Crítica- Inju (2008)

“Thriller policíaco que sabe a poco”

Basada en la novela Injû del escritor japonès Rampo Edogawa y dirigida por Barbet Schroeder, que ya habìa rodado thrillers potentes como Mujer blanca soltera busca o Asesinato.. 1-2-3. Tambièn había participado como actor en Mars Attack¡ de Tim Burton, ademàs de producir tìtulos como El General Idi Amìn o The Marquise of O.

Con un elenco internacional protagonizado por Benoît Magimel, que ha participado en otros thrillers, como Hate o Trouble, y Lika Minamoto, que debuta en este film. Estàn acompañados por rostros reconocibles como Shun Sugata, Organ, Tokyo gore police o Seres extraños, o Ryo Ishibashi, Audition, El club del suicidio o La maldiciòn.

La sinopsis es buena pero hay que matizarla. Shundei Oe es el escritor de gènero policíaco màs famoso y màs reconocido del mundo pero Alex le està comenzando a plantar cara y hasta a superarlo. Una vez en Japòn el propio Oe dirà a Alex que lo abandone. Poco despuès conocerà a la Tamao, una geisha, que serà un enlace con Oe que al parecer està loco y està enamorado de ella. Pronto comenzarà a jugar con Alex que se verà envuelto en una trama digna de una novela policiaca.

Con un inicio ciertamente potente y prometedor tenemos este thriller policíaco con algunos elementos gore, menos de los esperados tras ese brutal inicio, que no deja de ser un bolsilibro mas. Muy deudor del cine policíaco y de femmes fatales de los sesenta o setenta japoneses incluyendo algùn que otro elemento más occidental.

Al menos las calidades tècnicas son aceptables, aunque se nota que no llega a las grandes calidades del cine japones en este mismo gènero. Por otra parte la direcciòn es algo irregular, mostrando momentos tensos en secuencias lentas y viceversa, algo quizà intencionado pero que no acaba de cuajar. Como la historia en si, donde se puede presuponer con facilidad la resoluciòn de todo el misterio.

Estamos ante un policíaco del montòn. Las actuaciones son normalitas, Benoît Magimel intercala buenos momentos con otros paupèrrimos, aunque bien es cierto que su carácter no està lo suficientemente perfilado y sus cambios y acciones son por momentos son algo forzadas. Por otro lado Lika Minamoto realiza una correcta representaciòn de una geisha, aunque no serà muy recordada por ella.

Barbet Schroeder se arriesga y muestra escenas sensuales y de dominaciòn, como manda la tradiciòn de las geishas, pero que no acaban de denotar el dominio de la propia mujer. Algo que posteriormente si veremos y seremos testigos de la manipulaciòn, aunque todo esto resulte bastante forzado o, quizà, mal representado en imàgenes.

Dejàndonos un sabor de boca agridulce con la finalizaciòn del misterio, ya que se veìa venir de lejos, y con la sensaciòn de haber visto un largometraje algo estirado y con algùn que otro fallo de guiòn que permite al autor mostrar escenas sueltas, aunque con fuerza. Ejemplo del Bondage que no llega a decir absolutamente nada y parece metido con calzador, y el resto de la resoluciòn del misterio. Usando el tiempo como condimento a la desesperaciòn de Alex, algo que queda poco compacto y hasta fuera de lugar, una pena.

En definitiva tenemos un thriller policíaco tratando de mezclar los estilos occidental y oriental donde se decanta mas por este ùltimo y donde no pasa de estar en una posiciòn media. Sin destacar por nada, solo algùn que otro corte de cabeza digno, con una resoluciòn demasiado habitual y a la que le falta algo màs de fuerza o algùn giro màs rebuscado o forzado.

Óscar Arias