Crítica- Cuando el destino nos alcance (1973)

“Uno de los grandes clàsicos de la ciencia ficciòn”

Adaptaciòn de la novela Make room¡ Make room¡ de Harry Harrison dirigida por el especialista, Richard Fleischer, quien tambièn rodò Terror ciego, El estrangulador de Rillington pace o 20.000 leguas de viaje submarino entre otras joyas. Estando protagonizada por el antiheroe americano Charlon Heston que en esos tiempos rodò otras dos cintas apocalìpticas, El planeta de los simios y El ùltimo hombre vivo, lamentablemente hace poco que falleciò.

Le acompaña un elenco habitual, tenemos al veterano Edward G. Robinson, del cual fuè su ùltima pelìcula y al que vimos en Mil ojos tiene la noche o The hatchet man entre otras tantas, a Joseph Cotten, La isla de los hombres peces o Baron blood, Leigh Taylor-Young, Aliens from spaceship earth, Chuck Connors, Trampa para turistas o The horror at 37.000 feet, Brock Peters, Alligator 2 o Star trek VI, Stephen Young, Deadline, Lincoln Kilpatrick, El ùltimo hombre vivo, o Roy Jenson, Demonoid.

Año 2002, N.Y., la poblaciòn està masificada, solo unos pocos viven cómodamente mientras que el resto estàn afinados en calles o edificios, luchando por sobrevivir. Los ricos crean alimentos ya que el efecto invernadero acabò con la casi toda la vida vegetal y animal, por lo que los Soylent red o yellow son el alimento diario, pero acaba de aparecer el Soylent green, creado con plancton asiàtico, y està creando sensaciòn. Pero el policía Robert Thorn tendrà que investigar la muerte de Simonson, uno de los dirigentes de Soylent, lo que irà descubriendo podrà cambiar el mundo.

Una gran pelìcula de ciencia ficciòn basada, algo libremente, en la obra de Harry Harrison, con una direcciòn bastante acertada aunque algo inferior a lo habitual en Fleischer. Destaca por encima de todo la fotografìa y la creaciòn de las distintas atmòsferas que no dejan de sorprendernos ayudando a un mayor dinamismo de la direcciòn.

Quizà haya algunos elementos menores, pero, desgraciadamente, no se tratò de una gran producciòn, quizà con mayor presupuesto hubiesen obtenido resultados mejores. Aunque lo que vemos en pantalla es altamente recomendable y ha inspirado a innumerables dibujantes, escritores y cineastas. La historia podrìa darse a dìa de hoy lo que hace de esta cinta un producto atemporal, lo cual la suma mas puntos si cabe.

Las actuaciones son normalitas, a mi Heston en esa època no me gusta, ni en ninguna otra casi. Està algo sobreactuado y es un antiheroe en toda regla, me quedo con las grandes interpretaciones de Edward G. Robinson, que actuò sordo, y Chuck Connors, que de largo resultan superiores a sus compañeros de reparto.

Siempre me impactò el rol de Shirl, una especie de mujer de compañìa que asì consigue tener algo de bienestar. Lo mismo que pasa con Roth, que es el ayudante del policìa, ambas situaciones son curiosas y muy bièn planificadas y planteadas, aunque quizà la mujer quede mas como un reclamo sexual que el roll del hombre. Por otra parte Heston se encarga de ser el machito del rebaño en la escena de la casa. Escena que me sobra, pero que seguramente Heston querrìa rodar.

Pero de esta pelìcula hay que destacar la atmòsfera que va creando y las geniales secuencias que ayudan a esta gran creaciòn, el momento del “banquete” entre Thorn y Roth es sublime. Magistralmente dirigido y actuado, si bièn es cierto que Richard Fleischer ya se habìa molestado en ir preparàndonos para esto.

Aunque el gran momento es cuando surge la eutanasia, tan en boga en nuestros tiempos, mostràndonos unos minutos de cine magestuoso, evocador y fascinante. Nos deja el corazòn en un puño y boquiabiertos de la grandeza fìlmica que estamos viendo, si hasta Heston no sobreactua y lo borda. Que, ademàs, se suma al final, que si bièn resulta algo inferior, nos deja una sorpresa increíble y una pelìcula, en lìneas generales, soberbia.

Uno de los grandes clàsicos de la ciencia ficciòn que bien podrìa rodarse a dìa de hoy y que aùn siendo un producto con un presupuesto ajustado no deja de sorprender. Pasò a formar parte de las mejores producciones del gènero por mèritos propios. Muchas veces imitada, pocas veces superada. Hay quien dice que si Richard Fleischer la hubiese rodado antes serìa aùn mejor, pero no creo que estuviese en tan mala forma en este largometraje. Culto.

Óscar Arias