Crítica- Living a zombie dream (1996)

“Buena idea pero mal desarrollada”

Òpera prima de Todd Reynolds, que solo ha dirigido una cinta màs hasta la fecha, ayudado en la producciòn por Ronny Sortor, que ha colaborado en diversidad de cintas independientes y underground, tales como Ravage, Sinyster o I am vengance. El elenco, salvo Amon Elsey, que esta es su ùnica cinta, ha trabajado en otros proyectos tanto de Reynolds como de Sortor, vamos que estamos en familia.

El chico al encontrarse a su hermano acostàndose con su novia empieza a tener raras alucinaciones y deseos de matarlo, pero finalmente lo llevarà a la zona màs oscura y peligrosa de la ciudad, allì un psicòpata caníbal lo asesinarà y al poco tiempo el chico asesinarà a este psicòpata. Pero a partir de ahí las extrañas pesadillas o quizà la realidad se entremezclan en una fabula zombie donde la carne es fundamental al igual que el cariño que siente el chico por su hermano, al que ayudarà a alimentarse, aunque el mismo se alimentarà de carne humana. Pero la locura irà a màs y las visiones, o al vez no, del psicòpata y su hermano trastornaràn al chico que comenzarà a perder la razòn.

Interesante argumento e idea que no llega a buen puerto debido a una direcciòn algo mediocre y al abuso de repetir en exceso algunas secuencias, con muy pocas diferencias. Por momentos da la sensaciòn de estar ante un mediometraje o inclusive un cortometraje al que le han ido sumando las diferentes secuencias que se rodaron para dar mayor sensaciòn de agobio y paranoia, cosa interesante, pero que no consiguen debido a la tediosa direcciòn y unas interpretaciones algo planas.

Eso que el diàlogo es muy escaso y la cinta se centra en crear atmòsfera, pero si la fotografìa hubiese estado algo màs trabajada quizà el resultado fuese mejor. Pero con todo es una cinta de zombies muy interesante, me repito, porque el enfoque, la idea y algunos efectos mostrados son buenos, sobretodo del que abusa, pero acertadamente, que es el filtro de una pelìcula antigua rota, que aparece en momentos de sueño/ realidad.

Ademàs tenemos grandes cantidades de gore, alguno excesivamente gratuito y casi sin sentido, pero con un pequeño problema, y es que se repiten en exceso varias secuencias, siendo esto un desacierto ya que da pesadez al visionado de la pelìcula.

El final es, quizà, algo surreal y extraño y puede que Todd Reynolds no supiese como contar lo que tendrìa en su mente y deja un batiburrillo algo extraño, que no incoherente, pero demasiado “especial” y nos deja con ganas de meternos en la mente del director para poder disfrutar realmente con ese final.

Eso sì, hay secuencias muy acertadas, como las de la novia vestida de rojo con los grandes rulos o los planos donde vemos a los zombies devorarse a ellos mismos o algunas secuencias del psicòpata convertido ya en zombie y hablando con el chico dicièndole que el destino es la carne, algo que recuerda a David Lynch, y a sus primeros trabajos. Porque si, hay varios toques a Lynch y hasta a un Jim van Bebber pero en plan psicotrònico.

Otra de zombies realmente extraña, con su toque indi y underground, a mi me a entretenido aunque reconozco que es algo dura debido a su torpe direcciòn, pero esta misma idea en manos de una buena producciòn y un director normalito darìa una cinta al menos a tener en cuenta. La cinta dura poco menos de 70 minutos, quizà si le quitasen algo de duraciòn tendriamos un producto bastante mejor. Solo para zombimanìacos.

Óscar Arias