Crítica- Dark was the night (2014)

“Demasiado drama intimista en una “revisión” del mito del Wendigo”

El productor y director Jack Heller decidió realizar su segunda película contando con un guión que formaba parte de la famosa “The Black List (La lista negra)”, lista de los mejores guiones no producidos, de 2009 bajo el título de “The threes” al cual finalmente se le cambió su nombre por el de “Dark was the night”.

Según parece el guion está basado, lejanamente, en hechos reales ocurridos en Topsham (Inglaterra) conocidos como “The devil´s footprints”, de ahí el, excesivo, tono dramático de la historia.

El protagonismo de la cinta recae en Kevin Durand, un secundario de lujo al cual hemos podido ver en títulos como Resident Evil 5: Venganza (2012), Acero puro (2011) o Legión (2010) y Lukas Haas, al cual siempre recordaré por “El misterio de la dama blanca” de 1988, aunque ha participado en innumerables títulos más. Aparte de estos, también encontramos dentro del elenco a Nick Damici, un clásico del terror moderno y del cine de Jim Mickle, a Heath Freeman, de “A wicked within” (2013), o a Bianca Kajlich, de “Halloween: Resurrección” (2002).

De primeras estamos ante un título que pretende mezclar el drama, con críticas sociales, de las cuales hablaré más adelante, y terror, el relativo a criatura perdida que “ataca” para sobrevivir, con demasiados elementos del conocido “Wendigo”, del cual, hasta hacen una mención vía internet durante la cinta.

Y la película podría funcionar mucho mejor si toda la parte dramática no fuese tan densa y ocupase tanto protagonismo. Porque el trauma del policía no era necesario explotarlo tanto para componer al personaje. Y así Kevin Durand llega a ser cansino con una interpretación bastante hierática y, en demasiados momentos, sosa. Aparte tenemos diversa carga crítica que, a un servidor, le sobra a todas luces. Porque lo referente a salir de una gran ciudad, Nueva York, e ir a un pueblo en busca de una vida tranquila ya chirría. O que el lugar donde todos estén protegidos sea una iglesia, pues me chirría más todavía. O que todo el pueblo, salvo uno, menos mal, hacen caso sin paliativos al Sheriff de turno. Vamos una comunidad idílica, ¿no? Pues todos estos matices me resultaron un lastre.

Porque Heller se centra en demasía en el dramatismo y hace menos caso del que debía a la criatura y la tensión que esta genera en los personajes. Y eso que el propio director comentó que estábamos a punto de “ver a una criatura nunca jamás vista”, la cual sería un híbrido de diversos monstruos del folclore norteamericano. Y me pregunto yo, si esta era su idea, ¿Por qué tanto peso para el drama y tan poco para la criatura? Además que buscando fotos de “Wendigo” en internet encontramos monstruos muy similares al que se nos muestra en este largo.

La cinta cuenta con una fotografía excesivamente fría, y por momentos muy oscura. El bosque es gris, el pueblo ídem, y la luz del día es ocre. Muy forzado todo, y no, no consigue crear mayor angustia, ni mucho menos. Además la banda sonora pasa sin mayor pena ni gloria, y el montaje no hace más que mantener un ritmo dramático, especialmente. Y es que es la dirección la que busca, o eso parece a todas luces, estos matices. Eso sí, he leído comentarios buenos sobre esta cinta. Pero, si bien es cierto que no es un mal título, no me pareció en absoluto destacable.

Así hasta que no está muy avanzado el metraje no salimos de nuestro hastío. Y sí, esto se produce cuando, por fin, la criatura empieza a atacar y ser un verdadero peligro para el Sheriff, cosas del cine ya que es a la primera casa que ataca, y para el resto del pueblo. Pero, sí otro más, en esta lucha del humano contra la criatura, el heroísmo made in USA sale a la palestra, y lo hace de una forma realmente burda. Porque el carisma del sheriff es mínimo, y resulta del todo increíble todo lo que acontece a su alrededor en el tramo final. Así no es de extrañar que no sea posible destacar ninguna actuación, y eso que Heller contó con actores de cierto prestigio.

Por lo que después de unas escenas algo risibles nos adentramos en la confrontación policía- criatura. Sí, ahora ya no son los humanos, sino los agentes de la ley contra el monstruo. Y aquí es donde, por fin, podemos ver el diseño de la criatura. Y qué queréis que os diga, es cutre y está ya vista, como apunté anteriormente. Un híbrido de monstruos sin más, al cual no se le saca el partido necesario. Y, para colmo, en medio de la investigación acerca de la criatura, se nos habla del, conocido por muchos, mito del Wendigo, y así señor Heller al mostrar a esta criatura le deja en un mal lugar.

Y, para colmo, el comentado enfrentamiento está rodado de forma tramposa. Además que tenemos un final que mezcla el “Happy end”, y el susto final, visto mil veces en los últimos años. De hecho este plano está trillado en la última década, y, claro, provoca la risa más que el miedo.

Por lo que estamos ante la enésima cinta de monstruo en el campo estadounidense que ataca a un pueblo, y estamos ante la enésima cinta que poco aporta al género. De hecho su mensaje social y su dramatismo no la hacen destacar, sino que más bien la hacen ser más densa y menos entretenida. Del terror poco que decir, porque tenemos sustos Made in USA, y poco, muy poquito, mas. Esperemos que Heller decida hacer algo más conciso en su próximo trabajo.

Óscar Arias