Crítica- Haunter (2013)

“Natali mezclando “Atrapados en el tiempo” y “Los otros”, en un título más destacable de lo que cabría esperar”

El director canadiense Vicenzo Natali es de esos casos curiosos donde la exigencia hacia su trabajo es muy elevada. Y es que aún pesa sobre él la losa de su magnífico debut, “Cube”, allá por el año 1997. Parece que un director no puede tener un gran comienzo sin ser luego denostado y criticado hasta el extremo, haga lo que haga. Eso que el cine de Natali siempre me resultó muy gratificante, y sí, “Cube” es su mejor trabajo pero la verdad es que nunca me ha defraudado.

En esta ocasión vuelve a contar con guión de Matthew Brian King, quien ya escribiese “Chyper” del propio Natali. Siendo esta historia que nos ocupa un refrito de otras mil veces vistas y que está destinada al rápido consumo. Y con esta premisa la cinta funciona, basta ya de exigencias absurdas y disfrutemos del cine, que es lo principal. Y sí, hay que exigir a directores de calidad productos de calidad, pero es que esta cinta no es en absoluto un mal producto. Algo que leí en diversos medios y no acabé de entender.

Así, si nos dejamos llevar, podemos disfrutar de este batiburrillo de “Atrapados en el tiempo” y “Los otros”, especialmente. Porque tenemos ramalazos de otros muchos títulos, de renombre, como “El sexto sentido” o “Lovely bones”. Porque la historia no es en absoluto original, pero, ¿Qué falta hace? Y aquí es donde Natali acierta y falla, casi a partes iguales. Porque si bien el tramo inicial, con su “homenaje” al día de la marmota, es muy interesante, pierde fuerza en determinadas partes algo absurdas y repetitivas. Y aquí, sí es cierto, vemos un trabajo de Natali algo mediocre, como haciendo un rodaje precipitado. No obstante la filmación solo llevó 25 jornadas.

Aunque, afortunadamente, todo el peso recae en el personaje de Lisa, interpretado de forma más que correcta por la joven Abigail Breslin, a la que siempre recordaré por “Bienvenidos a Zombieland” (2009). Un perfil nada original que crea cierta empatía y consigue dar buenos matices originales dentro de la marabunta de estos que ya hemos visto en otras mil ocasiones. Algo en donde se centra Abigail Breslin para sacar el máximo partido a su interesante interpretación. Se sabe la protagonista absoluta y no desperdicia la ocasión.

Aunque en este aspecto el resto del elenco está algo desusado por parte de Natali. El remarcar a Breslin como protagonista absoluta de este trabajo hace dejar demasiado de lado a otros personajes y actuaciones. Así Peter Outerbridge, visto en “Saw VI” (2009), Michelle Nolden, que participó en “Más allá del tiempo” (2009), y el pequeño Peter DaCunha, que ya había rodado el terror “The Barrens” (2012), quedan algo desdibujados como el resto de la familia. Y ni sus licencias, algunas excesivas otras simplemente absurdas o demasiado rebuscadas, que sería una mejor forma de calificarlas, consiguen hacernos desear saber algo sobre sus personajes. Un error por parte de Natali, el cual debería haber prestado más atención a estos personajes y darles más consistencia.

Algo que sí hace con nuestro “asesino”. Interpretado de forma correcta, como casi siempre, por el veterano Stephen McHattie, al que hemos visto en infinidad de productos de género. Desde “Terror mortal” allá por el año 1982 hasta cintas actuales como “300”, “Pontypool” o “Watchmen”, entre decenas más.

Así las diversas licencias, que las tiene, de este perfil son del todo aceptadas ya que sirven para que la historia vaya cogiendo algo de empaque. Y aunque la base argumental sea bastante simple, Brian King intenta insuflar algo de “magia” o “brujería” al asunto. Pero como nunca se explica nada, todo esto queda como otro de los elementos flojos de la película. Y es que, ¿Por qué sucede lo que sucede en esa casa? ¿Cómo murió el “asesino”? ¿Qué poder tiene? Y así podría seguir haciendo preguntas sobre este personaje demasiado tiempo.

Pero curiosamente la cinta es dinámica, tiene un ritmo correcto, y los diversos rubros técnicos cumplen, que no destacan. Así la banda sonora participa de este proyecto sin más pena que gloria, el montaje no ahonda en sustos al uso, aunque alguno trata de mostrar, pero sin demasiado éxito, y la fotografía, siendo algo oscura por momentos, cumple. Porque dentro de los rubros técnicos solo parece que todo está rodado de forma algo apresurada, como que faltó algún ensayo más, o algo más de planificación o preproducción.

Da la sensación de que pensaban que en la postproducción lo arreglarían todo. Ya sabéis, un poco de efectos especiales por aquí, con los enésimos sustos de niñas fantasmas y nieblas de por medio, y subiditas de sonido por allá. Pero esto ni funciona ni, curiosamente, molesta. Que es lo que mejor podría pasar.

Sí me pareció acertado, y realimente curioso, el tratamiento que da Natali a la otra familia, la actual, donde, por cierto, vemos al habitual de Natali, David Hewlett. Familia con más consistencia que la, supuestamente, protagonista. Y con momentos mucho más álgidos que la principal. Así toda la trama referente a la “posesión”, que no es tal, está muy conseguida, y aún con las trampas argumentales, la cosa funciona. Llegando así a un final más que competente, aunque poco sorprendente. Donde falla, porque sí, realmente falla, esa absurda obsesión mainstream de acabar con un “happy end”. No hacía falta, en absoluto.

Por lo que el último trabajo de Natali no me ha parecido en absoluto tan malo como mucha crítica dice. Creo que la exigencia debe ir a productos de mayor presupuesto, no a determinados directores. Aunque es cierto que Natali, por lo que ya nos mostró, sabemos que es un gran realizador. Pero haciendo un producto de rápido consumo, como este, no me ha decepcionado en absoluto. Más bien todo lo contrario. Porque “Haunter” es un título entretenido, que entremezcla tramas mil y una veces vistas, y lo hace con cierta soltura y sin ningún reparo. Prefiero esto a la oleada indiscriminada de remakes, reboots y precuelas, qué queréis que os diga. Bien por Natali.

Óscar Arias