“Otro giallo de título eterno que propone mucho mas que muestra”
La cinematografía italiana está repleta de directores que se apuntaban a cualquier moda cinematográfica, así Giuliano Carnimeo, habitual del western, o más bien del spaghetti western, realizó su pertinente incursión en la moda setentera del giallo, aunque dentro del género es mas conocido por la increíble Ratman, 1988, todo un icono del cine más gamberro. Para este giallo, producido por el habitual del género Luciano Martino, hermano de Sergio Martino, Carnimeo cuenta con un interesante guión del no menos interesante Ernesto Gastaldi, al cual debemos igualmente los libretos de Torso, 1973, o La muerte acaricia a medianoche, 1972, así como las películas Libido, 1965, y La fuerza del demonio, 1981.
El reparto es del todo habitual del cine giallesco de la época, no obstante está protagonizada por la despampanante Edwige Fenech, vista en Todos los colores de la oscuridad, 1972, Desnuda ante el asesino, 1975, o La perversa señora Ward, 1970, donde también compartía cartel con George Hilton, que además participó en La sombra del asesino, 1975, Cena con el vampiro, 1988, o La cola del escorpión, 1971, entre otras. Del resto destacaremos al español George Rigaud, que participó en Emma, puertas oscuras, 1974, o Los fríos senderos del crimen, 1974, a la guapa Annabella Incontrera, [La tarántula del vientre negro, 1971, o Estigma, 1980], a Oreste Lionello, [Cuatro moscas sobre terciopelo azul, 1971], o a Carla Brait, [Torso, 1973].
En un lujoso edificio aparecen varias mujeres muertas, entonces Andrea Barto, arquitecto del mismo, cede el apartamento de una de las víctimas a Jennifer y una compañera, ambas modelos, pero estas se verán atacadas por el criminal el cual parece que solo ataca en ese edificio y tiene fijación por las mujeres jóvenes y bellas. El Comisario Enci es el encargado del caso y cree que Andrea es el culpable, pero este dice tener fobia a la sangre. La vida de Jennifer está en peligro y Andrea, que está enamorado de ella, querrá salvarla.
En pleno auge del giallo no fueron pocas las producciones que salieron a la luz copiando los esquemas preestablecidos por Bava y su mejor discípulo en este campo, Darío Argento. Es decir mostrar mujeres bellas, asesino despiadado, zooms rápidos, colores chillones, trama enrevesada, buena creación de tensión y un desenlace poco esperado. A priori Carnimeo parece que puede conseguir todos estos elementos pero pasado un cuarto de hora del metraje, solamente, va perdiendo fuelle y fuerza, de hecho parece que se centra mas en mostrar el punto cómico del ayudante del comisario que la tensión de Jennifer provocada por el asesino. Así tenemos un guión que pudo dar para mas en manos de un Carnimeo algo torpón el cual se excusa en mostrar desnuda a Edwige Fenech, menuda novedad, y a tratar de encajar la interesante banda sonora de Bruno Nicolai en diversos momentos de angustia, cosa que no consigue plenamente.
Encima cuenta con actores que parecen estar por encima de sus personajes, es decir, los perfiles son algo simples y las interpretaciones brillan a gran altura. Es lo que tiene contar con intérpretes acostumbrados a este género, el cual dominaban y ayudaron a que fuese tan magnífico. Por ejemplo Edwige Fenech parece mas desquiciada y preocupada que su propio personaje de Jennifer, parece, por no afirmarlo, que la dirección de actores es algo pobre. Al mismo respecto comentar que el pobre de George Hilton desaparece de la trama en los momentos álgidos, siendo su personaje del todo importante.
Además hay un gran problema en la organización de actores y personajes, porque, y disculpad el Spoiler, si tenemos a todo un George Rigaud diciendo un par de frases algo huele mal, ¿no?.. Este creo que es el gran fallo de la película, cualquier aficionado al giallo me comprenderá totalmente.
Por otra parte las muertes van de mas a menos, la acaecida en el ascensor, la cual abre la película, nos hace presagiar un gran producto, por cierto que parece que de Palma se fijó en esta para su Vestida para matar, 1980, al igual que la que vemos en la bañera, pero de repente el sadismo en las muertes desaparece. Ya que son diversas las trampas que nos propone Giuliano Carnimeo, parece que prefiere indagar en este sentido, siendo la del hijo deforma la mas tramposa de todas, mal planteada y peor unificada a la propia trama de la película.
El tramo final es aceptable, no sorprende demasiado debido a un ritmo algo frío pero cumple, que no es poco. Lo malo es que nos deja la sensación de haber podido ser un producto mejor si Giuliano Carnimeo hubiese sido menos conservador y hubiese impregnado la cinta de más mala leche, como hizo posteriormente en su Ratman. Cuestión de épocas.
Otro giallo de título eterno que propone mucho mas que muestra, quizá se quede a medio camino de querer/ poder mostrar un guión bien planteado pero mal llevado a la pantalla, aunque con todo se hace un producto entretenido y recomendable para cualquier aficionado al giallo. Rara vez este género nos deparó bodrios, especialmente en su época de esplendor, los años setenta. No es de los mas potentes pero se deja disfrutar, y tener a la dupla Hilton- Fenech garantiza buenas calidades, lástima de una floja dirección de Carnimeo.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 5.8
5.8
Género; Giallo