“Clásico underground yanke plagado de errores”
Con el paso de los años, y las décadas, Donald G. Jackson consiguió hacerse un nombre dentro del underground yanke, gracias sobretodo a su saga de Frogtown, las ranas radioactivas han dado ya cuatro películas. Quién se lo iba ha decir a aquel muchacho que junto a unos amigotes realizó la cinta que nos ocupa, Conjuración satánica, la cual, asombrosamente, fue distribuida mundialmente, y hasta goza de cierta fama dentro de los aficionados. Algo bastante incomprensible viendo los resultados de este bajo, bajísimo, presupuesto realizado entre Jackson y Jerry Younkins, el cual no volvería a participar en la industria cinematográfica.
Como es de sospechar el elenco es del todo desconocido, amigos de los directores vaya, pero lo curioso es que ninguno tratase de seguir una carrera actoral, mas aún cuando este tipo de elencos poblaban las cintas underground de la época, lo cual viene a atestiguar que este producto es del todo underground, tirando, inclusive, al cine amateur. Aunque dentro del elenco hay una grata sorpresa, y una de las razones del porqué esta cinta es tan conocida, se trata de la participación de Gunnar Hansen, mas conocido por interpretar al primigenio Leatherface en La matanza de Texas, 1974, de hecho este fue su segundo largometraje de una carrera centrada en los bajos presupuestos.
Laval es el líder de un culto satánico, pero en una fiesta del grupo Damian, uno de los miembros, decide cortar por lo sano cuando Laval quiere desnudar a una amiga común para un rito, así todos los muchachos dejarán solo a este quien como venganza invocará a un demonio para vengarle y así comenzarán a aparecer muertos todos los muchachos que una vez participaron de los ritos de Laval. Ahora el Detective Tom Frazetta investiga el caso, mientras un demonio malvado acaba con los jóvenes de formas brutales, esperando la ocasión de destruir al mismísimo Laval.
Clásico underground yanke plagado de errores, incongruencias, con una falta de ritmo brutal, un guión calamitoso que mezcla la moda de los cultos satánicos, bandas satánicas y gore. Encima ni un solo rubro técnico es mínimamente destacable, esto es lo que nos ofrece la dupla Jackson- Younkins en esta cutre producción la cual, curiosamente, es considerada una especie de referente para el futuro slasher. Algo que si bien puede ser cierto no deja de resultar gracioso ya que son muchos los que citan diversas películas de bajo presupuesto underground yankes como puntos de partida del slasher.
Ciertamente aquí tenemos un asesino, en este caso un demonio, que se centra, única y exclusivamente, en asesinar de forma brutales a unos adolescentes que no son mas que borrachos, drogadictos, van vestidos de cuero, y tienen unas ganas constantes de juerga, además de haber participado en ritos satánicos por diversión.
Vamos que a grandes rasgos sería acertada la opinión de que este producto es un slasher primigenio, lástima que nada esté aprovechado. Las actuaciones son muy flojas, ni que hablar de los perfiles, pero seguro que el equipo se lo pasó en grande rodándola aunque los resultados finales dejan bastante que desear. Especialmente debido a una falta de fuerza y ritmo en la dirección que provoca un montaje pobrísimo, especialmente en las partes gore donde se vislumbran reminiscencias del Blood feast de Lewis, 1963, o el clásico Carnaval de sangre, 1970, considerado por muchos el primer slasher, algo con lo que no estoy de acuerdo, pero ese es otro cantar.
Jackson y Younkins introducen diversos elementos para alargar la floja trama, eso que el metraje no pasa de 76 minutos. Así tendremos escenas de entrenamiento karateka por parte del líder Laval, una especie de vikingo nórdico con buena barriga, el cual hasta tendrá una pelea en un bar, como para demostrar su fuerza, bastante patética por cierto.
Por lo menos las muertes cumplen, se ven oscuras eso si, pero que nos podríamos esperar de un bajo presupuesto. Afortunadamente Jackson y Jerry Younkins deciden mostrar claramente al demonio en cuestión, en un par de ocasiones, y aunque es cierto que es algo cutre resulta muy efectivo y realmente alegra el momento al aficionado con menos prejuicios. No son pocos los demonios posteriores que han mamado, y de que manera, de este, de hecho se usa la técnica del Suite motion, una vez mas, mostrando a un ser de ojos rojos brillantes que sangra sangre verde, increíble…jajaja
El tramo final es bastante surrealista, como buena producción underground setentera que se precie. Las libertades que se toman Jackson y Younkins son brutales, de repente mostrarán, repetidamente, una bandera nazi en la cabaña de Laval, ¿para qué? y ¿Porqué al final de la cinta?, ¿tratando de justificar al malo de la película? O solamente hacerlo mas malvado aún, increíble. Veremos una orgía de sangre surrealista, de nuevo esta palabra surge al comentar esta cinta, y una resolución que deja al aficionado bastante alucinado con lo visto, aunque algo decepcionado.
Personalmente me encanta el underground yanke, pero he de confesar que el mayor acierto de esta cinta es su escasa duración, elemento crucial en este tipo de productos, y su valentía a la hora de mostrar al demonio y las diversas muertes. Aunque podrían haber sido mas gráficas, lástima que el ritmo sea tan plano y que no haya nada, absolutamente nada, reseñable. Como curiosidad tiene un pase, pero, desgraciadamente, tiene mas fama que otra cosa.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 4.8
4.8
Género; Satanismo - Demonios - Pre Slasher