Crítica- El proyecto de la bruja de Blair (1999)

“La gran sorpresa de los 90. Para bien y para mal”

En el año 1999 Daniel Myrick y Eduardo Sánchez revolucionaron el cine de terror, pese a quien pese, rodando una cinta con cámara en mano sobre una vieja leyenda con tres actores que grababan sus actos a la par que los propios directores les asustaban, tratando así de dar mayor realismo a la película. Comentar que tanto directores como actores tuvieron críticas terribles aunque han seguido dentro del género, así Daniel Myrick ha rodado Believers a la par que ha producido varios terrores, y Eduardo Sánchez rodó Altered o Seventh moon, al mismo tiempo hemos podido ver a Heather Donahue en The morgue, a Michael Williams en Altered, y a Joshua Leonard, que ha sido el que mas éxito a tenido, en Madhouse o Hatchet.

Sinopsis del todo correcta, además creo que es una historia por todos conocida por lo que no hay que decir nada mas al respecto.
Pues bien, estamos ante la grandísima sorpresa de la década de los 90, y una película, que por méritos, buenos o malos, ha conseguido tener una fama enorme y ha creado un estilo de cine. La grabación con cámara en mano durante todo el metraje de una película, si bien antes a este título ya había ejemplos, tipo Holocausto canibal u Ocurrio cerca de su casa, esta es la primera que mezcla ambos estilos. Tenemos algo real y solo vemos los documentos dejados por los tres chicos, además mantiene durante todo el metraje dicha técnica, la cual puede resultar algo cargante, aunque gracias a los éxitos de cintas como Rec o Monstruoso parece que este estilo tiene años de vida y ahora carga menos. Que cosas.

Pero el gran motivo del triunfo de esta cinta fue su publicidad a través de internet, dando a creer que se trataba de una historia real y que la desaparición de los tres jóvenes era cierta. Vamos que lo que se nos iba a mostrar en cines era un documento real y muy terrorífico.

Hay que reconocer que es una de las estrategias comerciales mas buenas y que mas frutos sacó que haya podido ver, de hecho las ganancias fueron enormes. La cinta tuvo un presupuesto ínfimo, siendo este aspecto otro por el cual este título molesta tanto a sus detractores, detractores que luego disfrutan con cintas que usan el estilo de esta, pero bueno.

Ciertamente la película es un engaño, la grabación es bastante mediocre, las actuaciones resultan patéticas y la dirección de Myrick y Sánchez es inexistente. Aunque ellos digan que dejaban quehaceres a los actores, lo cual provoca una especie de caos en el rodaje, salvado a medias en el montaje. Pero teniendo todo esto en contra hay que reconocer que es una película que asusta, o al menos en su momento asustó.

De todas formas estoy harto de los “fans” que dicen disfrutar del cine de terror cuando nada les atemoriza ya que son “muy hombres”, ¡y una mierda¡ Toda esta gentuza lo único que hace es desprestigiar al género y conseguir que hagan remakes absurdos o cintas clones, cosa que, por cierto, pasó con esta, por mucho que les moleste.

Y es que solo hay una cosa cierta, esta película fue todo un bombazo que dejó a los aficionados del género alucinados, sobretodo por la excelente campaña publicitaria que se hizo, de forma bastante barata, por internet, algo que nadie ha sido capaz de volver a realizar. Creo que solo este detalle tiene un mérito increíble.

En cuanto a la película, pues solo tengo que decir que es bastante entretenida, tiene algunos momentos muy logrados, como la desaparición de Josh o la parte final, donde quizá la autosugetión ayuda a disfrutar todavía mas los cutrecillos planos que vemos, y poco mas. Y sí, el primer plano de Heather me resulta hilarante, aunque he de reconocer que debe estar colocado, por méritos propios, juntos a las grandes escenas o planos del cine de terror, así de claro.

El sorpresón de los 90, lástima que fuese a finales de esta anodina década dentro del cine de género. Se dijo que se iban a rodar diversas secuelas, aunque hasta la fecha solo se rodó una, bastante floja y sin nada que ver en estilo con esta. Realmente no es una gran película, quizá todo lo contrario, pero hay que respetarla y aceptar que es la responsable de un auge dentro del género y solo por esto hay que reivindicarla. Yo reconozco que cuando la vi en el cine tuve sensaciones enfrentadas, por una parte disfruté con algún que otro susto y por otra parte me pareció una auténtica tomadura de pelo. Lo que si se a día de hoy es que debemos mucho mas de lo que creemos a esta cinta y a la gran idea que tuvieron Daniel Myrick y Eduardo Sánchez.

Óscar Arias