“Tediosa cinta de vampiros que no aporta nada”
Òpera prima de Jonathan Dueck, posteriormente ha seguido dentro del gènero, cosa de agradecer aunque sus trabajos no cumplan las expectativas, a el corresponden Paranoia y Just bussiness. Cuenta como protagonista con David Carradine, y como gran reclamo, actor en horas bajas que se le nota un cansancio desmesurado. Es una pena ya que ha participado en decenas de cintas de gènero, aunque desgraciadamente la gente le recuerde mas por su reciente papel en Kill Bill y olvide cintas como La carrera de la muerte del año 2000, Q, la serpiente voladora, Vampiros a la sombra o la legendaria serie de televisión Kung fu. Le acompañan dos bellezas, Natalie Brown, que apareció en El amanecer de los muertos, Something beneath o Descent, y a Deborah Odell, Alien tracker o Paranoia del propio Jonathan Dueck.
El último grupo de vampiros, liderado por Anna, usa Internet como reclamo para conseguir víctimas humanas, su compañía Artemis es una empresa de citas de éxito. El último descendiente de los Van helsing está enterado de esto y decide actuar contando con la colaboración de Karpov, un asesino de vampiros. Al mismo tiempo la periodista Sydney entrevista a Anna y queda prendada de la misma, además Anna necesita a Sydney para llevar a cabo su último rito y así poder seguir manteniendo la especie, algo que tratará de evitar Van Helsing.
Desangelada producción con un ritmo tedioso que en ningún momento crea la mas mínima reacción del espectador que solo puede esperar aburrido al fin de la cinta por si pasa algo, cosa que, afortundamente, ocurre, y la lucha del final es, al menos, visible.
Esto es debido a una dirección lenta y torpe, ya que no tiene nada que ver a que la grabación sea calmada a que la película no consiga atrapar al espectador. Cosa que le sucede a Jonathan Dueck porque no cuenta con una música adecuada, ni busca buenos planos, ni coloca bien a los actores, ni monta bien los planos. Vamos despropósito tras despropósito, encima a su actor reclamo, Carradine, no lo aprovecha en lo mas mínimo y vaga por la cinta, aunque realmente habría que decir por su despacho y poco mas.
Ademas las secuencias de los “baños de sangre” de las vampiras visto a través de internet están totalmente desajustados con el resto de la grabación con un rojo chillón horroroso que molesta demasiado y no deja disfrutar de las pocas secuencias minimamente interesantes.
Al menos en la parte final veremos a Karpov (Julian Richings), de lejos el personaje mas interesante, eliminando a vampiros e, increíblemente, seremos testigos de la aparición de unos vampiros masculinos con apariencia monstruosa, todo lo contrario que las vampiresas curiosamente, que si bien parecen imponentes no le durarán ni un asalto al bueno de Karpov.
Hay que destacar también a Deborah Odell por su papel de Anna, que si bien está excesivamente fría por momentos en líneas generales consigue una interpretación bastante acertada. Todo lo contrario que sucede con Carradine, que aunque empieza tocando con la flauta la música de la mìtica serie Kung Fu, en ningún momento está dentro de la cinta y en el final, cuando tiene secuencias de acción, se le ve lento y pasivo que queda fatal.
Al menos en el final vemos alguna lucha, por llamarlo de alguna manera, entre Van Helsing y Karpov contra los vampiros. Evidentemente se sabe quién ganará, pero se deja la puerta entreabierta para una continuación, algo que espero que jamás ocurra.
Tediosa cinta de vampiros que no aporta nada mas que sopor al espectador, solamente la lucha final es algo mas llamativa y eso que está muy mal organizada y es un despropósito tras otro. Es una pena ver a Carradine en papeles y cintas de este tipo, tan menores, pero es algo habitual en la carrera de los grandes actores del gènero. Solo espero que retome un poco las ganas ya que el si podría haber levantado las calidades de esta película.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 4.2
4.2
Género; Vampiros - Cazavampiros
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