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Crítica- El valle de Gwangi (1969)

Reseña publicada en el fanzine Puppets & Clay

“Trabajo menor del genio Harryhausen, pero bastante violento”

El especialista en efectos especiales, y animador de King Kong, Willis O’Brien ya tenía en mente esta historia desde los años 40. Pero ningún estudio accedió a rodarla, quizá por sus similitudes con King Kong y lo psicotrónico de su historia, vaqueros contra dinosaurios.
Eso sí, de esta idea suya apareció en 1956 “The Beast from Hollow Mountain” del director Edward Nassour. Y es que esta no es la primera mezcla de western y dinosaurios, además, el famoso comic “Turok: Son of Stone” ya mostró esta interesante idea tiempo atrás.

Así uno de los discípulos de O’Brien, el genio Harryhausen, consiguió llevar a cabo esta idea a buen puerto años mas tarde. Aunque  contando con un presupuesto menor, cinta la  cual el mismo produciría junto a Charles H. Schneer, habitual productor de los proyectos del genio de California.

La dirección fue a parar a los hombros de Jim O’Connolly, del cual caben destacar “Berserck, el circo del crimen” de 1967 y “La torre del Diablo” de 1972. Dentro del reparto nombrar a James Franciscus, el protagonista, siempre recordado por “Regreso al planeta de los simios” (1970) y “El gato de las nueve colas” (1971), los  veteranos Richard Carlson, visto por “La mujer y el monstruo” (1954) o “Llegó del más allá” (1953), Laurence Naismith, de “Jasón y los argonautas” (1963) o “El pueblo de los malditos” (1960), y Freda Jackson, “Las novias de Drácula” (1960), o el uruguayo Gustavo Rojo.

Lo primero que hay que comentar sobre este título es el bajo presupuesto con el que se contó. Así no es de extrañar la cantidad de “sorpresas” que nos depara el psicotrónico guión, amén de los efectos especiales. Y comenzaré a citar algunos.

Si bien la cinta se rodó en Almería y Cuenca, los gitanos de la misma bailan flamenco y visten como mexicanos. Todo creando una mezcolanza tan extraña que uno no sabe ni para donde mirar. Amén de la clara alusión al mito del Hombre lobo con la gitana vieja y sus “premoniciones”.

Pero es que el circo, si se le puede llamar así, actúa en plazas de toros, y el repertorio del mismo es de traca, mejor verlo que comentarlo.

Y entremos de lleno donde más nos interesa. Los monstruos. Pues bien, aquí Harryhausen no tuvo su trabajo más destacado. Se nota en exceso que recicla otros trabajos anteriores, de hecho hay momentos que recuerdan descaradamente a otros títulos, como “20 Million Miles to Earth” (1957) o “King Kong” (1933), de la cual copia casi todo el tramo final.

Además los colores usados para los dinosaurios, púrpuras y violetas, no dejan en buen lugar la labor de colorimetría, pero, al parecer, Harryhausen no tuvo tiempo de hacer pruebas con diferentes colores. Una pena.

Además, el dinosaurio protagonista, solo veremos a 3 y un caballo enano, es un Allosaurus. Este se se asemeja mucho al clásico Tyranosaurus, pero sus proporciones son un desastre total y absoluto. Siendo este es un gran fallo de este título y sus efectos, las proporciones. Los monstruos varían de tamaño con respecto al ser humano dependiendo la escena, y esto no queda en absoluto bien. Por no decir otra cosa.

Aparte las persecuciones de nuestro dinosaurio y los vaqueros son de traca, hasta estos consiguen retenerlo con lazos. Pero bueno, no entro en las “licencias” del guión, ya que la idea en sí es una licencia atroz. Y qué demonios, que maravillosas licencias nos dejó la Scifi de los años cincuenta y sesenta.

Otro elemento destacable, y para bien, es la cantidad de violencia que muestra este título. Es más, no se rehuye de la sangre, que si bien nunca es de forma gráfica, si tenemos sangre en los personajes protagonista, algo poco habitual dentro de este tipo de cine.

Y menos aún la violencia con que Harryhausen muestra las peleas de los dinosaurios, brutales y sangrientas. Vamos algo nada recomendable para el público infantil, lo cual llama clamorosamente la atención.

No obstante la lucha entre el Allosaurus y el elefante que se produce al final de la cinta estuvo censurada en diversas versiones del film. Y es que toda la parte final, la cual trata de ser del todo tensa y repleta de acción, nos muestra una fuga del Allosaurus bastante brutal. Hasta le vemos devorar a humanos, para acabar en una iglesia, por cierto, la Catedral de Cuenca, donde tendrá lugar el final de la película. Allí vemos una lucha entre nuestro héroe, James Franciscus, y nuestro monstruo, aparte de bastante sangre, que queda a las mil maravillas. Por lo que tenemos un título algo menor dentro de la filmografía de Harryhausen, pero una cinta que todos los seguidores del genio de la Stop Motion deben ver y disfrutar. Ya que aun con todos sus fallos es un título de lo más entretenido y recomendable.

La Mansion del Terror - 6.4

6.4

Género; Stop Motion- Dinosaurios- Western

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