Crítica- Déjame entrar (2008)

“Excepcional cinta de vampiros. CULTO”

La gran revelaciòn del 2008, basada en el libro de John Ajvide Lindqvist quièn se encarga tambièn del guiòn, al parecer hay algunos cambios pero al estar todo realizado por el propio autor no hay discusiòn posible. La direcciòn corre a cargo de Tomas Alfredson, quièn debuta en el cine de terror, si podemos catalogar asì a esta cinta, anteriormente habìa rodado varias comedias o capìtulos de series de su paìs, Suecia, ademàs de hacer cameos en alguna que otra pelìcula. La pareja protagonista, Kåre Hedebrant y Lina Leandersson, debutan en esta producciòn, les acompañan otros actores jòvenes y algunos adultos, los cuales han rodado alguna pelìcula en Suecia, pero nada destacable.

Oskar es un niño al que sus compañeros de clase maltratan, por eso se ha convertido en un chico aislado con aficiones extrañas, muertes, suicidios y demàs. Un dìa conocerà a su vecina, Eli que vive con su “padre”, con la que entablarà una extraña amistad, lo que Oskar no sabe es que Eli es una vampira. Esta motivarà a Oskar a hacer frente a sus problemas de forma directa, vamos enfrentarse a sus enemigos, mientras que comienzan a aparecer algunos cadàveres y otras personas atacadas. Las vidas de Oskar y Eli parecen estar predestinadas, el jòven se a enamorado de tan peligrosa persona sin pensar en las consecuencias, el tiempo dirà.

Excepcional pelìcula que desde ya se puede englobar en ese pequeño grupo de grandes cintas vampìricas que rompen los pròpios cànones del cine vampìrico, tales como El ansia, Martin o Arrebato, y colocàndose, por mèritos propios, casi en la cabeza de las pelìculas mencionadas.

Tenemos una historia que da mucho que pensar, contada de una manera frìa, como el paisaje que contemplamos y como los propios Oskar y Eli. Dos personas atormentadas e incomprendidas que estàn destinadas a estar juntas, la pega, es que ella es una vampiro. Pero vayamos por partes.

Hay que destacar la excelente fotografìa, muy azulada, y puesta en escena. Tomas Alfredson con estos detalles escoge realizar una direcciòn lenta, en momentos aplastante, pero en ningùn caso para mal, sino para dejar al aficionado del todo sorprendido y enamorado de lo que està presenciando.

Tenemos tantos detalles, que en un primer visionado se pueden perder, de hecho la vi dos veces antes de realizar este comentario. Empezando por el personaje del “padre” de Eli, que es bàrbaro, con una fuerza sobrecogedora, la escena donde demuestra estar celoso de Oskar es magnìfica, al igual cuando se le ve fracasando y decidiendo caer por siempre en los brazos de su bien amada. ¡Enorme! Y una genial forma de introducir algùn elemento gore.

Igual pasa en tantas y tantas escenas de la pelìcula, a la cual solo le achacarìa la falta de un mayor ritmo en algunos momentos , sobretodo en la parte final, o en la explosiòn de la mujer convertida, secuencia que Tomas Alfredson pudo haber estirado un poco mas. Quizà pase de forma excesivamente acelerada y es un golpe en la mesa maestro, una pena.

Curiosamente los dos jòvenes protagonsitas realizan unas interpretaciones formidables, especialmente Eli. Ambos muy bien perfilados, dirigidos y situados en todas y cada una de las secuencias, todo un acierto que consigue evocar de forma mas potente la historia de amor entre tan distintas personas, que nos dejaràn secuencias de una profundidad y una fuerza fílmica rara vez vista en estos tiempos de absurdos remakes. No solo el primer encuentro, donde Eli sorprende a Oskar acuchillando a un árbol, sino lo que Oskar comienza a sentir por Eli, que no es amor, sino mucho mas. Ya que es una persona abandonada y solitaria que ha encontrado a alguien que le acompaña en el difícil camino de su propia existencia. Lo malo es que lo consiguió con una vampira, que en cierto modo, se encuentra igual que el. Gran idea, si señor.

El tìtulo de la pelìcula, el real no el puesto aquì, Deja al adecuado entrar, representa una de las escenas mas potentes de toda la pelìcula, cuando Eli se declara, de manera especial, a Oskar, pidiendo permiso para entrar a su casa. El trasfondo va mas allá todavìa, y sangrando a borbotones hasta que no obtiene el si del niño, momento francamente potente.

Por cierto, la fòrma de comunicaciòn entre Oskar y Eli, el còdigo morse, es otro gran acierto. Con tantas lecturas que mejor solo disfrutarlo, al igual que el momento cuando Eli entra en la habitaciòn de Oskar.

Pero, siempre hay un pero, aparte de los detalles negativos menores que ya comentè, la parte final, y me refiero a lo acontecido en la piscina, me resultò algo precipitado, ya que si bien Tomas Alfredson decide meter gore y acciòn quizà deberìa haberlo hecho manteniendo el ritmo pausado de toda la pelìcula y no acelerarse en ese momento. Me dejò algo descolocado.
Ahora bien, como mensaje final tenemos a Oskar viajando con Eli, convirtiéndose en su nuevo “padre”, ya sabemos la vida que le espera. Que triste y maravilloso a la vez.

Gratìsima sorpresa la que nos lega Tomas Alfredson, una visiòn del vampirismo bastante original con el protagonismo de unos niños, que ayuda todavìa mas, aunque resulta una direcciòn mas complicada, y unas calidades tècnicas sorprendentes. No obstante a recibido innumerables premios, tanto de crìtica como de pùblico, esto rara vez ocurre, y que, lamentablemente, los norteamericanos pretenden hacer un remake. Lo que no se es si conseguiràn las excelencias que vemos en esta pelìcula, ya que no solo la historia es buena, sino la forma de contarla es muy personal y quizà ùnica. Del todo recomendada.

Óscar Arias