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Crítica- Blood quantum (2019)

“Zombies del montón, mucha promoción para no ser nada destacable”

Hace poco fue lanzada la cinta zombie “Blood Quantum”, promocionada como la primera película zombie con indígenas canadienses. Lo cual ya la hace destacar de la marabunta de títulos Z que salen a la luz anualmente. Así el director canadiense Jeff Barnaby dirige su segundo largo que, según cuentan los productores, tomo 12 años el poder conseguir el capital para rodarla. Lo cual no dice, ni augura, nada bueno. Más aún con la premisa de “la primera cinta indígena zombie”. Habrá algo que se nos oculta o se nos escapa..

Pero entremos en lo que nos interesa, en qué tipo de cinta zombie nos van a mostrar. Pues tenemos la enésima revisión del estigma de pequeña población acuciada por el brote Z que se fortifica y trata de sobrevivir. Contando con salvedades, para variar. Véase, la gente con X tipo de sangre no se infecta, es inmune, interesante premisa. Así nos encontraremos en una reserva india donde seremos testigos de las confrontaciones entre individuos y de cierta crítica social de racismo en ambas direcciones.

Pero hay un punto donde todo falla, porque ni la crítica social ni el mundo zombie acaban de explotar. Parece que Barnaby se lía con su propio libreto y no consigue plasmar todo lo relativo a, al parecer, unos acontecimientos que tuvieron lugar en Canadá y que son a los que más se refiere la trama. Finalmente vemos una trama familiar donde unos hermanastros son de caracteres totalmente distintos, siendo uno de ellos el que provocará el caos en la reserva ya fortificada.

Pero hasta que llegamos a este punto hay diversas trampas y momentos algo raros, que no hacen más que sacarnos de la cinta en vez de meternos en materia. Porque está muy chula la escena de los peces, pero no porta demasiado. Y todo el inicio del caos zombie es algo atropellado y está plagado de licencias, siendo algunas algo forzadas, lo que hace que no entremos en la trama. Y si, me repito, pero es que este es el gran problema de esta cinta. Tiene diversos elementos, y momentos, que no ayudan a entrar en ella, sino todo lo contrario.

Así ni la aparición del gore, ni de la nueva sociedad, ni de los zombies, lentos y rápidos, según le dé al director, acaba por hacer destacar a esta cinta. Eso que cuando vamos al trillado “Seis meses después”, parece que todo cogerá otro cariz, y no, se torna más raro, si cabe. Con unas tramas personales planas y con una falta de fuerza enormes. Ni el sheriff, ni su abuelo, que parece el héroe indio, ni la embarazada, ni el hijo mayor que es un cabronazo. Nada tiene suficiente empaque.

Porque el único personaje que está bien llevado es el hijo mayor, al cual se le coge asquito desde el principio. Pero claro, es más fácil hacer odiar a un personaje que no hacerlo de querer, ¿no? Porque el sheriff y sus compañeros son hieráticos hasta el extremo, del abuelo casi ni hablar. Es su primera película y a saber de dónde lo han sacado.

El elenco tiene cierto bagaje en films y televisión en Canadá y USA, aunque no son muy reconocibles, al menos para mí. De todos modos ninguno consigue levantar su personaje, haciendo las tramas algo aburridas y anodinas. Por lo que solo nos queda ver la carnicería zombie, y esta tampoco es tal. Me explico.

Los zombies, una vez más, son tremendamente estúpidos. Algo en absoluto negativo, pero, no se porqué, en este título se destaca, y no ayuda. Así cuando los humanos “tarados” crean el caos, toda la acción parece que despertará, y que, por fin, veremos una cinta de zombies con indígenas curiosa. Y si bien es curiosa, no es muy, o nada, destacable. Trampas mil veces vistas, muchas secuencias deudoras de Romero y su cine, y, en definitiva, más de lo de siempre.

Para colmo tenemos un final muy atropellado, y forzado a más no poder. Ya lo del abuelo es de traca, ¿En serio hacía falta? Entiendo que se quiera dar algo de magnitud al asunto, ¿Pero así? Demasiado me parece a mí.
Por lo que la gran cinta zombie de los últimos años, con indígenas canadienses luchando contra hordas de muertos vivientes, es un título Z más, muy del montón y que no aporta nada refrescante, que solo pido eso, a este género. Prefiero ver una cinta igual que siempre, pero que sea entretenida y fiel al género, quiero ver zombies y unas tramas que no molesten, porque aquí se les fue de las manos.

Óscar Arias

La Mansion del Terror - 5.3

5.3

Género; Zombies - Post Apocalíptico

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2 comentarios

  1. No me parece ni mala ni de lo mejor del género, pero su temática aporta al mismo ya que lo de la inmunidad por pertenecer a esa etnia indígena es novedosa. Eso genera esos desencuentros de discriminación y racismo, esta vez de adentro hacia afuera matizado por una familia disfuncional producto del entorno propio de una reserva donde tres generaciones chocan: el abuelo (mas apegado a las tradiciones y su tierra), el padre (que está entre el mundo de sus antepasados y el moderno al que nunca pudo adaptarse y lo hizo ser un mal padre) y los nietos (ambos creciendo en hogares distintos y el primero arrastrando el abandono del padre y tratando ambos de integrarse a una sociedad moderna que nunca los aceptará). Cuando estuve en Canadá visité reservas indígenas y pude palpar esa realidad y la película lo grafica bien. El problema está en que, ese comienzo potente, no fue aprovechado en lo que sigue y ese salto de los 6 meses después arruina todo. Mejor hubiera sido seguir por el derrotero anterior y se desarrollaba con el mensaje que el director pretendía dar, donde la crisis reúne nuevamente a la familia y la mirada al mundo que los marginaba que empieza a derrumbarse para mirar el mundo de sus antepasados como una alternativa de salvación. Lamentablemente a partir de ahí la película se convierte en una más de zombies, donde el personaje más interesante es el hijo mayor, quien no aprovecha la oportunidad que tiene para poder tener una familia y el amor que parecía buscar (y que siempre tuvo del hermano menor a quien traiciona de la peor manera), para demostrar que estaba demasiado dañado lo que lo convierte en un sociopata con absoluta carencia de empatía hacia los demás, deseando desquitarse más bien con su familia, a quien culpaba de su abandono, y con los blancos a quienes odiaba por no ser uno de ellos, además de su tendencia autodestructiva. Destaco de todos modos también el personaje del abuelo, aunque sumamente desaprovechado, representa los valores ancestrales de su pueblo y de su cultura.

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