Crítica- El oráculo (1985)

“Una pequeña joya incomprendida que mezcla diversos géneros”

Dirigida por Roberta Findlay, mujer del mìtico Michael Findlay, que ha dirigido bastantes cintas de gènero tales como Snuff, Juegos de supervivencia, Blood sisters o Lurkers. Protagonizada por actores noveles o que trabajaron solo en esta cinta salvo el caso de Pam La Testa que trabajò con Roberta Findlay en Blood sisters, ademàs de participar en Don`t mess with my sister.

Jennifer y su marido Ray se mudan a una casa que estuvo habitada por una vidente que muriò en extrañas circunstancias, allì Jennifer encuentra un oràculo, que contiene una mano que supuestamente escribe mensajes del màs alla. Pronto Jennifer sentirà el poder del oràculo que quiere contactar con ella, al parecer lo maneja un hombre, el Señor Graham, que fuè asesinado, ella se lo cuenta a su marido y amigos y nadie la cree. Hasta irà a ver a Dorothy, la mujer del asesinado para explicarle y poco a poco se irà esclareciendo el misterio, pero los asesinos intentaràn acabar con ella y encima nadie la cree, la dan por loca, pero las muertes extrañas empiezan a sucederse, quizà por medio del extraño oràculo, y pronto Jennifer tendrà que hacer frente con los asesinos.

Buena cinta de fantasmas que mezcla a asesinos, con brujerìa y venganza fantasmal, contando con gore muy potente, en la buena tradiciòn de la Findley, con una estètica bastante cuidada. La cinta respira un gran tufillo ochentero y tiene momentos puros del slasher de la època, que està bastante bièn llevado con una sicària lesbiana aceptablemente interpretada por Pam La Testa, para adentrarnos, ademàs, en el màs puro cine de fantasmas que buscan venganza.

Los momentos donde aparece la influencia del oràculo son muy buenos ya que lo que hace es aparecerse y provocar el suicidio de sus vìctimas, en este punto destaca el conserje que acaba acribillándose con el cuchillo. El raro en este punto es el marido, que es decapitado, de forma brutal, supuestamente por un monstruo, pero ahì queda la cosa. Encima en estas secuencias surge una luz verde que es la que remarca que estamos ante el poder del oràculo y su fantasma.

Quizà la actuaciòn de Caroline Capers Powers sea algo floja y su direcciòn tampoco sea la màs adecuada ya que me parece muy exagerado que nadie la crea y encima que la traten de esa forma, especialmente su marido que merece la muerte sin lugar a dudas porque no confiar ni un poquito en su mujer tiene bemoles. Siempre me molestaron estos momentos, que encima aparecen en varias cintas de gènero y aquì son muy exagerados, que es lo malo.

Aùn asì es una cinta muy entretenida que nos ofrece un final muy potente aunque algo mal rodado, cosa peculiar, ya que su guiòn està bièn estructurado y la idea del rodaje es buena, pero no el rodaje en sì, me explico. Cuando Jennifer ya llega al hospital y su huida debida a la muerte de uno de los asesinos es demasiado ilògica y el hecho de meter, sin saber porque, a enfermos mentales de por medio, ¿Tenian a Jennifer en la planta de enfermos mentales? ¿Si es asì, porque? Encima los planos de las carreras de Jennifer y el enfermero son patèticos. Luego ya en la fàbrica pasa lo mismo en la persecuciòn de Jennifer a cargo de Farkas, que se ahoga sin saber muy bièn porque. Pero aquì llega un gran acierto de Findlay y es la incursiòn del fantasma y de gore bruto que salva, y de que manera, este caòtico final.

Porque tenemos uno de esos finales tan buenos y, y un poco salvajes, que se mantienen en la memoria durante años, no os lo podéis perder, en serio. Y aunque, quizá, no sea muy bueno tiene un algo especial.

Buena cinta ochentera que llega a mezclar toques slasher con una genuina cinta de venganza sobrenatural llevada a travès de una mortal que sirve como enlace. Con buenos momentos gore, algo de tensiòn y un final, algo mal rodado pero que acaba con buenas dosis de gore y de forma màs que admirable. Vamos una pequeña joya incomprendida. Leí malas crìticas sobre esta cinta pero sin explicación alguna, pero a mi me resultò la mar de interesante. Recomendada.

Óscar Arias