“Extraña cinta que mezcla de todo y de forma demasiado especial”
La dupla de guionistas Ernesto Gastaldi, habitual del cine de género italiano, y Vittorio Salerno rodaron un giallo titulado Libido en el año 1965, poco después de que Bava publicase Seis mujeres para el asesino, 1964, supuestamente el primer giallo oficial, decidiendo 16 años después rodar una especie de secuela, alejada totalmente del giallo y centrada mayormente en el mundo espiritual aun con algo de terror psicológico. Hasta usando escenas de la anterior Libido, de todas formas en esta que nos ocupa Gastaldi y Salerno deciden volver a tener un elenco muy escueto donde repiten Mara Maryl y Luciano Pigozzi, un habitual de la serie B italiana. Del resto de actores podemos destacar a Gioia Scola, vista en They only came out at night, 1988, y a Martine Brochard, que rodó mas cintas de género, tales como Murder obsesion, 1981, El médium, 1980, o El ojo en la oscuridad, 1975.
Después de una sesión de espiritismo para dilucidar quién mató a Christian, un grupo de amigos viaja a un bosque para ir repartiéndose la herencia de este, unas grandes tierras donde crear un bonito complejo de viviendas. Pero en el bosque comenzarán a sucederse extraños sucesos y todos los miembros del grupo comenzarán a sospechar unos de otros por saber quién quiere quedarse con la multimillonaria herencia, y es que no acaban de creerse que Sheena, la médium del grupo, haya contactado realmente con el mas allá, pero será el mismísimo diablo el que juegue con todos ellos.
Estamos ante una cinta rara, compleja y no apta para todos los públicos. La decisión de Gastaldi y Salerno de tener una única localización, un bosque que recuerda en numerosas ocasiones a la seminal, y del mismo año, Posesión infernal, 1981, debido, sobretodo, por el uso de la cámara en mano, aunque con mucho menor dinamismo que el visto en la cinta de Raimi, y un grupo ciertamente reducido de actores, que no es que sean unos interpretes soberbios, puede provocar el tedio mas asombroso a gran cantidad de aficionados.
Personalmente eché mucho en falta una banda sonora mas potente, una fotografía mas sugerente, una dirección mas dinámica, y, sobretodo, mucha mas tensión en los momentos propicios. Ya que hay demasiadas partes que podrían haber dado mucho mas de sí, ya que, lamentablemente, los distintos fallos de continuidad, es alucinante lo poco cuidado que está este aspecto, cambiamos de localizaciones sin mas, o del día a la noche de un plano a otro, y, sobretodo, una dirección excesivamente lenta provocan que esta cinta se haga algo dura de ver. Al menos dura en torno a 83 minutos.
De primeras la película promete mucho mas de lo que es, con personajes típicos, y con todos sus tópicos, y una, a priori, base argumental interesante. Pero va naufragando con el paso del metraje, ya que los perfiles tanto del ligón, o de Paul, o de cada uno de los personajes es bastante escueto, está poco elaborado y no consigue meternos en situación, bueno si podría si vemos esta película con una predisposición enorme. Además ningún actor realiza grandes interpretaciones, resultan bastante justitas todas y cada una de ellas.
Curiosamente tenemos pequeños momentos donde recordamos sucesos del pasado, que no son mas que escenas sacadas, literalmente, de Libido, así veremos a Luciano Pigozzi 16 años mas joven. Interesante detalle este que está muy poco aprovechado, y si bien se opta, de forma muy acertada, en mostrar estas secuencias en colores cálidos, la mezcla con el metraje posterior no acaba de encajar.
Por otra parte la tensión se hace de rogar y en el tramo final, y supuesto clímax de la cinta, no llega a unas cotas mínimas y nos deja con ganas de algo, ni siquiera de algo mas, sino de algo. Ya que hay diversos momentos donde la falta de mala leche es demasiado palpable, véase a Sheena en la piedra, y bueno, demasiadas cosas. Eso sí, muchas cintas tienen momentos como los vistos constantemente en este metraje, personas perdidas y confusas en un bosque, en plan Diez negritos pero con diablo, ¿Os suena?
Especie de secuela del giallo Libido que nada tiene que ver con ese estilo cinematográfico, aquí estamos ante una cinta de brujería con el diablo incluido. Lástima que la falta de mala leche o de una dirección mas terrorífica nos priven de un producto mas interesante. Se me ha hecho algo pesada, y no me vale lo de que es un título para pocos públicos, es que es muy floja y no aporta nada reseñable, aunque, ciertamente, pudo dar mucho mas de sí, sobretodo por el acercamiento argumental al mítico libro Diez negritos de Agatha Christie.
Óscar Arias
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Género; Brujería - Demonio - Satanismo