Crítica- Fantacide (2007)

“Deleite para los goremaníacos , el resto huir”

Los hermanos Mather, Shane, Dean y Roy, formaron la productora independiente Masochist en 2005 y comenzaron a rodar sus gores con todo el toque inglés pero con un salvajismo realmente elevado. Estos tres hermanos son unos grandes apasionados del cine mas brutal que nos podamos encontrar. En esta, su segunda producción, se basaron en el libro “They fondled my house” de Ian Drew y dejaron que John Shand escribiese el guión bajo las pautas ya marcadas por el trío de hermanos, que, como es de esperar, se encargan de casi la totalidad de rubros técnicos, ya sea dirección, interpretación, edición, banda sonora, diseño de producción, etc. El elenco, como era de esperar igualmente, es del todo amateur y forma parte de la crew de la productora, es decir, serán amigos, familiares o cualquiera que se encontrasen por la calle y quisiese echar una mano.

Karl Openheimer, un ex oficial de las SS, contrata los servicios del psicópata Loin Tender para encontrar la lanza de Longinus y así poder invocar a Hitler, pero otro grupo de nazis también quiere su poder, y además Boby, un periodista, contrata los servicios del detective Del Fontaine para investigar a los nazis ya que una compañera suya desapareció mientras estos realizaban una de sus ceremonias en el bosque. Entonces todos los grupos se unirán y la violencia, torturas, sadismo y sangre inundará la pantalla.

Bueno, bueno lo que nos encontramos aquí, estamos ante un producto bastante sorprendente ya que da la sensación de ser otro ultra gore alemán pero con mejores calidades. Así hasta darnos cuenta que se trata de un indi inglés, con esa fotografía clásica suya de los bajos, bajísimos presupuestos, pero con un amor por el gore y el género que llega a cotas elevadísimas. Lo que tenemos ante nuestros ojos es un catálogo ultragore que homenajea constantemente al gore setentero y ochentero mas salvaje y brutal, del tipo Fulci, Ilsa, o de los inicios de Ittenbach.

Pero, siempre hay un pero, los hermanos Mather se olvidaron casi por completo de hilvanar las secuencias donde no hay gore. Resulta muy curioso como las transiciones de trama son flojas y parecen colocadas sin mas para llegar a las secuencias gore, que son la mayoría. Pero claro la trama queda tan en un segundo plano que todos los intentos de crear pequeños momentos cómicos fracasan y solo nos queda el disfrutar del gore, que plaga los 110 minutos de metraje de esta brutalidad que nada tiene que envidiar al ultragore alemán, es mas, a día de hoy se puede decir que supera a gran cantidad de trabajos provenientes de Alemania.

Destacar también la gran banda sonora, creada casi en su totalidad para este film y que mezcla distintos estilos pero con letras nazis o que siguen los propios diálogos, otro gran detalle de los Mather. Porque si bien la trama parte de una idea interesante, que en absoluto es original, el recuperar la lanza de Longinus, aquella que acabo con Jesús en la cruz, para así devolver el poder al nazismo, pero claro todo esto bajo un marco de nazis sadistas a mas no poder, con algunos perfiles muy conseguidos.

Por ejemplo, Karl Oppenheimer es el “típico” ex- SS sádico y violento pero que encanta fantasear con sus hombres y tiene diversos comportamientos gays, un clásico. O Loin Tender, un psicópata maltratador y violador de animales que es el brazo ejecutor de Oppenheimer, por cierto, este personaje lo interpreta el propio Shane Mather del cual he de decir que me quedé del todo flipado con la cantidad de tatuajes sobre el cine gore que pueblan su cuerpo, vamos un fan total.
De todas formas del elenco, en general, tampoco se puede decir mucho mas, cumplen que es lo mejor que se puede decir en este aspecto en un producto indie.

Entonces llegamos al gran, grandísimo, reclamo de esta película, el gore, ¿Y que nos encontramos? Pues de todo, si, de todo, reíros de Hostel, 2006, y similares. Aquí veremos de forma gráfica torturas, descuartizamientos, degollamientos, disparos, empalamientos, violaciones a mujeres y animales, necrofília, electroshock, espadazos, extracción de ojos, y un etcétera tan enorme que no podréis creerlo hasta no verlo. Encima todo el gore está creado a la antigua usanza, nada de CGI, esto es artesanal y ni tan siquiera del de calidad. Digamos que es muy cercano al visto en los ochenta en productos de menor presupuesto, vamos un gustazo para el goremaníaco, como ya comenté.

Aunque quizá la duración de la película sea excesiva, sobretodo por que el guión no daba para tanto, y quizá lleguemos a este metraje por el hecho de querer mostrar tanto salvajismo que en menos tiempo les resultaba imposible, aunque, como ya comenté, la trama es floja y el interés se centra, casi exclusivamente, en los momentos gore. De hecho después de la violenta parte final, con unos veinte minutos de gore por todas partes, los hermanos Mather tuvieron que regresar a la zona donde grabaron ya que el ayuntamiento no se hacía cargo del desparramo que habían provocado, increíble pero cierto.

Todos aquellos que busquen gore y que no sea del todo descerebrado, están de enhorabuena. Vamos, un producto bastante mejor que la mayoría de ultragores provenientes de la Alemania en los últimos tiempos, aquí encontrará divertimento asegurado, aunque, me repito, la película como tal es floja. Por momentos demasiado debido a lo mal que están unidas las secuencias gore, ya que en este título las transiciones son de diálogo y no al revés, y la mayoría están salvadas por los pelos. Así que goremaníacos de pro, no la dejéis escapar, el resto, huir de ella.

Óscar Arias