Crítica- Little Erin Merryweather (2005)

“Nuevo terror que usa el clásico infantil Caperucita roja”

Historia de fantasía mezclada con slasher y elementos giallescos esrita, dirigida, producida, editada y protagonizada por David Morwick, al parecer Michael Civille le ayudó en la dirección aunque no aparezca acreditado. Obviamente nos encontramos ante una cinta Independiente, donde el director, o chico para todo, se encarga de todo y cuenta con un elenco de conocidos, seguramente, ya que para la gran mayoría esta es su primera producción. De entre todo el elenco, escaso elenco, podemos destacar a la joven Jillian Wheeler, vista en La leyenda de Lucy Keyes, o a R. Brandon Johnson, Malevolence.

En un campus universitario comienzan a aparecer estudiantes asesinados, Peter, del periódico del campus y estudiante de psicología criminal, junto a unos amigos comenzarán a investigar y darán con el patrón del asesino gracias a la ayuda de la Dr. Paula Sheffield. Al parecer se trata del cuento infantil de Caperucita roja. Aparte Peter está enamorado de Erin Merryweather, la bibliotecaria callada que parece que nunca rompió un plato.

Estamos ante un título peculiar, es de esas películas que están continuamente entre límites. En este caso entre los del slasher, el giallo y el terror psicológico por momentos. Tenemos trauma infantil, asesino despiadado, disfraz, persecuciones por el bosque, crímenes atroces, muñeca de porcelana…

Lo malo es que David Morwick pretende hacer demasiado, y eso se nota en los resultados finales. Para hacer eso debería haberse dejado caer en los brazos del Undergound y no tratar de crear un título independiente sorprendente, algo que no es aunque el mismo la trate de distribuir como tal. Si es cierto que es un título entretenido, pero eso de la mejor película de terror del 2006 queda muy lejos, frase promocional de la película.

Es curioso como leyendo críticas veo que gente se queja de que sabemos quién es el asesino desde el comienzo, ¿y que tiene de malo? Es la mejor forma de alejarnos del giallo, género con el que comparte muchos elementos, y así acercarnos mas al slasher. Que delgada es la línea que separa ambos géneros. O que el elemento fantasioso está muy mal desarrollado, y es que la copycat de turno no sabe todo lo que sabe el espectador. Ya que estamos ante uno de esos títulos donde el director decide que el espectador sea consciente de todas las tramas aunque los protagonistas no.

Lo que si es cierto es que las actuaciones y algunos perfiles son algo calamitosos, es increíble ver como tratan de vendernos a Vigdis Anholt como una universitaria con lo mayor que parece, aparte de no demostrar absolutamente nada durante todo el metraje. Algo que podría valer para gran parte del elenco al que suponemos estudiantes. David Morwick incluido, el cual realiza una interpretación bastante floja, le sobran la mitad de las sonrisitas absurdas, así podríamos hablar de cada uno de los actores.

Las muertes son violentas aunque no se nos muestran en primer plano, recuerdan por su sadismo a cualquier giallo. La propia Caperucita me recuerda al asesino de La dama rosa mata siete veces o de Tuno negro. Aunque ambas son mas interesantes que esta a la que la falta de capacidad de unir la trama terrorífica y la fantástica no le hace del todo justicia.

Ya que es una película interesante a la que la falta de una dirección mas dinámica o mas atrevida le impide despegar y ofrecer realmente el buen producto que pudo ser, quedando tan solo como una cinta entretenida y poco mas. Es inaudito el poco aprovechamiento de la muñeca de porcelana, icono del cine de terror de todos los tiempos.

En la parte final Morwick no es capaz de crear la tensión que se presupone a un título de estas características. Con planos vacíos y resoluciones algo incoherentes, eso si, los cuentos dibujados por Erin son geniales, y el guión del propio cuento también. Esto por si solo hace subir enteros a la película, a la que un final mas dinámico, valiente y tenso le hubiese hecho mucho bien, ya que nos deja algo apagados.

Nuevo terror que usa el clásico infantil Caperucita roja, no siendo esta la primera vez que ocurre esto. en México hay un personaje que es Caperucita que ha rodado diversas cintas de género, con mucha comedia, o Red riding hood de Giacomo Cimini del 2003. Aquí nos situamos entre los slasher, los giallo y una asesina en serie algo apática. Quizá lo que mas falte a esta producción es algo de fuerza y valor, y sobretodo que Morwick hubiese confiado algo mas en su equipo técnico.

Óscar Arias