Crítica- La muñeca de trapo (1966)

“Terror de Bert I. Gordon competente sin mas”

Terror dirigido por Bert I. Gordon, recordado por sus cintas de animales enormes tipo El alimento de los dioses, Earth vs the spider, La guerra de la bestia gigante o Attack of the puppet people. Aunque en esta ocasión quiso rodar un terror convencional antes de darse un descanso de 3 años. Usó a su hija Susan como protagonista, lo que no haga un padre por sus hijos. De hecho ya había participado en otros títulos de su padre y sobretodo hacía cameos en series de televisión, aunque no tubo mayor gloria. Aparte Gordon consigue contratar a actores de la talla de Don Ameche, Cocoon, Martha Hyer, La gran sorpresa, la mítica Zsa Zsa Gabor, Queen of outer space, Maxwell Reed, The brain machine, Wendell Corey, Astro zombies, Signe Hasso, Un reflejo del miedo, o Anna Lee, Bedlam, hospital psiquiátrico.

Susan ha estado recluida en una institución mental de monjas después de la trágica muerte de su madre, Jessica, ahora su padre, Edward, la hace regresar a su antigua casa para hacerse cargo de la herencia, aunque este ya se ha casado con la antigua Gobernanta, Francene. Pero en la casa Susan empeora y las visiones de su madre y su collar la perturban, al mismo tiempo Francene planea junto a Anthony, hermano de Jessica, acabar con Susan y Edward para quedarse con toda la herencia.

Interesante terror de Gordon que usa todos los cánones clásicos de este tipo de cine, usando un elenco escaso, realmente podríamos hablar de cinco caracteres ya que el resto son secundarios o extras. Hay que reconocer a Gordon una dirección lenta pero sutil a la que quizá le falte algo mas de valor para en los momentos precisos haber creado el susto fuerte ya que se queda a mitad de camino, y si bien llega a algún sitio nos deja con un regustillo algo extraño. Como si no hubiese cogido todo el clímax en las distintas acciones que lo hubiesen precisado. Aunque quizá para haberle ayudado tanto la fotografía como el montaje pudieron haber sido algo mas terroríficos y dinámicos, cosa que no son.

Aparte hay que reseñar que la interpretación de Susan Gordon es bastante nefasta, la hija del director sobra ya que su personaje es el eje de toda la historia y solo la cara de tonta, o mas bien estúpida, que pone no encaja en la cinta. Dan ganas de espabilarla porque entre su ritmo y su interpretación consigue desesperar. Eso si, y haciendo justicia, he de decir que en el final y cuando su personaje sufre un cambio la propia actuación sufre un revés total, y parece que se atisba una actriz decente. Pero a buenas horas.

Evidentemente el resto del elenco la supera, además al ser actores de renombre su trabajo está a una gran altura. Quiza la Gabor sobreactue un poco, aunque siempre lo hizo.

Es curioso como Gordon decide mostrar a Anthony desfigurado, de primeras me recordó a Morpho de Gritos en la noche, guarda la apariencia clásica de los criados deformes del terror clásico. Lástima que no estuviese algo mas aprovechado este personaje que parece quedarse a mitad de camino de algún sitio.

Curiosamente los personajes van sufriendo cambios algo radicales, y solo las alucinaciones de Susan nos entusiasman y ordenan, ya que hay algo de batiburrillo en algunas partes del metraje. Encima la muñeca de trapo del título hace una aparición escueta que debió estar mas estirada, quizá haberla metido mas de lleno en la trama del colgante, que es de lo mejor de toda la cinta.

Eso si, el final es intenso e interesante, no muy original, pero del todo efectista. Este tipo de finales siempre sorprenden, aunque hayamos visto decenas igual.

Un terror de Bert I. Gordon, el cual se prodigó poco en este género ya que siempre gustó mas de la Sci-fi. Lamentablemente metió a su hija como protagonista, siendo este el gran error de la cinta ya que la joven no es capaz de crear las tensión que su personaje pedía. Y aún así la cinta no deja de ser un entretenimiento algo clásico y una prueba as de la cantidad de cintas de terror que se rodaron en los 60, encima contando con un elenco competente.

Óscar Arias