Crítica- Demonios negros (1991)

“Zombies, vudú y gore. Pero no da la talla, una pena”

La ùltima cinta de gènero dirigida por Umberto Lenzi y tocàndo denuevo el gènero zombie. Esta vez se aprovecha de un titulo engañoso y hace creer que estamos ante la tercera entrega de la cinta Demons de Bava, cosa del todo incorrecta. El elenco es bastante desconocido como pasò en el gènero en Italia en esa època, destacamos a Joe Balogh que ha rodado Monstrosity o La estela del crimen del propio Lenzi.

Kevin, Dick y Jessica viajan a Brasil para estudiar los ritmos brasileños pero Dick se siente atraído por la Macumba y el vudù, asi lograrà ir a un rito vudù donde serà poseído y acabarà despertàndo a seis esclavos negros que fueron asesinados salvajemente y reclaman venganza. Deberàn matar a seis personas blancas. Asì comienzan a sucederse los asesinatos y el trío de amigos trataràn de salvarse y averiguar que son esas criaturas y como destruirlas ya que el vudù es una magia muy poderosa.

Interesante spaghetti zombie que recuerda bastante a las cintas de Fulci sobre el gènero pero con el lastre de un ritmo excesivamente lento y un montaje bastante desastroso. Ya que el guiòn es al menos interesante, aunque ninguna maravilla.

La atmòsfera està conseguida a rachas, pero en lìneas generales es aceptable. Pero es que entre el ritmo y las malas actuaciones solo nos quedan los brutales ataques de los zombies para entretenernos. Hay escenas del todo increíbles montadas de una forma demasiado soez. Por ejemplo, cuando se quedan atrapados en la carretera y se les nota, a los actores, descaradamente tirar del coche hacia atràs con sus cuerpos estando el motor apagado, o cuando Kevin lanza los còckteles molotov a los zombies donde vemos un montaje totalmente desastroso, los fallos de racord y sobretodo de continuidad claman al cielo.

Los zombies estàn bastante bien caracterizados, bastante tìpicos del estilo italiano, pero no son devoradores de carne sino que van con sus armas, un garfio, un hacha, un tridente. Ajusticiando a la gente blanca, y es que este matiz de la venganza sobre seis blancos me pareciò del todo acertado por parte de la guionista.

Los ataques de los zombies son bastante curiosos, ya que si bien se mueven de forma excesivamente lenta sus golpes son ràpidos y certeros. Veremos hachazos en la cabeza, degollamientos, ojos arrancados, y todo en primer plano, en la tradiciòn Fulci, cosa que hace ganar puntos a esta mediocre producciòn.

Otro detalle sacado de los zombies de Fulci son las lentillas blancas usadas por varios personajes, que, como siempre, queda francamente bien. Lo malo es el final que està demasiado mal montado. Vamos la acciòn se puede seguir pero los fallos de continuidad son exagerados y las formas de acabar con los zombies dejan algo que desear, aunque al menos cumple su cometido.

Cinta visible aunque con las carencias habituales del cine de la època, ya en pleno declive del cine de terror italiano, que se salva por la buena idea de volver a mezclar zombies con vudù y escenas suficientemente gore para satisfacer al goremanìaco de pro, pero realmente es una cinta menor.

Óscar Arias