Crítica- Gorgo (1961)

“Kaiju europeo digno de la Toho”

Última película dirigida por Eugène Louriè, que ya nos había legado otras monster movies como Los monstruos de los tiempos remotos, The giant Behemoth o The colossus of New York y comentar que William Silverster ha realizado varias cintas de género como 2001, Odisea en el espacio, Devil doll, Los diablos de la oscuridad o Don`s be afraid of the dark.

Unos buscadores de tesoros, Joe y Sam, llegan cerca de una isla y sufren un terremoto, al pedir ayuda a los lugareños descubren que hay un tipo consiguiendo una fortuna con oro que está debajo del mar. Pero de repente hace acto de presencia una enorme criatura de unos 20 metros. Joe y Sam deciden eliminar el problema de esa isla a cambio de un poco de oro y deciden capturar a Gorgo, nombre que le pone Sean a raíz de Ogro. Sean viajará con ellos a Londres, sitio de donde reciben la mejor oferta por su descubrimiento. Allí lo entregarán al circo, pero de repente la madre del monstruo, de 80 metros, irrumpe en la ciudad devastàndola y el ejercito en pleno ataca a tan peligroso monstruo, que está provocando la destrucción total de la ciudad.

Versión inglesa del mìtico Godzilla japones, al parecer sale del fondo de la tierra a raíz del terremoto, por lo que ni es divino ni producto de nada tóxico. Pero es un kaiju en toda regla. La historia es un poco simple, pero efectista. Los dos marineros hacen unas actuaciones poco creíbles y forzadas pero son bastante aguantables.

Comentar que Gorgo está grabado con la misma técnica que Godzilla, suitemotion, que es un hombre con un disfraz de monstruo destrozando los decorados que simulan una ciudad. Técnica inventada por el grandísimo Eiji Tsuburaya.

Técnicamente el peor rasgo de la cinta es la suma oscuridad de todo el metraje, no dejándonos disfrutar del todo de la madre de Gorgo y sus andanzas. Además cuenta con el toque cómico del reportero que irradia la noticia de la devastación de Londres en plena acción. Hasta tiene un plano donde caen rocas a su espalda pero a el jamas le pasa nada.

Es increíble la violencia de la grabación de la destrucción de Londres. Aparte de destruir los símbolos de la ciudad, topicazo del Kaiju, la cantidad de gente que vemos como es aplastada por los cascotes o escombros es asombroso, todo ese momento es lo mejor, sin duda, de la cinta. Un punto negativo es su corta duración, que al menos salvan con lo largo que es el ataque de la madre de Gorgo, recordemos que Gorgo es la cría, la madre no tiene nombre, y todo lo que hace el ejército a la desesperada para detener al monstruo, que solo parará al recuperar a su hija.

Eso si, el mensaje final de la cinta es muy potente, “dejando al ser humano que reflexione, sobre el desmedido orgullo de considerarse a si mismo el rey de la creación”. Una curiosidad, la destrucción de Londres está repetida por Tobe Hooper el Lifeforce ¿no os parece?

Un kaiju europeo digno de la Toho, que hará disfrutar a todos los fans de este genial genero ya que tiene bastantes similitudes con el gran Godzilla, y, aunque no es superior, ha alguna parte si supera. Una pena que Eugéne Lourié dejase la dirección para centrarse en otros aspectos técnicos, quizá nos hubiese legado alguna otra joyita europea sobre Kaiju, que aunque no superemos a los japoneses, al menos tenemos buenas intenciones. No como la sobrevalorada Godzilla de Roland Emerich.

Óscar Arias