus pequeñas semejanzas, aunque luego Victor realiza una trampa al final que no será del agrado de todos.
Así tenemos a Matilde, una apasionada del terror y el porno, que está totalmente perturbada y que nos dejará alguno de los mejores momentos de la cinta. Tiene alguna frase de guión muy buena, añadido esto a una dirección y montaje sobrio, consiguen unos momentos muy logrados e intensos. Por otra parte está Malena, que parece vivir en su mundo ideal, con su príncipe azul. Pero todo cambia y tornará la situación. Aparte Malena tiene dos periquitos y una tarántula, parece una Gramostea, a la cual la hacen una pequeña mala faena que no me gustó, pero no me gustó porque soy un apasionado de las tarántulas… jajaja
Pero claro, en este aspecto el autor me ganó, porque esta tarántula tiene bastante peso en la trama de la cinta, debido, especialmente, a los planos rebuscados y estudiados que recrea el director. Aunque viene cierto que alguno parece estar montado sin más, quizá demasiados experimentos en algunos momentos.
Otro aspecto destacable es la fotografía, la cual entremezcla diversos colores para enfatizar algunas situaciones. Y aunque este sea un elemento clásico del cine experimental, en Amer queda de maravilla, en este título se abusa en exceso del color. Así hay escenas rojas, donde todo es rojo, demasiado rojo, o azules donde todo es azul, demasiado azul. Se puede mostrar ese tono de color pero manteniendo algo de luz blanca, especialmente para los personajes. Aunque esto siempre va en cuestión de gustos. A mí me llegó a saturar tanto colorido, y tan chillón, en la gran mayoría de escenas.
Las actuaciones son buenas, quizá destacaría algo más a Melisa Gil Bölke por su papel de Matilde, que tiene algo más de peso en la trama. Porque Martina Faux Marambio quizá sobreactúe un poco y fuerce alguna de sus líneas de guión. Aunque como pareja encajan a la perfección, otro acierto de Victor Curay.
Lo que no logré entender del todo es la poca repercusión de los hombres, si bien son muy importantes para la trama y la historia, en las imágenes están siempre en un segundo plano que llega a descolocar al espectador. Cuando son ellos los que provocan algunas de las reacciones y acciones de las chicas.
De hecho, en el tramo final, y debido a una de estas reacciones, tendremos la parte violenta, y hasta gore del film. Porque sí, Victor Curay no rechaza el gore, así tendremos una parte final con sorpresas varias, que hasta recuerdan en algún momento a À l’intérieur (2007), salvando, nuevamente, las distancias. No os imaginéis que hay tanto gore, ni mucho menos. Pero el que hay cumple, además se hace un buen uso de diversos objetos.
Tampoco podemos olvidarnos de la banda sonora. Porque el director decide incluir una selección de canciones de grupos musicales que si bien en muchos momentos queda a la perfección en otros llega a saturar. De hecho eché en falta algo de banda sonora como tal, vamos lo que es una música instrumental que ayudase a la creación de tensión o atmósfera. Aunque, me repito, la banda sonora cumple.
Por lo que tenemos un trabajo extraño y valiente por parte de Victor Curay Fernández. El cual obtuvo una mención especial en el festival Buenos Aries Rojo Sangre, y la cual está comenzando a darse a conocer internacionalmente. La realidad es que no es un trabajo para todos los públicos, sus profesores de escuela lo rechazaron al primer visionado, pero sí tiene su amplio público. La realidad es que es un trabajo interesante, aunque si a uno no le atraen estas cintas bizarras y experimentales, encima de bajo presupuesto, este título se le puede hacer muy pesado. Un servidor recomienda darle una oportunidad, Victor Curay Fernández sabe lo que se hace. Veremos de que es capaz con un presupuesto mas amplio.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 6.8
6.8
Género; Terror - Bizarro - Psicotronismo - Animales