“Especie de explotación que fracasa en todos sus homenajes. Mala con avaricia, pero me entretuvo”
El último largometraje de Gorman Bechard dentro del género, y de los años ochenta, fue otra comedieta coescrita con Carmine Capobianco donde intentan entremezclar diversos subgéneros y homenajes a títulos clásicos, sí, otra vez. Así, la cinta comienza con una serie de advertencias sonoras, al más clásico estilo de William Castle. Tenemos el “gore gong”, un gong que nos avisa de las escenas gores, por si queremos apartar la vista de la pantalla, y el “Hooter honk”, dos bocinas que suenan cuando está por aparecer una escena de desnudos. Pero estos elementos están usados de forma francamente nefasta. A alguien se le debería caer la cara de vergüenza, en serio.
Bechard vuelve a rodearse de su elenco habitual, nuevamente con su musa Debi Thibeault a la cabeza, y, sorprendentemente sin Capobianco, el cual solo hace un, absurdo, cameo al final de la película. Y vuelve a entremezclar el nudie, mas con posturas sexys, más o menos, el gore, poco y tramposo hasta el final del metraje, y la comedia gruesa con un estilo bastante cercano al ya visto en su, superior, “Amor asesino”.
De hecho, dentro de sus homenajes se permite el gusto de homenajear a su “Amor asesino”, tanto con un estilo similar en varias escenas, donde vemos a un reportero de televisión entrevistar a las asesinas y hablar a cámara. Aparte de hablar las asesinas de realizar una película, y tomarse, en más de una ocasión, la licencia de mirar a cámara y hablar con el espectador, pero así sin más, sin ton ni son. Además, el grupito de asesinas, en una visita a un videoclub, otro clásico del director, hablarán maravillas de “Amor asesino”, y es que Bechard parece que no tiene abuela.
En cuanto a la película, pues decir que es una comedita muy superior a su anterior “Galactic gigolo”, algo fácil, pero que es también fallida. Eso que no me pareció tan sumamente mala como muchas críticas dicen. Cierto es que es del todo tramposa y que solo sirve para ver a chicas jóvenes posar de forma sexi, digámoslo así, con armas de fuego, y poco más. Porque toda la trama sexista es bochornosa. Ni un gag funciona, para variar en el cine de Bechard, y los perfiles son de traca. Hasta la presentación de las chicas, las cuales fueron violadas, cuenta con chistes tan absurdos que son sonrojantes. Así, si bien podríamos pensar que estamos ante una especie de “Rape & revenge” pronto nos damos cuenta de que no, que solo toca el subgénero. Porque podríamos decir que estamos ante una killing spree deudora de los vigilantes ochenteros, las menciones a Charles Bronson no son en absoluto gratuitas, que intenta adentrarse dentro de la comedia, y en verdad no funciona.
Sobre el gore, y el dichoso “gore gong”, decir que es una auténtica tomadura de pelo. No hay gore hasta el final de la película, y el enfrentamiento entre las mujeres y los hombres donde, curiosamente, suena solamente una vez el “gore gong”. Ahí sí veremos balazos en primer plano, poco más. Porque durante el resto del metraje el bueno de Bechard cambia el “gore gong” por la propia escena gore, sí como leéis. Vemos el dichoso gong y no la escena en cuestión.
No puedo dejar de comentar algunos perfiles, porque son de traca. Tenemos al médico forense, el cual es ridículo y está interpretado por el histriónico Frank Stewart, y no sé muy bien hacia qué sentido quieren ir con ese personaje. Lleva su bata llena de sangre y es imbécil… jajaja. No entendí muy bien el porqué de su histrionismo, aunque, quizá, se quiso crear un contrapunto con el sheriff, un retrasado del cual se ríen en no pocas ocasiones, o el alcalde, el cual está siempre cabreado y gritando. Vamos, es que no se puede ni explicar ni entender nada de los perfiles. Y de las chicas poco que decir, estereotipadas en malo, demasiado malo. Solo poniendo poses en ropa ajustada y poco más. Mucha arma de fuego, eso que empiezan con armas blancas, pero deciden cambiar.
Así lo que tenemos son infinidad de licencias, tanto argumentales como técnicas, y de la técnica mejor ni hablar, que nos dejan un título malo y que tiene malas críticas, justamente. Pero he de reconocer, sí, a veces yo tampoco lo entiendo, que me entretuvo y me pareció un bodrio algo entrañable. Siendo una película, me repito, mala con avaricia. Una cinta que ni gusta a los seguidores del nudie, no hay suficiente carnaza, ni del underground, el estilo es demasiado amateur, ni a los de las explotations, ya que esta entremezcla demasiados subgéneros y ninguno de forma mínimamente acertada.
Así, no es de extrañar que ni Bechard ni ninguno de los actores o técnicos de su troupe siguiesen en el cine, salvo escasísimas excepciones. Algo realmente curioso, ya que había bastantes compañías en USA de este cine de bajo presupuesto, así que os podéis hacer una idea de cómo era esta troupe. Empezaron bien con “Amor asesino” pero esta que nos ocupa, y “Galactic gigolo” los dejó demasiado retratados. Aunque, insisto, esta me pareció pasable. Eso sí, mucho mejor ver la versión doblada en España que la versión original, porque el audio original está grabado de forma pésima.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 5.4
5.4
Género; Asesino en serie - Comedia - Violación & Venganza - Explotation