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Crítica- Horizonte final (1997)

“Terror camuflado de ciencia ficción que se desvanece en un final muy atropellado”

El ahora más que conocido director Paul W.S. Anderson comenzó su carrera allá por mediados de la década de los 90 con una entrega de la franquicia de “Mortal kombat”, y esta que nos ocupa “Horizonte final”. Lejos quedaba todavía su saga “Resident evil”, y su mujer Milla Jovovich. Y fue con esta “Horizonte final” con la que se dio a conocer totalmente al universo del fantástico. Realizando una mezcla entre ciencia ficción y terror muy en la vena de “Alien, el octavo pasajero”, y con detalles del cine de casas encantadas, con “El resplandor” a la cabeza. El guion fue obra de Philip Eisner, siendo este su debut. Dentro del escaso elenco tenemos a todo un Sam Neill, que vuelve a interpretar a un psicótico, acompañado por un Laurence Fishburne antes todavía de darse a conocer mundialmente por Matrix, aparte de los habituales Kathleen Quinlan, a la que veríamos en 2006 en el remake de “Las colinas tienen ojos”, a Joely Richardson, Richard T. Jones, visto recientemente en “Super 8”, Jack Noseworthy, de “Cecil B. demented”, Jason Isaacs, de la saga de Harry Potter o Sean Pertwee, recordado por participar en “Dog soldiers” en2002.

La historia de esta película es algo curiosa. Llegó como un título de ciencia ficción, siendo una clásica historia de terror. El truco, sencillo. Ubicar toda la trama en el espacio exterior, en una nave abandonada, al más puro estilo “Alien”, siendo ese lugar donde comenzará a darse forma el mayor de los terrores. Contando con un Mad Doctor y una tripulación con perfiles del todo habituales y clásicos del género.

¿Pero por qué siendo una buena película no tiene un mayor estatus? Sencillo. Todo lo que se consigue durante gran parte del metraje se desvanece con un final atropellado que recuerda en exceso a otros títulos como “En la boca del miedo”, y similares. Siendo este el gran error de la cinta. Y si a esto le unimos los cortes que sufrió el montaje final por ser excesivamente gore, pues nos deja una cinta que prometía mucho, pero que se desvaneció en un final atropellado donde solo destacan las imágenes oníricas, y gráficas, del infierno.

Porque podemos aceptar que los perfiles sean tan clásicos, hasta el del negro graciosillo, que por momentos desespera más que otra cosa. Pero luego la forma en que estos interactúan deja que desear. Por ejemplo, la madre podría haber tenido otro tipo de actuaciones, llega a desesperar. Aparte hay varios personajes “trampa”. El médico parece ser un cyborg por momentos, y es que la sombra de “Alien” es muy alargada, y no queda demasiado bien este detalle. Igual pasa con el personaje de Laurence Fishburne, un comandante tan clásico, típico y tópico que no sorprende a nadie. Vamos ni se llega a empatizar con él, aunque tampoco hace mucha falta.

Mención aparte debo darle a Sam Neill. Realiza, con diferencia, la interpretación más potente de la cinta, y lo hace con gran solvencia. Pero, siempre hay un pero, su interpretación es excesivamente similar al papel que ya interpretase en “En la boca del miedo”, siendo, encima, ese papel superior al que hoy nos ocupa. Además, en su parte final, el universo cenobita se hace, excesivamente, dueño de la trama, quedando del todo fuera de contexto con el resto de historia que se nos ha contado. Una pena.

Eso sí, el diseño de las naves es muy bueno, nada original, pero muy bueno. Y sí, nada original porque ya a finales de los 90 eran muchos títulos de este tipo los que plagaban las carteleras, hay que reconocerlo. Aunque si hay que reconocerle a Anderson una dirección atrevida y competente. Muy a destacar las escenas de gravedad cero dentro de la nave. Al igual que los momentos donde vemos el “infierno” y toda su maldad. Que sin ser en absoluto original sí cumple con gran solvencia.

Aunque, como ya apunté anteriormente, lo más flojo de la cinta es el desbarajuste del final. Con una mezcla de tramas y estilos, totalmente desligados a la ciencia ficción, que dejan al espectador confundido. Y, claro, esto hace que la cinta pierda enteros. Enteros muy conseguidos con esa premisa de ciencia ficción en un título totalmente adentrado en el terror más clásico de casas encantadas.

Aún así estamos ante un título a descubrir y reivindicar. Las escenas del infierno del tramo final quedarán siempre en nuestras retinas. ¿Y qué hubiese sido de este título de no haber tenido tantos cortes en el montaje final? Al menos Anderson demostró, con el tiempo, que era un director y productor muy capaz. Vamos, de esos títulos que todo aficionado debe ver al menos una vez en la vida.

Óscar Arias

La Mansion del Terror - 6.8

6.8

Género; Ciencia Ficción - Terror - Gore - Demonios

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