“Explotación menor de Mikels, donde poco hay savlable, la verdad”
Otra explotaciòn dirigida por Ted V. Mikels, que hasta realiza un pequeño cameo. Se trata de uno de los grandes directores de la serie Z norteamericana, a el debemos tìtulos como The astro zombies, The corpse grinders, Mark of the astro-zombies o The doll squad, anterior a Los àngeles de Charlie, por cierto. Contando con un elenco habitual de la serie Z de la època, de hecho gran parte del elenco ya habìa trabajado con Mikels o lo harìa en futuros proyectos, vemos a Victor Izay, Tom Pace, William Bagdad, Curt Matson o Sherri Vernon, aparte de Leslie McRae, Guess what happened to Count Dracula?o La carrera de la muerte del año 2000, Annik Borel, La mujer lobo, o Lin Henson, Nightmare circus.
La bruja Mara es la lider de un grupo satànico afincado en un lùgubre castillo donde practica la magia negra y celebra rituales con sacrificios humanos. Un dia la ofrecen asesinar a un diplomàtico, ella acepta pero los mismos que la contrataron la asesinan por miedo a lo que pueda hacer con esa informaciòn, pero Mara resucitarà y comenzarà su venganza. Al mismo tiempo un grupo de seguidores de la magia blanca descubriràn a Mara y trataràn de hacerla frente, ya que, ademàs, ella està asesinando a los descendientes de aquellos que años atràs se dedicaban a cazar brujas.
Estamos ante otra explotaciòn de Ted V. Mikels, quizà algo menor y con menos ritmo underground que la mayorìa de sus trabajos. Es increible el titulo que diò a este largometraje, mejor que la propia pelìcula. Lo curioso es que no vemos ninguna orgia, menos con sangre y las diablesas me las pasè buscàndolas durante todo el metraje. Aunque bueno, quizà haga referencia a las seguidoras de Mara y sus “bailes”, que encima dicen que estàn coreografiados. Porque los elementos tècnicos son pobres, por no decir otra cosa, la fotografìa es inexistente, el trabajo de càmara mediocre, banda sonora y planificaciòn nula. Al menos la localizaciòn es interesante. Apuntar que el castillo, por cierto, es la propia casa de Mikels, que habia que ahorrar..jajaja
El guiòn, si se puede llamar asì, està del todo deslabazado. Pero lo que sorprende es que Mikels no consiguiese hacer nada mas interesante, como ya habìa demostrado en otras cintas anteriores, o llegar a los niveles de Al Adamson, con el que guarda muchos parecidos.
Además las actuaciones son planas, los “actores” tratan de hacer lo mejor posible, pero la falta de planificaciòn juega en su contra. Aparte los ritos que podemos ver son para escribir largo y tendido, con una carcajada en la boca. Tenemos a un grupo de “seguidoras- brujas- fanàticas” vestidas con una “pieles” y un bikini que realizan un bailecito, en absoluto coreografiado, y que acaban asesinando al hombre de turno con unas lanzas. Mientras un negro va tocando unos tambores, tipo barco antiguo, ademàs de tener a una especie de monje satànico, con unas ropas que son mejor verlas, que colabora, aunque ni se muy bien como.
Por cierto, lo comentado anteriormente es lo mas destacable de los 78 minutos que dura este largometraje. Aparte del tramo final donde los seguidores de la magia blanca, vamos unos doctores y unos parapsicòlogos liderados por el Dr. Helsford, comenzaràn a “rezar” y este lanzarà unos rayos a la mansiòn donde reinarà la locura y las “seguidoras” comenzaràn a asesinarse. Del todo psicotrònico e increible. Es mejor verlo que contarlo, aunque se hace pesada por momentos, he de reconocerlo.
Por lo que estamos ante una explotaciòn de Ted V. Mikels, quizà con destellos o ideas, de La semilla del diablo. Aunque solo por el tema de la brujerìa, del resto nada de nada. Que es uno de los productos mas flojitos de su director, aun teniendo uno de los tìtulos mas mìticos del cine psicotrònico, aunque ya hice una explicaciòn al respecto. Solo la recomendarìa a seguidores de Mikels o del Underground yanke de los 70, donde destacan Gordon Lewis, Al Adamson, Andy Milligan, Don Dohler o Nathan Schiff. El resto que huyan de ella como de la peste. Avisados quedáis. Eso sì, a mi me entretiene, que queréis que os diga.