Crítica- Deathwatch (2000)

“Entretenida cinta de fantasmas situada en la I guerra mundial”

Òpera prima de Michael J. Bassett que además firma el libreto, poco después realizaría La cacería, con toques similares a esta que nos ocupa aunque bastante superior. Está protagonizado por el joven Jamie Bell, que trabajaría en Jumper o King Kong junto a Andy Serkis, que consiguió la fama gracias a su interpretación de Kong o de Golum de la saga El señor de los anillos, el resto del elenco es habitual del cine y los seriales ingleses, podemos nombrar a Laurence Fox visto en The hole.

En la I Guerra Mundial un grupo de soldados ingleses acaba en una trinchera enemiga repleta de cuerpos y con un solo superviviente alemán. Pronto comenzarán a sucederse extraños sucesos y los soldados comienzan a perder la cordura, de hecho la trinchera les está provocando a matarse unos a otros. Shakespeare es el único que parece tener la sangre suficientemente fría para relajarse aunque sus compañeros no tendrán la misma suerte. El mal está en la trinchera y no descansará tan fácilmente.

A principios del siglo XX surgieron unas cintas de género relacionadas con la guerra y los soldados, me refiero a esta, The bunker y Dog soldiers, que resultaron interesantes propuestas a las que las críticas les hicieron un flaco favor, exceptuando a Dog soldiers.

Con un guión algo escueto y poco trabajado y una dirección que parece tratar de paliar ese pobre guión tenemos una cinta que cuenta con muy pocos decorados y actores, mucha suciedad y menos gore del esperado, que quizá hubiese subido enteros a la cinta y eso que tenemos buenas secuencias sangrientas.

Aparte, al atmósfera no está muy conseguida, da la sensación que la cinta necesitaba otro enfoque y la extrema oscuridad no ayuda en demasía, al igual que un montaje algo caótico que, en varios momentos, confunde al espectador y le desorienta totalmente.

Las actuaciones son bastante discretas, con un Jamie Bell, casi como protagonista, bastante discreto, un sobreactuado Andy Serkis que hace una interpretación fatal, y unos personajes, en líneas generales, muy poco perfilados pareciendo que los actores campan a sus anchas durante el metraje, para mal, así tenemos tantos momentos anárquicos durante la cinta.

Curiosamente tenemos momentos gore potentes, pero muchos menos de los que cabría esperar y, sobretodo, desear, y que, claramente, hubiesen hecho mucho bien a la película. Hay que destacar algún disparo en la cabeza, la muerte de Quinn, que recuerda a Hellraiser, o el montón de cadáveres del final.

Para colmo llegamos a un final que homenajea a demasiadas cintas de género míticas ¿Ese agujero de cadáveres cuantas veces se ha visto en una cinta de gènero? Y una resolución final cogida por los pelos pero que, curiosamente, es salvable y al menos termina la cinta de forma honesta. Eso si, después de vista nos deja bastante perplejos la idea de haber visto una cinta de guerra que no tiene que ver con la misma pero que quizá nos quiso dejar algún mensaje antibelicista o quién sabe…

Entretenida cinta de fantasmas situada en la I guerra mundial donde el guión y la nefasta planificación de actores son los mayores lastres que tiene esta película, además de una dirección algo pobre y una decisión de mostrarnos escenas gore en menor medida de las deseadas. Hay mucho mas barro y sonidos que no aportan nada que líquido rojo. Al menos cuando tenemos escenas gore, que afortundamente las tenemos, la cinta sube enteros ya que están bastante bien elaboradas. Un visionado tiene, aunque del tipo y la época me quedo con Dog soldiers.

Óscar Arias