“Interesante pre giallo con guión menor”
Mario Bava fue el responsable de esta historia que finalmente, por desavenencias entre Bava y la productora, fue dirigida por Antonio Margheriti, el cual colaboró en la re- creación del guión, dándole un toque menos terrorífico y mas pop. Margheriti es recordado por cualquier aficionado que se precie por ser uno de los grandes explotadores italianos de todos los tiempos, no hubo casi ningún género que no explotase. Recordemos algunos de sus títulos, Space man, 1960, El justiciero rojo, 1963, Danza macabra, 1964, o Carne para Frankenstein, 1974, entre una cantidad ingente de productos. Apuntar igualmente que la partitura corre a cargo del veterano Carlo Savina, responsable a su vez de otras tales como Cerco de terror, 1972, o Ceremonia sangrienta, 1972.
El elenco está compuesto por rostros habituales, así vemos al norteamericano Michael Rennie, recordado por siempre por su excepcional trabajo en Ultimátum a la Tierra , 1951, al productor y actor Mark Damon, responsable de títulos como Captivity , 2006, al que también vimos en Byleth, el demonio del incesto, 1972, o El retorno de la condesa Drácula, 1973. Del resto del elenco cabe destacar al veterano actor secundario Luciano Pigozzi, que participó en innumerables títulos de género, o a Valentino Macchi, visto en El dulce cuerpo de Deborah, 1968.
En una residencia de señoritas comienzan a sucederse una serie de asesinatos, así el Inspector Durand viajará al lugar para comenzar la investigación. Allí comprobará como Lucille tiene una cierta relación con todos los asesinatos y sospecha de su enamorado, el profesor Richard Barrett, el cual tratará de probar su inocencia, aunque quizá esto sea demasiado tarde para Lucille.
Estamos ante un claro pregiallo italiano, si bien es cierto que ya fue Mario Bava y su La muchacha que sabia demasiado, 1963, el impulsor de este gran género, fue Darío Argento quién sentó sus bases con El pájaro de las plumas de cristal, 1970. De todas formas en esta producción ya encontramos diversos detalles del género al igual que un estilo que cogería forma en los años venideros. Lo mas destacable es que bajo un guión bastante soso y con demasiadas trampas, en cierta forma deudor de el libro Los diez negritos, de Agatha Cristie, un director como Margheriti, capaz de lo mejor y de lo peor, consigue crear una ambiente malsano, ciertos toques de terror y bastante tensión. Todo ello gracias a una gran partitura de Carlo Savina, como ya comenté, y una correcta fotografía de manos de Fausto Zuccoli, lo que nos deja un producto a descubrir aún con sus toques menores.
Ya que el gran problema de esta producción es su flojo guión y lo pobres de diversos perfiles. Si bien hay caracteres muy acertados, como pueda ser el de Jill, salvado correctamente por Sally Smith, la joven investigadora que puede llegar a desesperar pero que resulta muy gratificante, a los insulsos de Lucille, que resulta una mojigata sin mas, que además sufre de la pobre interpretación de Eleonora Brown. O de Richard Barrett, que deja a Mark Damon en mal lugar, sin ser demasiada culpa suya, o el del Inspector Durand, que queda muy por debajo de las posibilidades de Michael Rennie, que parece algo perdido por momentos.
Al menos tenemos momentos ciertamente tensos, algunas muertes muy sorprendentes y algo de destape. Cierto es que el giallo se caracteriza por la violencia en sus muertes y en este pre- giallo ya atisbamos varios detalles, como los guantes negros, las sombras, los planos secuencia con el asesino en primer término, los animales exóticos, y un largo etcétera. Pero si hay que destacar el erotismo de diversos momentos, con algún semi- desnudo incluido.
Lamentablemente Margheriti trató, sin lograrlo, de crear un producto imponente, pero ese guión sumado a algunos fallos de continuidad, especialmente argumental, prohíben que esta cinta destaque mas, ya que, encima, en la parte final los asesinatos se atropellan como pasa con la resolución, plagada de trampas y, siendo del todo efectiva, nos deja con la sensación de cierto engaño. Eso que el final sorprende y tiene tensión, pero hay que ir algo mas allá, especialmente cuando el giallo está plagado de cintas similares que solo destacan por ciertos elementos, elementos que le faltan a esta Crimen en la residencia.
En definitiva, estamos ante un correcto “giallo” rodado por Margheriti al que la falta de un guión mas competente le relega a un segundo plano dentro de este genial género. Contiene varios elementos que harán las delicias de los seguidores del giallo, pero el tramposo y flojo guión le pasa factura.Pero siendo un producto aceptable no deja de ser una muestra mas del género que estaría por legarnos innumerables sorpresas y buenas horas de cine.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 5.6
5.6
Género; Giallo