Crítica- Faraday (2014)

“Comedia absurda que parece un quiero y no llego”

Estamos ante el último trabajo del director independiente Norberto Ramos del Val, el cual tiene varios largos a sus espaldas, siendo su anterior “Summertime” el que le ha colocado en un lugar preferente dentro del underground hispano. Nuevamente cuenta con un presupuesto muy bajo, aunque desconozco la cifra total invertida. En esta ocasión cuenta con guión de la dupla Jimina Sabadú y Pablo Vázquez, que ya trabajase con Norberto en “Summertime”, los cuales han creado una historia “cómica” y absurda que debió dar bastante más de sí.

Curiosamente la cinta está plagada de cameos de personajes famosos de la farándula española, y hasta de la televisión. Lo cual tampoco es que diga demasiado, ya que destila amiguismo más que frikismo. O buen hacer de los contactos, que de contactos vive el cine underground.

Porque la cinta no funciona como comedia. Y eso que está claramente destinada, especialmente, a un target de edad determinado, los treintañeros que vivieron los noventa en su plano auge y los grupos de bloggeros/ twitteros tan de moda en la actualidad. Pues yo soy uno de esos treintañeros, y fui bloggero hasta hace bien poco, y no me hizo demasiada gracia todo el asunto. No sé si fueron los gags, la forma en que está contada la historia, pero no me atrapó casi en ningún momento.

Igualmente tenemos un híbrido en el guión, donde se trata de hablar de los noventa, las redes sociales, a  las cuales se las trata de criticar de una forma cómica bastante destacable, fantasmas y hechos paranormales. Y, qué demonios, a veces esta comedia es buena, aunque en su minoría de ocasiones. Tenemos grandes momentos de cachondeo a costa de la blogosfera y el Twitter, pero es que estos momentos se eternizan y la dirección no consigue arrancar más que dos sonrisas provenientes del guión, el cual está algo deslavazado.

Aparte los rubros técnicos cumplen sin más. La dirección no destaca en demasía, y de los rubros técnicos importantes no se puede destacar ninguno, cumplen que no es poco. Quizá esperase algo más de mala leche  o valentía en algunos puntos, y es que esperaba este título con muchas esperanzas. Porque adoro el cine underground, especialmente el yankee, y el bajo presupuesto, y a esta cinta le falta algo más de postproducción, o de gamberrismo de verdad. Porque bases para ello había, pero estas se disuelven en un largometraje que se llega a hacer pesado, un lastre enorme del underground.

Además ninguna actuación es destacable, más bien son interpretaciones bastante planas y simplonas. No sabría decir si por mal hacer de los actores, o por tener que defender perfiles demasiado inverosímiles y excesivamente forzados. Y es que algunos de estos perfiles están destinados, claramente, para el cachondeo, pero no funciona prácticamente ninguno. Y esto es culpa o bien de la dirección, el guión o los actores, y voy a exculpar a los actores.

Otro dato curioso es la cantidad de cameos, muchos amiguetes, que tiene este largo. Así podemos ver a gente como Nacho Vigalondo, Borja Crespo, Paco Fox, o José Viruete. Vamos, que podemos ver el amiguismo que se destila en este largo. Cosa no negativa a priori, pero, viendo el resultado final, sí parecen del todo absurdo estos cameos, los cuales nos hacen ver más claramente el amiguismo de la cinta, la cual parece destinada a gafa pastas, y demás. Y creo que aquí Norberto se olvidó de los aficionados más comunes, los frikis del terror de verdad, aquellos que no tienen prejuicios.

Encima tenemos una mezcla variopinta de estilos y géneros. Así tendremos momentos puramente fantasmales y paranormales, a veces cercanos a la saga “Paranormal activity”, pero en más cutre todavía, sí, todavía más. De artes marciales, impagable la presentación del grupo de parapsicólogos antes de entrar en la convención bloggera. Muy interesante pero con un acabado demasiado pobre. Zombies, sí, no me digáis porqué pero de repente aparecen un grupo de zombies que se usan de forma absurda y pueril que nos deja a todos con ganas de mucho más. Casi hubiese sido mejor no contar con ellos. Y un final entre paranormal, fantasmal y de brujería que no tiene ritmo y le falta un algo, o, quizá, un todo.

Eso sí, no puedo olvidarme de algunos momentos muy divertidos y destacables. Evidentemente lo mejor de la película es la fiesta /”orgía” en casa de Faraday y Pati, donde los tweets hacen de una secuencia sin más, una secuencia muy divertida, siendo, de largo, lo mejor de toda la película. O el momento romántico entre Faraday y el fantasma de Sara, aunque este tramo pudo dar más de sí, porque parece que le falta un algo para ser bastante más redondo.

Por lo que tenemos otro trabajo de Norberto Ramos del Val que no destacará, y que sirve para afianzarle dentro del cine cutre de nuestro país. Aunque está recibiendo bastantes buenas críticas de este largo, y es que quizá sea yo el que no lo comprendió, vete tú a saber.

Y que nadie me tome a mal lo de cutre, Jess Franco siempre hizo cine cutre y es uno de nuestros directores de cabecera. Lástima que Norberto no tenga perfilado un estilo, aunque sea cutre, pero propio y que sirva a los aficionados a saber qué esperar de sus próximos trabajos. Porque nos gusta el cine cutre, pero que diga algo. Y nos gustan las comedias frikis, pero con contenido, no con frases de guión interesantes sin más.

Óscar Arias