Crítica- Ba’al, el dios de la tormenta (2008)

“Flojo telefim y con demasiadas licencias, que es ideal para la hora de la siesta”

En los últimos años Paul Ziller ha rodado diversos telefilms de género, ya sea de sci-fi, monstruos o catástofres, o hasta todo mezclado. Lejos queda ya su debut con el slasher Noche de novatos, ahora es el tiempo de cintas menores como Yeti, Snakehead terror, o La bestia marina.

El elenco está encabezado por Jeremy London, al que hemos visto por Basilisko, el rey serpiente, 2006, o Descendant, 2003, el cual está acompañado por Stefanie von Pfetten y Elias Toufexis, vistos ambos en Decoys, 2004, Lexa Doig, [Jason X, 2001], Michael Kopsa y Cedric De Souza vistos en Vipers, 2008, o el veterano Scott Hylands.

El Dr. Owen Stanford ha robado los pergaminos del Mar Muerto, al mismo tiempo el Dr. Lee Helm junto a Carol, una experta en la cultura sumeriana, van en su búsqueda para ver sus avances en una excavación. Una vez lo encuentran descubren que está detrás de la pista de los amuletos de Ba´al, el dios de la tormenta, así al encontrar los amuletos comenzarán a sucederse unas enormes tormentas por lo que la Dr. Peña ayudará al ejército a tratar de detener dichas tormentas, mientras el Dr. Helm y Carol tratan de detener al Dr. Stanford.

Telefilm que tiene más relación con el cine apocalíptico que con el terrorífico, pero al introducir un dios diabólico la cuelan como Horror, algo que está fuera de lugar. De hecho estamos ante otro telefilm de catástrofes, ya sea por tormenta como es el caso, o los habituales de volcanes, lluvias, terremotos, etc..
Entonces lo único que nos queda para diferenciarla son sus calidades.

Y su guión y actuaciones, y todos estos parámetros son bastante flojos. Cierto es que el presupuesto es muy bajo, de hecho cambiamos al Pentágono por una sala con varios militares, y el Presidente de USA es un Coronel sin mas, vamos que estamos ante un telefilm y encima de los flojitos.

Al principio de la cinta todavía albergamos esperanzas de encontrar algo interesante, pero estas se van disipando con el paso del metraje y la inundación de licencias por parte del guión, la dirección y las actuaciones. No daba crédito a ver lo fácilmente que se mueven los actores, del Ártico al Mar negro en horas, o de ahí a Utah en menos tiempo, y ni que decir que es hasta mas rápido un coche que un avión.
Estas licencias tan atroces no nos permiten disfrutar de la cinta en absoluto. Y eso que tiene elementos curiosos, pero estos quedan desvirtuados por todas estas incongruencias que nos vamos encontrando.

Las actuaciones son bastante flojas, de todas formas los perfiles son bastante planos y tienen diversas licencias igualmente. Y es que las licencias son el gran lastre de este título.

Los efectos están usados con cuentagotas, como esperando a la traca final, pero dicha traca no deja de ser bastante simple, es decir, toda la parte final es intensa pero simple. Como si estuviese rodada en dos días escasos y con una falta de ritmo demasiado visible.

Mención aparte a todo lo referente al ejército. El decorado es lamentable, hay poquísimos actores, o secundarios, y su atrezzo es bastante cutre. Sin decir nada de los perfiles tan estúpidos que tienen los distintos militares, eso que solo hablan tres. Eso sí, la Dr. Peña les ayudará y será el carácter típico que deja a los militares como tontos, vamos la habitual relación científicos- militares…jajaja

Entonces de lo mejor de todo el asunto son las escasas imágenes de la brutal tormenta y la cara del dios Ba´al, y esto solo aparece en 3-4 ocasiones. Por lo que tenemos un telefilm muy simplón.

En definitiva, otro telefilm que mezcla las catástrofes habituales con dioses diabólicos que no deja de ser un producto menor al cual las excesivas licencias desvirtúan totalmente y nos dejan un producto bastante pobre. Y solo es recomendado para algún mediodía totalmente perdido, aunque es posible que haya algo mejor, a poco…