“Cómo destrozar una película por una proyección pésima. Aun así, survival con falta de ritmo”
Una de las películas que más ganas tenía de ver en el Festival Nocturna era esta “Camino” del director Josh C. Waller. Su debut “Raze” en 2013 me encantó, y el repetir con Zoe Bell como protagonista me hacía albergar grandes esperanzas. Además, se sumaba la presencia del director Nacho Vigalondo en el rol del antagonista, algo que no es un aliciente pero sí que me generaba una gran curiosidad de cómo se desenvolvería.
Pero lo primero que tengo que hacer es dar un tremendo tirón de orejas a los responsables del Festival Nocturna, y más directamente a los de la sala Palafox. Es imperdonable permitir que una cinta se proyecte como se hizo con este largometraje. La imagen estaba lavada y las escenas de noche, oscuridad, eran excesivamente oscuras. Vamos, que de tener verdes en el tráiler, el cual se puede ver fácilmente por internet, pasamos a tener grises totalmente opacos durante la proyección. Haciendo el visionado casi imposible. De hecho con mis compañeros de butacas buscábamos qué estaba pasando en pantalla tres cuartos de proyección. Vamos, un despropósito total y absoluto. No obstante, tuve que volver a ver el tráiler para cerciorarme de que la fotografía no era lo nefasta que esta proyección nos dio a entender. Una auténtica pena. Y, lamentablemente, esto pasó con otras proyecciones durante el Festival, aunque de una manera algo menor. Lo cual me da a pensar que la copia enviada tampoco debió ser la mejor.
Con esta premisa ya es difícil poder hacer un juicio de valor correcto. Pero aun así sí he de decir que este nuevo trabajo de Josh C. Waller es menor a su genial “Raze”. Las reminiscencias de otros títulos y las excesivas licencias hacen un flaco favor a la historia. Porque es quizá en este punto donde la cinta flaquee más, en la historia. Ya que lo que el director quiere mostrar con los dos personajes protagonistas, la reportera gráfica Avery y el misionero Guillermo, acaba siendo un batiburrillo con demasiadas licencias y algunos momentos donde el espectador no sabe muy bien qué o porqué sucede lo que sucede.
Trataré de explicarme. Avery es la “típica” fotógrafa que está asqueada de la vida y que no acepta sus reconocimientos, porque, sí, es reconocida por su excelente trabajo. Por este motivo tiene el encargo de hacer un reportaje a Guillermo, del cual hablaré más adelante. Pero Avery descubre algo que no debe y se ve escapando del misionero, aunque mejor llamarle paramilitar, y su equipo. Y aquí comienzan los despropósitos de este personaje. Avery tendrá visiones de su marido, lo cual nunca se llega a entender. O fui yo que no me enteré si estaba muerto o que solamente dejó de verle. Pero vamos, el hecho sigue siendo el mismo, se nos deja claro que Avery tiene esas visiones. Pero lo que más me sorprendió es la trampa total y absoluta que realiza Waller para cerrar el final. Y es la relativa a cuando Avery ayuda a dos chicas y no se va con ellas, algo del todo incomprensible, ¿no?, y decide seguir luchando contra los misioneros.
Así con todas estas licencias argumentales sobre este perfil me sorprendió mucho, y muy gratamente, la gran interpretación de Zoe Bell, la cual ya ha dejado de estar considerada una gran especialista de cine, sino que trabajo tras trabajo deja claro que la interpretación es lo suyo.
Pasemos ahora al personaje de Guillermo. Un misionero, o paramilitar, español que ha viajado a la selva de Colombia para ayudar a los pobres. Nada se sabe de él, y poco se sabrá hasta el final. No obstante su evolución es algo desigual, y si bien Waller trata de mostrar un psicópata en toda regla, este no queda bien reflejado en ningún momento. Las trampas y engaños que realiza sobre su equipo son igualmente insulsos, y, quizá debido a la falta de información, quedan poco creíbles. Además la interpretación de Nacho Vigalondo deja bastante que desear. Quizá sea por su acento, el cual no es que sea malo, es que no acaba de ser creíble para con su interpretación. No sé, para ser un psicópata sus monólogos me resultaron muy poco creíbles. Por lo que la suma entre un perfil flojo y una interpretación igualmente pobre nos deja que el malo de todo el asunto no acaba por desmarcarse ni ser nada creíble.
Y algo similar pasa con el resto de su equipo, el gran soldado Alejo es muy poco creíble también, y ya no digamos Marianna, una “sorpresa demasiado licenciosa” en el tramo final. Además, la interpretación de Sheila Vand me resultó rara, y eso que me encantó su trabajo en “A girl walks home alone at night” (2014).
Por otra parte, si bien estamos en un título de claras reminiscencias del Survival, tenemos elementos cercanos al cine de caníbales de los setenta. La llegada de los misioneros al poblado está rodada con ese tempo que ya mostró Ruggero Deodato en su fabulosa “Holocausto caníbal”. De hecho esperaba que el grupo de misioneros comenzase a matar gente de forma indiscriminada… jajaja. Pero no, la resolución, y formas, es más moderna. Los cárteles de la droga, que son tema recurrente.
De todos modos la cinta, aun con sus fallas, me pareció interesante, que no intensa. Algo que debe ser un buen survival que se tercie. Pero la pésima proyección tampoco me permitió entrar de lleno en la trama, la cual, como ya comenté, está cogida con pinzas.
Así las pequeñas partes violentas no las pude disfrutar, y aunque no estén al nivel de “Raze”, sí se nota que Waller sabe como rodar una escena de acción. Lástima que no fuese más valiente y decidido y hubiese mostrado más gore, o violencia explícita. Creo que le hubiese hecho mucho bien al conjunto de la cinta.
Además el tramo final está un poco desangelado debido a las grandes licencias de Waller y la interceptación de Vigalondo. En vez de tener tensión tenemos ganas de saber cómo finiquitará todo el asunto el bueno de Waller. Y la resolución es tramposa a más no poder. ¿Quedó herida Avery? ¿Era una visión de Alejo? ¿Por qué no la mata Guillermo? ¿Por qué Guillermo se auto llama “El Güero” al final de la cinta?… Y podría hacer otras tantas preguntas. Lo cual jamás es bueno para un largometraje.
De todos modos, le daré una segunda oportunidad, y quizá viéndola con buena calidad, vamos tal y cómo se rodó, pueda disfrutar y entender mejor este trabajo. Aunque otra cosa que no entiendo cómo puede ser que Waller haya participado en guiones como el de la citada “Raze”, o la zombedy “Dulces criaturas” y haya creado esta historia que, creo entender, trata de mandar un mensaje sobre el final del “camino”… creo que se lió él solito.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 5.8
5.8
Género; Survival