Crítica- El esclavo de satán (1976)

“Brutal terror inglés, algo pasado de tuerca”

Primera cinta de género del director Norman J. Warren, quien también dirigiese De repente llegó el terror, Alien prey, Inseminoid o Muerte en el año nuevo. Protagonizada por Michael Gough, a quién hemos visto en infinidad de cintas de género, como Berserk, el circo de la muerte, Trog, Horror en el museo negro, La serpiente y el arco iris u Horror hospital, está acompañado de habituales del cine inglés, como Candace Glendenning, The flesh and blood show o Tower of evil, Martin Potter, Satyricon o Cruel passion, o Barbara Kellerman, The Quatermass conclusion o El club de los monstruos.

Catherine Yorke viaja con sus padres a casa de su tío Alexandre para pasar unos días de vacaciones, además está a punto de cumplir 20 años, pero sufren un accidente y sus padres mueren quedándose a su cuidado su tío que está acompañado por su hijo Stephen y una ayudante y amante de su hijo, Frances. Al mismo tiempo están apareciendo mujeres brutalmente asesinadas y Catherine está teniendo sueños y visiones en relación a actos satánicos y muertes. Pronto descubrirá las intenciones de su tío y su primo, que además quiere aprovecharse de ella, quienes quieren usar a Catehrine en uno de sus ritos satánicos.

Interesante y muy impactante cinta inglesa donde se mezclan diversos estilos cinematográficos de género, ya que tenemos pinceladas del reciente cine religioso tipo La semilla del diablo, decorados y localizaciones dignas de la Hammer y desnudos gratuitos, nudie, y una brutalidad, slasher, proveniente del reciente cine norteamericano, donde el gore y el destape estaban ganando muchos adeptos dentro del género.

Aunque ya hacia años de esto pero en el cine inglès no se llegaba a esos extremos. Lo que le pasa a esta cinta es que no casan bien todos los elementos y siendo una mas que interesante e impactante película le falta algo, quizá atmósfera. Tuvieron demasiados directores de fotografía, o quizá un rodaje algo más dinámico, pero la verdad es que siendo fascinante se queda a mitad de camino.

Y eso que las actuaciones brillan a buen nivel, aunque Candace Glendenning quiera emular a Mia Farrow en La semilla del diablo quedándose a años luz de esa genial interpretación. De hecho es posible que este sea uno de los grandes defectos de la cinta, el intentar ser original o auténtica pero teniendo siempre en mente a los grandes clásicos y cintas de culto. Lo que acaba dejándonos un batiburrillo de ideas y situaciones interesantes pero mal entrelezadas.

Lo realmente llamativo de esta cinta es su brutalidad extrema y sus ritos satánicos rodados de forma bastante impactante para tratarse de una cinta proveniente de Inglaterra donde el puritanismo era el pan nuestro de cada día. Veremos algunos momentos gore brutales, explícitos y con una duración interesante, no como en el cine actual por cierto.

Además de tener muchos destapes, otro de los detalles por los que la cinta pierde algo del rumbo ya que hay muchos desnudos del todo gratuitos que no aportan nada y desvirtúan las buenas intenciones de la propia película.

El final siendo interesante es deudor del estilo Hammer y, de nuevo, nos viene a la memoria La semilla del diablo y claro, las comparaciones son odiosas y esta comete un par de errores, quizá de montaje o planificación, que no consiguen ofrecernos el gran espectáculo que podría haber mostrado. Además me quedé con ganas de tener 10 minutos mas de rodaje.

Brutal cinta de mediados de los setenta proveniente de Inglaterra siendo excesivamente brutal y con diversos desnudos, lo que no se es porque la censura no se cebó con este título que para la época y el país era toda una provocación, aunque no era la única. Tiene algunos matices que no hacen que llegue a brillar todo lo que debería y siendo una cinta interesante y entretenida nos deja un sabor de boca algo agridulce ya que, quizá, podría haber dado algo mas de si.

Óscar Arias