“Pequeño bodrio vampírico del cual solo destaca la presencia de Sid Haig y Ken Foree”
De la mano de directores y productores alemanes Michael Roesch y Peter Scheerer, responsables también de “Alone in the dark 2”, aparece esta “Brotherhood of blood”, la cual tiene su máximo interés en contar entre sus filas con los míticos Sid Haig y Ken Foree, el cual hasta co- produce, si, nadie lo entiende, y menos aún después de ver la película. Película que forma parte de la Ghost House Underground Series y ha sido distribuida ni más ni menos que por la Lionsgate, si, esto tampoco lo entiendo. Luego tenemos decenas de títulos interesantes que jamás asoman por nuestras tierras.
Aquí tenemos otra guerra entre vampiros, caza vampiros y un vampiro primigenio, Vlad Kossel, que tiene ganas de venganza. De todos modos el guión hace aguas por doquier, y tratar de explicar algo del mismo es bastante absurdo. Además que al ser más de lo mismo tampoco resulta demasiado interesante ni necesario.
Por otra parte destaca, sobremanera, la flojísima dirección y los deficientes rubros técnicos, aunque se rodase en tan solo doce días. El trabajo de cámara es muy amateur, la fotografía casi nula, de hecho se abusa de la oscuridad y de la luz día. Además parece que en postproducción nadie cayó en la cuenta de pasarle algún filtro o retoque o algo… un pena vamos. La banda sonora… casi mejor ni mencionarla, pobre, muy pobre. El montaje es otro pequeño desbarajuste. Tratan de mostrarnos un título donde tenemos saltos temporales para contarnos la historia, pero estos saltos descolocan más que otra cosa, además al estar rodado todo de forma tan cutre queda, todavía, peor. Pero lo que más destaca, lamentablemente, es la mala dirección de Michael Roesch y Peter Scheerer. Que falta de fuerza y carisma, y que falta de ritmo y cariño por el género…
Por todo esto lo llamativo de este título, que contó, según se dice en IMDB, con un presupuesto de medio millón de dólares, y a saber en qué se lo gastarían, es la participación de Sid Haig y Ken Foree. Aunque un servidor no se lo cree, más bien diría que les sobra un cero, y el presupuesto sería de 50.000 dólares. Los cuales cumplen, pero poco, muy poco mas. Y si, son los actores más destacables, ya que la protagonista, Victoria Pratt, vista en House of the dead 2 (2005), o en Kraken: Tentacles of the deep (2006), realiza una interpretación plana y nada creíble como caza vampiros. Aunque bien es cierto que el perfil de su personaje es bastante lamentable, y es que el guión no hay casi por donde cogerlo, como ya os comenté.
De todos modos tenemos dosis de gore, y, en algunos casos, algo gráficos. Aunque si, algo cutrones. De hecho lo más destacado sería la tortura de Foree, sí, soy lo más positivo que puedo. Además la acción está rodada de forma tan atropellada que no llega a enganchar al espectador, y este está continuamente con la sensación de que algo falta, o que en algún momento pasará algo. Pero no, seguimos con un título plano durante sus 85 minutos de duración.
La caracterización de los vampiros también deja bastante que desear, solo les distinguimos por unos colmillos pegados y poco más. Además usan armas de fuego y mueren a causa de disparos, aparte de por la clásica estaca. Y hasta tendremos una especie de trama amorosa entre nuestra caza vampiros y uno de los vampiros, pero esta está muy mal tratada, y hubiese sido mejor no introducirla en la trama, que bastante floja es de por sí como para incluir mas detalles innecesarios.
Un detalle que no me gustó es no ver en ningún momento juntos a Haig y Foree, que menos, ¿no? Además que sus finales dejan mucho que desear, especialmente el de Haig. El cual destaca más por su aspecto físico que por su personaje. Al menos el fin de Foree es potentillo, vamos que destaca sobremanera dentro del desbarajuste de este título.
Y para colmo tenemos un final abierto a una secuela. Pero abierto de forma chabacana y muy tramposa. Por lo que este debut de la dupla Michael Roesch y Peter Scheerer no es muy recomendable. Solo los completistas del cine de vampiros, los amantes del cine indi mas desprejuiciados o los incondicionales de Sid Haig y Ken Foree lograrán disfrutar de este título, el resto mejor que lo deje pasar o verlo en un día con la mente totalmente en blanco. Porque se puede ver, algo importante, pero que deja algo abatido al espectador por lo que, quizá, pudo llegar a ser y jamás será. Una película, al menos, interesante.