“Terror en estado puro, con mil trampas, quizá demasiadas, y un estilo mezclando Japón y USA que no hay que perderse”
El director James Wan ha sido, probablemente, el máximo exponente norteamericano del cine de terror de este nuevo siglo. Así su saga “Saw” es de las más alabadas, aunque me parezca muy sobrevalorada, y el resto de sus terrores tienen gran aceptación dentro de público y crítica. Además, el director demuestra sus excelentes calidades película tras película, eso sí he de reconocérselo. Así en el 2010 nos regaló esta “Insidious”, una de fantasmas con elementos del cine oriental pero dentro de un estilo cinematográfico totalmente norteamericano.
Para realizar este trabajo contó con guión de su habitual Leigh Whannell, que también actúa en la película, y repite con algunos de sus actores habituales, aparte de habituales del cine de género, por cierto. Así vemos a Patrick Wilson, de la genial “Hard Candy” (2005), Rose Byrne, vista por “28 semanas después” (2007), Lin Shaye, veterana con más de 170 películas en sus espaldas, entre ellas la reciente “Ouija” (2014), Barbara Hershey, de “Cisne negro” (2010) o Angus Sampson de “100 bloody acres” (2012).
Lo primero que hay que destacar es la gran capacidad de Wan para crear tensión, y la facilidad que tiene para mezclar los estilos cinematográficos, ya sea vía estilo japonés, lenguaje lento y pausado, o made in USA, rápido y con subidones de sonido. Es decir, usando la técnica del movimiento de cámara y subida de la música. Además la banda sonora de esta película es excepcional, y ayuda, de que manera, a la creación de los distintos momentos tensos y terroríficos.
Cierto es que Wan usa mil y una trampas, como todo el cine de terror, por cierto. No podemos dejar de afirmar que la gran mayoría de sustos que proporciona esta “Insidious” son muy tramposos, pero funcionan, y funcionan muy bien. Un servidor prefiere la creación de tensión oriental antes que la norteamericana, pero he de reconocer que en esta ocasión Wan sabe mezclar ambos estilos, que años más tarde bordaría en la excelente “Expediente Warren”, para el bien de la película, creando así una de las grandes cintas de terror del 2010 y del nuevo siglo.
Y sí, la historia no es demasiado original. Los ecos de la saga Amityville son infinitos, amén de “Poltergeist” y la más reciente “Paranormal activity”. Pero aun con todos estos elementos similares, llamémosles así, la película funciona, y funciona a las mil maravillas, aún con sus innumerables trampas, me repito.
Dentro del elenco tenemos muchos altibajos, aunque el total del mismo funciona. De hecho, los niños no llegan a las cotas necesarias, y la actuación de Rose Byrne es algo forzada. No así la de su compañero Patrick Wilson, que consigue realizar una interpretación muy redonda. Por otra parte, no podemos obviar a la dupla Leigh Whannell y Angus Sampson, los cuales dan un aire fresco a la película muy del estilo “Los cazafantasmas”, que empaca con la historia de forma magistral. De hecho, ellos dan paso a la vidente, una interesante Lin Shaye, la cual realiza una interpretación aceptable, aunque con un estilo algo soso. Porque personajes similares hemos visto en innumerables ocasiones, y esta nueva vidente conocedora del mundo espectral no llega a las cotas que sí muestra la película. Así, si bien es una gran vidente, llamémosla así, no llega a la altura que la película necesitaba.
Los maquillajes de los demonios y monstruos cumplen, aunque aquí el bueno de Wan sigue usando licencias atroces. Juegos de sombras y movimientos de cámara, a veces tan exagerados, que no conseguimos ver nada más que el puro susto, y, hay momentos, en los que estos detalles cansan.
Sobre el final decir que, siendo muy potente, me dejó con ganas de algo más. Si bien la resolución de la historia es muy buena, siempre que no haya “Happy end” estamos ante un gran final, y valiente, por cierto. Pero el cómo se nos cuenta deja algo que desear. Quizá sea el uso, y quizá abuso, de la imagen negra, o el mostrar a los demonios en las ya citadas sombras, o no sé bien el qué, pero deja con ganas de algo más. Quizá esto sea debido a que lo visto anteriormente es de un nivel superior, porque el nivel hasta ese momento es ciertamente elevado.
De todos modos el puro final de la cinta, el cual deja claramente las puertas abiertas para una secuela, la cual se ha rodado en 2013, es impecable. Algo tramposo, como gran parte de la película, me repito, pero cumple a las mil maravillas.
Por lo que estamos ante otro gran trabajo de James Wan, el cual ha ido demostrando con el paso de los años que es un grandísimo director de cine de terror, y que le echaremos de menos durante estos años en los que ha decidió dejar el terror de lado. Al menos nos ha legado una gran serie de cintas de terror, y ha demostrado que se puede hacer buen terror sin hacer remakes. Y sí, es un director tramposo hasta la extenuación, pero sus trabajos cumplen a las mil maravillas. Que levante la mano el que no se llevó varios sustos durante el metraje de esta película. Y de ser la respuesta cero, es que quizá no te guste el cine de terror. A por ella.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 7.3
7.3
Género; Terror - Suspense - Posesión - Casa Maldita